Descubierta una tumba en China guardada por un ejercito de centenares de soldados de terracota

Qin Shihuang, el primer emperador de China, murió en el año 210 AC, después de haber gobernado con mano de hierro y extrema crueldad por medio siglo lustros. Muy temeroso de la muerte, decidió antes de emprender el último viaje rodearse en el otro mundo de todo lo que le acompañó en éste: palacios, ropas de seda, barcos, platos y vasos, instrumentos musicales… y, claro, un ejército que le protegiese. Como los humanos somos bastante vulnerables al paso de los años, y el emperador no quería arriesgarse a que en unas décadas su guardia hubiera quedado reducido a un montón de huesos, Qin Shihuang se enterró en un palacio rodeado por millares de soldados de terracota.

El descubrimiento de esta tumba en Xian maravilló a los arqueólogos en 1974, sobre todo por las proporciones del ejército y la particularidad de que cada uno de los soldados tenía esculpido un rostro diferente al de los demás. Poco después se halló en un lugar cercano, Xianyang, otro ejército de terracota, y ahora se ha descubierto otro menor en Shandong, a más de un millar de kilómetros de los primeros, por lo que parece que lo de irse al otro mundo con las espaldas cubiertas era una costumbre bastante extendida entre los hombres poderosos de esa época.

30 jinetes en formación y 80 soldados

En concreto, en el enterramiento descubierto en la provincia de Shandong hay centenares de soldados, carros y caballos de terracota, que los arqueólogos datan en más de 2.000 años de antigüedad. Los científicos creen que la tumba pertenece a un rey o a un prohombre de la dinastía Han (que se extendió desde la muerte de Shihuang hasta el año 220 DC).

Las figuras están dispuestas en formación: abren el contingente 30 jinetes, agrupados en filas de cinco, resguardan tres carros en el centro del grupo, y son seguidos por decenas de soldados de infantería.