El director Jaime Camino lamenta la "pobre" memoria cinematográfica de la Guerra Civil

El cineasta Jaime Camino, autor de películas de ficción y documentales como Los niños de Rusia, estrenado en la 46 Semana de Cine Internacional de Valladolid, ha afirmado hoy que la memoria cinematográfica de la Guerra Civil (1936-1939) "es muy pobre" frente a los "miles libros que existen" sobre esta materia.

Sólo a partir de la muerte del General Franco (1975), durante la transición democrática, se empezaron a rodar cintas sobre la contienda bélica nacional con unos temas "muy diferentes" a los del cine bélico y de exaltación de las armas que caracterizó la producción fílmica durante la época franquista.

"La Guerra Civil tiene una larguísima lista de tratamientos de todo tipo: ficción, literario e histórico en miles de libros, pero la memoria cinematográfica es muy pobre, y si hablamos de documentales, el vacío es enormemente cruel", ha denunciado Camino durante la rueda de prensa en la que presentó su último trabajo.

Camino ha acusado al "régimen autárquico" del General Franco (1936-1939) de esta pobreza de imágenes, al constatar que en 62 años "se ha hablado muy poco de los diferentes gobiernos de Franco y nada serio sobre su régimen, cómo se movía la burguesía o incluso el Ejército, donde no todo era monolítico".

"Miedo al pasado"

Camino, autor de cintas como Las largas vacaciones del 36, ha llegado a la conclusión de que "todavía existe un poco de miedo a conocer nuestro pasado". Junto a Camino, han participado en la rueda de prensa los septuagenarios protagonistas de Los niños de Rusia: Araceli Sánchez y Marino Polo.

Ambos forman parte de la veintena de personas que Jaime Camino ha entrevistado en Cuba, España y Rusia, niños de muy corta edad cuando en 1937 embarcaron desde los puertos cantábricos, principalmente Gijón y Bilbao, rumbo a Rusia para huir del "bombardeo sistemático" al que las tropas nacionales sometieron el País Vasco durante su avance por el frente del norte.

Fueron entre 40.000 y 50.000 niños que sus padres encomendaron a las autoridades soviéticas, conscientes ellos de que la guerra iba a ser muy larga, del triunfo nacional que se avecinaba y, por tanto, del riesgo más que probable de que ya nunca les iban a poder ver, o al menos durante muchos años.

La sección oficial

Por otro lado, hoy se han presentado dos películas que coinciden en mostrar la fuerza del amor y de los sentimientos como impulsores de la vida, mientras que la tercera trata de un bebé abandonado.

El director argentino Juan José Campanella ha presentado El hijo de la novia, protagonizada por Héctor Alterio, Ricardo Darín y Norma Alejandro, una historia en la que los sentimientos están continuamente a flor de piel y provocan en el espectador un continuo ir y venir entre la risa y el llanto.

Otra relación amorosa, esta vez entre dos chicas adolescentes, vista desde la inocencia de una compañera de internado, sirve a la directora suiza Léa Pool para ofrecer una apasionada defensa del amor en la segunda película, la canadiense El último suspiro, desde el convencimiento de que es mejor morir que vivir sin ser amado por quien tú quieres.

En tercer filme El huérfano de Anyang, el realizador chino Wang Chao muestra la China cotidiana y de los suburbios, triste y sucia, en una historia de una madre prostituta que tiene que dejar a su hijo en manos de un obrero en paro.