España impulsará el debate sobre la creación de una tasa climática a los megarricos aprovechando su presidencia de la UE

La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, tiene la intención de impulsar en Europa el debate sobre la creación de algún tipo de tasa climática a las grandes fortunas, en línea con lo que propone un estudio elaborado el Laboratorio de Desigualdad Mundial, un proyecto que lideran los economistas franceses Lucas Chancel y Thomas Piketty. Esta organización ha publicado un estudio monográfico sobre desigualdad y crisis climática y entre las recomendaciones más novedosas está la creación de una tasa internacional sobre el patrimonio de los más ricos (proponen gravar con entre el 1,5% y el 3% a aquellos que posean más de 100 millones de dólares, unos 92 millones de euros al cambio actual). Según sus cálculos, el impuesto se aplicaría sobre algo más de 65.000 personas y, en el mejor de los casos —en el que todos los países lo pusieran en marcha—, se recaudarían 295.000 millones de dólares que servirían para ayudar a los que menos recursos tienen a hacer frente a las consecuencias del calentamiento global. “Es una idea interesante e innovadora, en línea con las propuestas más rompedoras, pero habrá que pensar en cómo resolver las dificultades para su aplicación”, sostienen fuentes del departamento que dirige Ribera.

En la pasada cumbre del clima, celebrada en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, los países más ricos se comprometieron a crear un fondo de pérdidas y daños provocados por el calentamiento global. Además, esas mismas naciones prometieron hace más de una década ayudar económicamente a los países más pobres a adaptarse al cambio climático del que son los menos responsables. Tanto en un caso como en el otro el problema es de dónde sacar la enorme cantidad de recursos que se necesitan. Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha propuesto que se graven los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, el sector que es el principal emisor de los gases de efecto invernadero que sobrecalientan el planeta.

Es en este contexto en el que el Laboratorio de Desigualdad Mundial lanza su propuesta de tasa climática. Los autores son conscientes de que “es poco probable que se logre un acuerdo global sobre un impuesto sobre la riqueza extrema para financiar la adaptación y mitigación del cambio climático en un futuro próximo”. Pero consideran que “una medida de este tipo puede ser iniciada por un grupo de países sin necesidad del consenso” en las cumbres del clima de la ONU. “Por ejemplo, si Estados Unidos y los países europeos implementaran tal impuesto, recaudarían alrededor de 175.000 millones cada año”: 121.000 en EE UU y 56.000 en Europa. Se trata de una cantidad importante que “podría redistribuirse total o parcialmente hacia un fondo climático global, sin costo para el 99,99% de la población de estos países”, señala el informe elaborado por este grupo de economistas franceses. “Dados los actuales niveles extremos de concentración de la riqueza en el mundo, incluso las tasas impositivas modestas sobre las mayores riquezas pueden generar ingresos fiscales sustanciales”, añaden los autores.

Estudio “sólido y concluyente”

Fuentes de Transición Ecológica afirman que “la vicepresidenta va a analizar con mucho interés esta propuesta, máxime teniendo en cuenta que España presidirá la Unión Europea durante la celebración de la COP28″, la próxima cumbre del clima de la ONU que se llevará a cabo a finales de año en Dubái. “El estudio es sólido y concluyente: existe una relación directa entre patrimonio individual y emisiones per cápita”, afirman las mismas fuentes.

De la premisa de la existencia de una desigualdad en las causas y las consecuencias del cambio climático es de la que parte el informe en el que se propone la creación de la tasa para los superricos. Los autores del estudio afirman: “Los impactos climáticos no están distribuidos equitativamente en todo el mundo: de media, los países de ingresos bajos y medios sufren mayores impactos que sus contrapartes más ricas. Al mismo tiempo, la crisis climática también está marcada por importantes desigualdades dentro de los países”. Si se acude a las causas, también se encuentra un desequilibrio tremendo. “Todos los individuos contribuyen a las emisiones, pero no de la misma manera”, señala el estudio. “El 10% de los mayores emisores mundiales de dióxido de carbono genera casi la mitad de todas las emisiones de gases de efecto invernadero” del planeta, ponen como ejemplo estos economistas en su estudio, que cuenta con el apoyo de la Agencia Noruega para la Cooperación al Desarrollo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Ribera, que ha dedicado una parte muy importante de su carrera profesional a las políticas sobre cambio climático, conoce bien a los responsables del Laboratorio de Desigualdad Mundial. Chancel, que es el autor principal del informe en el que se propone el impuesto verde para los más ricos, fue compañero de Ribera cuando la vicepresidenta dirigía en París el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDR), entre 2014 y 2018. En ese momento, este economista ya investigaba la relación entre la renta y las emisiones de efecto invernadero.

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