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El papa Francisco ha dormido bien tras superar la última crisis respiratoria y aún encara una larga estancia en el hospital

El último parte médico del domingo confirma que la salud del Pontífice se mantiene estable y ya descarta que el broncoespasmo del viernes haya agravado su neumonía

Fieles rezan un rosario por la salud del papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano, este domingo.
Fieles rezan un rosario por la salud del papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano, este domingo.Riccardo Antimiani (EFE)
Íñigo Domínguez

El Vaticano ha mandado a primera hora de la mañana de este lunes, como cada día, su señal de que todo sigue sin novedad respecto al día anterior: “El Papa ha descansado bien toda la noche”, dice el lacónico comunicado emitido a las 8.02. Es decir, confirma que Francisco, de 88 años e ingresado en el hospital Gemelli de Roma el 14 de febrero, continúa la lenta recuperación de su neumonía bilateral y ha remontado la crisis respiratoria que sufrió el viernes, tal como señalaba el último parte médico del domingo por la tarde. El próximo se espera, como cada día, en torno a las siete de la tarde, si no hay imprevistos. Fuentes vaticanas han añadido, pasadas las 10 de la mañana, que el Papa ha desayunado, ha retomado la terapia y sus condiciones son estables, sin cambios respecto a la víspera.

Superada la última crisis, considerada un episodio aislado dentro de la fragilidad del paciente, está claro que la estancia de Francisco en el hospital será bastante larga y, aun así, luego requerirá un estrecho seguimiento médico. Es decir, tras 17 días de convalecencia y un plazo de recuperación muy incierto, el pontificado está en una nueva fase en la que el Papa tiene que ejercer su cargo bajo mínimos y desde el hospital.

El boletín médico del domingo indicaba que “las condiciones clínicas del Santo Padre se han mantenido estables también hoy”, por segundo día consecutivo. Se cumplía así satisfactoriamente el plazo de 48 horas fijado por los médicos para determinar si el broncoespasmo del viernes había agravado o no el cuadro general. “No ha habido consecuencias directas”, señalaron fuentes vaticanas. El cuadro general de salud del Papa sigue siendo complejo, pero no ha vuelto a aparecer en los partes el adjetivo “crítico”, una fase que se dio por superada el jueves.

Un hombre pega un dibujo donde se puede leer "Que te mejores pronto papa Francisco" en la estatua del papa Juan Pablo II en el exterior del hospital Gemelli de Roma, este lunes.
Un hombre pega un dibujo donde se puede leer "Que te mejores pronto papa Francisco" en la estatua del papa Juan Pablo II en el exterior del hospital Gemelli de Roma, este lunes. Guglielmo Mangiapane (REUTERS)

El temor era que la entrada accidental de vómito en las vías respiratorias, durante la crisis del viernes, hubiera desatado una nueva infección y complicado la neumonía que sufre el Pontífice, pero todo indica que no ha sido así. Queda como un episodio aislado que se resolvió a tiempo. En todo caso, los facultativos mantienen el pronóstico reservado, “dada la complejidad del cuadro clínico”.

Predomina la prudencia, pues estos 17 días de hospitalización ya han demostrado que la salud de Francisco es frágil y ya ha habido dos sustos cuando parecía recuperarse. Uno, el día 22, una crisis respiratoria prolongada, con síntomas de anemia y una insuficiencia renal leve. Tras superar esa recaída, el segundo momento difícil fue el broncoespasmo de este viernes, que ahora también ha quedado atrás.

Jorge Mario Bergoglio se ha mantenido estos días sin fiebre y nunca ha estado intubado, desde el domingo no tiene ventilación mecánica, solo “oxigenoterapia de alto flujo”. Siempre ha estado consciente y come normalmente. Se levanta y se mueve por el apartamento donde se aloja, en la décima planta del hospital. También está realizando fisioterapia respiratoria, lo que se considera un paso más en el lento camino de la recuperación.

Desde que fue ingresado ha estado trabajando casi todos los días y, aunque el sábado descansó, el domingo por la mañana recibió al secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, y su mano derecha, Edgar Peña Parra, sustituto para Asuntos Generales, el encargado de los asuntos internos del Vaticano.

Como dijo el equipo médico en su única rueda de prensa, el 21 de febrero, la vida del Papa “no corre peligro, pero no está fuera de peligro”. De hecho, al día siguiente se produjo la crisis más grave. Desde entonces, los facultativos no han vuelto a comparecer ante los medios. El Vaticano no ha aclarado todavía si en algún momento habrá un nuevo encuentro con los periodistas.

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Sobre la firma

Íñigo Domínguez
Corresponsal en Roma desde 2024. Antes lo fue de 2001 a 2015, año en que se trasladó a Madrid y comenzó a trabajar en EL PAÍS. Es autor de cuatro libros sobre la mafia, viajes y reportajes.
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