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La hora en la que España acarició el sueño de la electricidad 100% renovable

La expansión de la fotovoltaica y eólica permitió que casi toda la demanda peninsular fuera cubierta puntualmente con energías limpias el primer sábado de abril

Energia renovable España
Planta fotovoltaica en Trujillo, Cáceres.PACO PUENTES (EL PAÍS)

Lo que hasta ahora parecía una utopía está, cada día, un paso más cerca gracias a la expansión de las energías eólica y solar. El sábado 2 de abril, España fue capaz de generar casi el 100% de la demanda interna de electricidad con energía renovable. Fue por un corto periodo de tiempo y con algunos corchetes mediante: ocurrió solo en el sistema peninsular; las exportaciones estaban en máximos por el parón técnico de las nucleares en Francia; y el consumo de las centrales hidráulicas de bombeo fue cubierto con nuclear, gas natural y carbón. Pero es una imagen fiel de lo que viene. Si California logró el hito hace un par de semanas —también durante unas horas de un sábado—, el sistema eléctrico español viaja en ese mismo tren hacia un futuro libre de emisiones con una generación totalmente renovable.

Los datos del operador nacional —Red Eléctrica de España (REE)— son ilustrativos. Aunque en el conjunto de la jornada solo el 61% de la electricidad generada en la España peninsular procedió de fuentes renovables, a la una de la tarde —con el sol y el viento actuando de forma combinada— la producción verde alcanzó los 26.394 megavatios (MW), frente a una demanda interna de 27.262, es decir un 97%. “Hay que tener en cuenta también que a esa hora el saldo de intercambio era exportador, que la turbinación de bombeo no generaba, sino que consumía, y que también estaban generando otras tecnologías no renovables”, apunta un portavoz de la empresa público-privada.

“Esta situación se producirá con más frecuencia en el futuro”, vaticina Tomás Domínguez, director de Operaciones de REE, que apunta directamente al auge que está viviendo la fotovoltaica en España. Red Eléctrica sostiene que no tiene datos sobre si anteriormente se había dado algo parecido. “Podría ser que algún día se hubiera producido, pero es difícil”, explica Domínguez. Porque no había un volumen tan grande de solar y eólica instaladas. Joan Torrents, un ingeniero industrial de 23 años, fue quien puso el foco en el 2 de abril a través de una publicación en Twitter. “Sabía que ese sábado hubo un exceso de renovables y una caída considerable de la demanda y cuando salieron los datos oficiales, lo confirmé”, apunta.

Pedro Linares, profesor de Organización Industrial de la Universidad Pontificia de Comillas, dice que no le sorprende el dato: “Cuando se produzca un valle de demanda y haya viento y sol, sobre todo en primavera, esto va a seguir pasando”. Y añade: “Todos los escenarios de cara a 2030 apuntan a que habrá muchas horas en las que las renovables van a cubrirlo todo y los precios, por tanto, se irán a cero en el mercado mayorista. Dependerá de cómo crezca la demanda, en parte por la mayor electrificación, y de si aumentan las interconexiones con Francia más de lo ya proyectado. Pero lo más probable es que, esto que hoy vemos como excepcional, acabe siendo algo habitual”. La falta de madurez futura de las soluciones de almacenamiento es uno de los pocos factores que podría impedirlo.

Interconexiones con otros países —para poder dar salida al exceso de generación y para cubrir los valles en la producción renovable— y almacenamientos —para respaldar a las energías limpias cuando no haya sol y viento— son las dos claves de las que habla también Domínguez como receta para poder gestionar el sistema del futuro. En el caso de los almacenamientos otra renovable, la hidráulica, será fundamental. España ya cuenta con 5.000 megavatios de potencia de bombeo —pantanos interconectados que almacenan el agua que luego transforman en electricidad cuando turbinan—. Y la actual hoja de ruta climática del Gobierno —el Pniec, Plan Nacional Integrado de Energía y Clima— fija la implantación de otros 3.500 megavatios para 2030, recuerda Domínguez. A eso se le añadiría 2.500 megavatios más de baterías también para finales de esta década.

Francisco Valverde, de la comercializadora Menta Energía, sostiene: “Es una anécdota, en cierto modo, pero es importante porque indica claramente hacia dónde vamos. La tendencia es imparable: aunque para ver otro episodio así probablemente tendremos que esperar hasta el otoño [cuando volverán a confluir sol y viento, y la demanda habrá dejado atrás el pico del verano], está claro que lo veremos muchas más veces”. Este especialista en temas energéticos vaticina, además, que antes de 2030 llegará el momento en el que no hará falta que ambas tecnologías (solar y eólica) tengan que sumar para llegar al 100% de generación renovable en algunas horas: una sola bastará.

Una cosa es que se logre unas horas. Pero ¿cuándo conseguirá España un sistema eléctrico 100% renovable todo el tiempo? El 46,6% de toda la electricidad en España fue cubierta por las renovables —principalmente eólica, fotovoltaica e hidráulica— en 2021. La Ley de Cambio Climático establece que “antes de 2050″ el sistema eléctrico “deberá estar basado, exclusivamente, en fuentes de generación de origen renovable”.

Como estación intermedia, los actuales planes del Ejecutivo, que se recogen en el plan nacional y la ley climática, establecen una cuota renovable del 74% en 2030. “Es un poco pronto para saber cuánto podrá aumentar la ambición del Pniec, pero sin duda hay margen de mejora. Y eso que el plan ya es ambicioso de por sí”, esboza Lara Lázaro, investigadora principal del Real Instituto Elcano. Uno de los elementos que más podría entorpecer en esa senda, dice, serían los retrasos en la tramitación de las plantas solares y eólicas. “Hay que mirar al resto de Europa. Por ejemplo a Alemania, que está elevando sus metas”, agrega.

Algunos países ya han conseguido llegar al 100% renovable, al menos virtualmente, como Islandia y Noruega en Europa o Uruguay, Paraguay y Costa Rica en Latinoamérica, así como algunas pequeñas islas de la Polinesia. En todos ellos, sin embargo, la clave está en la alta penetración de tecnologías gestionables —como la hidroeléctrica y, en mucha menor medida, la geotérmica— que por la fotovoltaica y la eólica, mucho más volátiles por definición.

El Pniec y la Ley de Cambio Climático son hojas de ruta que están abiertas para que se puedan revisar al alza periódicamente. En 2023 se debe afrontar la primera modificación de los objetivos de reducción de emisiones de efecto invernadero y de penetración de renovables. Antxon Olabe, economista y experto en transición energética, sostiene que “la mayoría de países europeos avanzados, entre ellos España, están en disposición de alcanzar un sistema eléctrico 100% renovable en 2035″.

Los nuevos objetivos que se podría fijar España vendrán del impulso político que quiera dar el Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos, pero también de las decisiones que han tomado y tomarán las instituciones europeas. Ante las dos últimas crisis globales, la del coronavirus y la de la invasión de Ucrania, la Comisión Europea ha abogado por acelerar la implantación de las renovables. La próxima semana está previsto que Bruselas presente un nuevo plan energético y entre las medidas que se están valorando está fijar como objetivo que en 2030 el 45% de toda la energía que se consuma en la UE sea de origen renovable, lo que supone cinco puntos más de lo comprometido hasta ahora y 23 puntos más que la cuota actual.

Es importante destacar que en esa cuota del 45% se incluye todo el sector energético: desde la generación de electricidad, a la industria y la movilidad. Y en esos tres subsectores el que va más avanzado es el de la electricidad: “es en el que la implantación de renovables es más fácil porque las tecnologías están más desarrolladas”, zanja Olabe. Por eso el gran reto es alcanzar lo antes posible un transporte y una industria también 100% renovables. Pero esto es otra historia.

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