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Marta Macho-Stadler, matemática: “Las primeras programadoras fueron mujeres, los hombres lo consideraban un trabajo menor”

La investigadora publica ‘Matemáticas x matemáticas’, para resaltar el papel que han jugado las mujeres matemáticas en el arranque de la programación o en la carrera espacial

Marta Macho-Stadler, matemática

Tanto desde el púlpito universitario como desde la divulgación, reivindica la figura de mujeres que, a menudo, a la sombra de sus maridos y, en otros casos, de sus jefes, han jugado un relevante papel en el avance de numerosos campos científicos. Pero, aparte de estos casos particulares, Marta Macho-Stadler (Bilbao, 62 años) resalta el papel que han jugado las mujeres matemáticas en el arranque de la programación o en la carrera espacial. “Ellas hacían trabajos que los hombres consideraban menores, por lo que al final las primeras en programar o en ocuparse de los cálculos fueron mujeres matemáticas”.

Marta Macho, profesora de Matemáticas desde hace 39 años en la facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y especialista en topografía, además de editora del blog Mujeres con Ciencia, de la Cátedra de Cultura Científica, labor por la que recibido diversos premios, hace un repaso, en su libro “reivindicativo” Matemáticas x matemáticas (Catarata), del relevante papel que han tenido las mujeres en esta disciplina. Hablamos con ella de estas mujeres y de su preocupación por la inseguridad que siguen sintiendo muchas chicas a la hora de elegir carreras de ciencias, algo promovido por los propios mensajes que les llegan de la sociedad.

Pregunta. ¿Por qué ha escogido el caso de estas 20 mujeres en concreto?

Respuesta. Edito muchas biografías de mujeres científicas, en general. Y existen muchos perfiles de mujeres matemáticas que, aunque algunas no sean grandes figuras, no se las conoce, ni siquiera en el ámbito de las matemáticas. Y consideré que era importante darlas a conocer. Este libro es reivindicativo en sí mismo. Porque, cuando se habla de matemáticas, muchas personas interpretan que las hacen los hombres, aunque tampoco es que sean conocidas por el público en general las figuras de muchos matemáticos varones. Y, además, cuando se habla de mujeres científicas o matemáticas, siempre se menciona a las mismas personas. A Marie Curie y a otras cuatro cinco mujeres, lo que hace que parezca que son la excepción, cuando no es así, ni lo ha sido nunca, ha habido muchísimas a lo largo de la historia que han jugado un papel muy relevante, en las matemáticas y en la ciencia, en general.

P. Además, siendo la ciencia un trabajo de fondo y de equipo, durante mucho tiempo a las mujeres de esos grupos, cuya labor ha sido muchas veces esencial para obtener el resultado final, apenas se las ha citado.

R. Exacto. Es importante que se sepa que ha habido muchísimas más mujeres haciendo ciencia de lo que se piensa y también que la ciencia no es una actividad que hacen exclusivamente personas geniales que hacen cosas geniales. En toda la actividad científica hay muchísimas personas que colaboran, algunas se hacen famosas porque logran descubrimientos especialmente relevantes, pero que en la trayectoria a ese hallazgo han participado muchas otras que les han ayudado a hacer ese camino sin las cuales no se habría llegado a ese resultado. Y muchas de esas personas eran mujeres y brillantes.

P. También hay mujeres que, más recientemente, han empezado a recibir reconocimientos como matemáticas, como las dos que han obtenido la medalla Fields y el premio Abel.

R. En efecto, yo destaco en el libro las figuras de cinco mujeres matemáticas geniales, excepcionales, que sí han sido premiadas, pero a las que tampoco se las conoce, a veces, incluso dentro de su ámbito académico. Estoy segura de que si salgo al pasillo de mi facultad y pregunto a alguno de mis compañeros y compañeras si saben cuántas medallas han ganado mujeres matemáticas, seguramente no tienen ni idea, y menos quién las ha ganado.

P. ¿Sigue existiendo la creencia de que los hombres están, en realidad, más cualificados para las matemáticas que las mujeres o es algo ya superado?

R. La matemática es una disciplina que ya de por sí les parece extraña, difícil, complicadísima a muchas personas. Y, en efecto, esto hace que aquellos que siguen pensando que las mujeres no estamos especialmente dotadas para casi nada científico, crean que ocurre sobre todo con las matemáticas. Pero en realidad lo que se requiere es, por un lado, el gusto por la materia o el oficio y dedicarle tiempo para hacerlo razonablemente bien, aunque no seas brillante, como puede ocurrir con la física, el periodismo o el barrer las calles. No todo el mundo lo hace bien. Y, en segundo lugar, está científicamente probado que las capacidades intelectuales de hombres y mujeres son exactamente las mismas, no es algo que tenga que ver con el género. El problema está en que muchas veces, en el camino, a los hombres se les incentiva de una manera y a las mujeres de otras. Aunque esto es algo genérico en el ámbito de la ciencia, también pasa con la física y la química.

P. ¿Es más acusado en algún campo científico?

R. Sí, cuanto más teórico es, más sucede. Es decir, hay mujeres que están matriculadas en Física, pero es un hecho que cuanto más teórica es la especialidad de física, menos mujeres hay. Porque se juzga erróneamente que esa física teórica es más difícil y requiere de capacidades intelectuales mayores que la física aplicada. Y estas creencias absurdas han perjudicado mucho a las mujeres.

Marta Macho, en su despacho en la facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).

P. Además, también es habitual el argumento sobre los gustos, de que a las mujeres tienden a gustarles distintas disciplinas que a los hombres. ¿Qué hay de cierto en esto?

R. Los gustos los modela la sociedad y, si ya desde la casa, la tele o el colegio, ya desde pequeñas, se inclina a las niñas por descartar determinadas opciones o, dicho de otra forma, se impulsa a los niños a otras, toda la información que reciben se inclina para que a las chicas les gusta más lo biosanitario y a los chicos, las cosas más tecnológicas. Y al final te acabas creyendo que es así y te sientes insegura al pensar en una opción distinta a la habitual.

P. ¿Existe algún aspecto común entre todos estos casos de mujeres matemáticas trabajando a la sombra de alguien?

R. Que todas han contribuido al avance de la ciencia sin pedir nada a cambio. Y algo muy importante, a la transmisión del conocimiento. Por ejemplo, las que menciono en el primer capítulo son mujeres que han intentado que la ciencia de las matemáticas fuera conocida por muchas personas, que habían tenido la formación suficiente para transmitirla de manera sencilla. Porque es muy importante generar conocimiento, pero el conocimiento que se genera y no se transmite no sirve para nada, y las mujeres hemos sido las mayores transmisores del conocimiento desde siempre y, además, lo han hecho muchas mujeres a lo largo de la historia. Esto me parece muy importante.

P. Por ejemplo, ¿en qué ámbito?

R. Por ejemplo, las mujeres calculadoras. Han ayudado a avanzar en conocimientos astronómicos, a hacer algoritmos, pero siempre desde un segundo plano. No ayudando a los grandes astrónomos, sino a sus ingenieros, que eran los que hacían esos ordenadores que lograron hacer cosas maravillosas. Por eso, las primeras programadoras fueron mujeres, no hombres. Es decir, está muy bien tener un ordenador, pero si no sabes hacer un buen programa no sirve para nada. Estas mujeres calculadoras hacían, teóricamente, solo cuentas y eran muy buenas haciéndolas, pero la realidad es que las contrataban porque los hombres consideraban esas labores tediosas y aburridas.

P. Después de hacer este recorrido por la historia de estas mujeres, ¿percibe que hay estereotipos que ellas sufrieron y que todavía prevalecen?

R. Sí. Las capacidades se entrenan, como todo en la vida, y es verdad que hay gente que tiene más capacidad que otra, pero no tiene absolutamente nada que ver con el género. A veces no pensamos en el tipo de juegos a los que seguimos inclinando a que jueguen los niños y las niñas. Ellos, a juegos de construcción y ellas con barbies, que además inculcan un físico irreal, que así es como tienes que ser para ser querida por el entorno. Y, además, esto entrena las capacidades de unos y otros, su visión espacial, sus habilidades, sus conocimientos, su imaginación, de forma diferente, no es inocuo.

P. ¿Cuál serían, en resumen, los mensajes que necesitamos cambiar para acabar con esta discriminación en el mundo de las matemáticas?

R. Por un lado, que a veces ponemos en un pedestal cosas que no tienen por qué estarlo. Las matemáticas son difíciles, es verdad, pero también lo son la física y a mí me lo parece también, por ejemplo, el derecho constitucional. Es decir, cuando se establece la idea generalizada de que algo es muy difícil y que es casi imposible de llegar, esto hace que determinados colectivos se sientan incapaces de optar por ello. Y, respecto a las mujeres, hay que cambiar el chip, dejar de ser tan protectores con las mujeres, con las niñas, con las adolescentes, y dejarlas volar, no inclinarlas a nada, que escojan ellas.

La carrera de Matemáticas ha sido siempre paritaria, y eso se ve en los gráficos de matriculados y egresados. Esto se debe a que se consideraba que la salida en matemáticas era la enseñanza, por eso siempre había muchas mujeres. Pero lo curioso es que desde hace 10 años, se ve en los propios datos oficiales sobre la matrícula de hombres y mujeres en Matemáticas que esta foto ha variado por completo. Ahora hay más hombres (un 60%) que mujeres (40%) y chicos que antes hubieran escogido una ingeniería ahora están en esta carrera. Porque a partir de esos años las empresas han empezado a demandar egresados en Matemáticas para formar equipos multidisciplinares por los desarrollos tecnológicos y se colocan bien en muchos ámbitos. Así que, aparte de que esté bien o mal pagada, cuando empieza una disciplina a tener éxito ocurre este fenómeno.

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