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El mayor análisis genético del cáncer colorrectal revela daños en el ADN provocados por el tabaco y bacterias del intestino

Una misma firma mutacional, denominada SBS93 y posiblemente asociada al tabaquismo y al consumo de alcohol, aparece en uno de cada tres tumores

Tabaco
Un fumador, en una terraza del centro de Santiago de Compostela.ÓSCAR CORRAL
Manuel Ansede

La vida puede depender de una sola letra. Una persona está formada por unos 30 billones de células, que actúan en equipo con una sincronización inconcebible. Cada tipo de célula —neurona del cerebro, glóbulo rojo de la sangre, enterocito del intestino— ejecuta su función gracias a un manual de ADN en su interior, escrito con unos 3.000 millones de letras (ATGGCGAGT…). Cada letra es, simplemente, la inicial de un compuesto químico con diferentes cantidades de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. La T es la timina (C₅H₆N₂O₂). La G es la guanina (C₅H₅N₅O). Basta un cambio en una de esas letras para que la célula se transforme en cancerígena, multiplicándose de manera alocada e invasiva. Solo el cáncer colorrectal, surgido a menudo de un enterocito desbocado, provoca la muerte de casi un millón de personas cada año en el mundo. Este miércoles, el mayor estudio genético jamás realizado en este tumor revela sus funestas erratas en el ADN.

Los autores han analizado el genoma completo, letra a letra, de más de 2.000 cánceres de colon y recto, procedentes de pacientes del Proyecto 100.000 Genomas, una iniciativa británica para leer el ADN de células cancerígenas o con enfermedades raras. La bióloga computacional Claudia Arnedo, nacida hace 30 años en Castellón de la Plana, ha participado en el trabajo. “Hemos podido describir el conjunto de firmas mutacionales en cáncer colorrectal más completo hasta la fecha”, celebra. Las firmas mutacionales son alteraciones en la secuencia de letras, a causa de un mecanismo concreto. Por ejemplo, la denominada SBS4 (del inglés single base substitution, la sustitución de una sola letra) está provocada por el consumo de tabaco.

Arnedo, antes en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona y ahora en la Universidad de Cambridge, recuerda que se han identificado unas 100 firmas mutacionales, la mayoría de origen desconocido. El nuevo estudio ha revelado la importancia de la SBS93, caracterizada por cambios de una T (C₅H₆N₂O₂) por una C (C₄H₅N₃O) y de una T por una G (C₅H₅N₅O). “SBS93 se ha asociado previamente a cánceres de esófago y estómago, pero se desconoce su causa. En nuestro estudio, encontramos que SBS93 es una de las firmas mutacionales más comunes en cáncer de colon, específicamente en aquellos tumores con estabilidad de microsatélites, que son los más frecuentes”, señala Arnedo.

La SBS93 ha aparecido en uno de cada tres tumores analizados, sobre todo en los diagnosticados a una edad más temprana. “Todavía no conocemos el mecanismo que la causa, pero hemos identificado que tiende a ocurrir junto a otras firmas mutacionales, incluidas algunas de las que se han asociado al consumo de alcohol y tabaco, lo que sugiere que SBS93 puede tener un origen similar”, apunta la científica.

El genetista Ian Tomlinson ha liderado la investigación desde la Universidad de Oxford, en Reino Unido. Los autores han identificado más de 250 genes que albergan mutaciones causantes del cáncer colorrectal, gracias al uso de diversos métodos computacionales, incluyendo algunos desarrollados por el grupo de la bióloga Núria López Bigas en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona. Medio centenar de estos genes no se habían relacionado hasta ahora con el cáncer. Los resultados se publican este miércoles en la revista Nature, escaparate de la mejor ciencia mundial.

De izquierda a derecha, Núria López Bigas, Ferran Muiños, Claudia Arnedo y Abel González Pérez, del Instituto de Investigación Biomédica, en Barcelona.
De izquierda a derecha, Núria López Bigas, Ferran Muiños, Claudia Arnedo y Abel González Pérez, del Instituto de Investigación Biomédica, en Barcelona.andrea lolicato

Las bacterias que viven en el aparato digestivo humano están relacionadas con las alteraciones genéticas que provocan el cáncer. Lo demostraron el biotecnólogo español Cayetano Pleguezuelos y sus colegas del Instituto Hubrecht (Países Bajos), en un estudio publicado en febrero de 2020. Los investigadores observaron que una cepa concreta de la bacteria Escherichia coli produce una molécula tóxica, llamada colibactina, que daña el ADN de las células humanas. El nuevo trabajo ha encontrado mutaciones causadas por este microbio en el 13% de los cánceres analizados. Una dieta rica en fibra —frutas, verduras, legumbres, cereales— y baja en carnes procesadas ayuda a tener una comunidad saludable de bacterias intestinales.

El biólogo José Tubío, de la Universidad de Santiago de Compostela, aplaude el estudio, en el que no ha participado. “Nunca se había procesado un número tan alto de tumores. Eso ha permitido detectar genes mutados que parece que están asociados a la enfermedad y que no habían aparecido en estudios previos porque son mucho menos frecuentes”, destaca. “Esto es la oncología de precisión: identificar todas las mutaciones, aunque sean muy poco frecuentes, para en el futuro intentar diseñar fármacos específicos o potenciar el sistema inmunológico para poder hacer frente a estos tumores”, añade Tubío, que en 2020 colaboró en el histórico análisis de más de 2.600 genomas de 38 tipos de cáncer diferentes, publicado por un consorcio internacional.

Los nuevos resultados confirman que la industria del tabaco es el enemigo número uno de la salud pública mundial, como alertó la médica Elisabete Weiderpass, directora de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, en una entrevista con EL PAÍS. “Es la industria de la muerte. La muerte es su producto. La mitad de la gente que paga por sus productos muere. Venden la muerte”, declaró. José Tubío insta a las autoridades a “aplicar medidas preventivas mucho más drásticas, como prohibir el tabaco a las nuevas generaciones de chavales”. Reino Unido aprobó en abril una ley que a partir de 2027 prohibirá la venta de tabaco a todos los nacidos después de 2008. Allí fuma el 13% de la población. En España, el porcentaje llega al 22%.

El colorrectal es el tercer tipo de cáncer más frecuente y el segundo en muertes provocadas en el mundo, tras el de pulmón. Gracias a los avances médicos, la tasa de supervivencia a cinco años ya alcanza el 65%. En los últimos años, la incidencia de cáncer colorrectal se está disparando de manera enigmática en menores de 50 años, a un alarmante ritmo del 3% cada año en muchos países. Los principales sospechosos son la obesidad, el sedentarismo y las bebidas azucaradas.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III
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