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Dos meses con récord de tráfico en Madrid Central

En octubre, cuando la intensidad de circulación aumentó un 4,75%, se rompió la tendencia a la baja iniciada en enero en el número de vehículos que se mueve por la zona de bajas emisiones

Pablo León
Una de las entradas a Madrid Central, que va a ser rebajada por el alcalde de Madrid.
Una de las entradas a Madrid Central, que va a ser rebajada por el alcalde de Madrid.Jaime Villanueva

El tráfico aumenta en Madrid. Así ha ocurrido los últimos dos meses en casi toda la capital —desde los cinturones interiores hasta la M-40, exceptuando el tramo entre esta y la M-30—, pero con especial incidencia en Madrid Central. Si el mes pasado creció un 1,8%, según los datos del Ayuntamiento, en octubre el incremento fue del 4,75%. Unos datos que sufrieron un notable retraro en ser publicados por parte de la administración y que confirman, como adelantó eldiario.es, que en octubre se rompió una tendencia: la de la disminución.

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Todos los meses de 2019 han presentado una menor intensidad de tráfico que el mismo periodo del año anterior. Eso ha sido la norma hasta octubre. Ese mes en Madrid Central el tráfico aumentó un 4,75%, aunque en el conjunto de la urbe, la circulación disminuyó un 0,2%. Los datos municipales de tráfico de los últimos meses muestran que si bien a comienzos del año, el tráfico bajaba notablemente, ese descenso ha ido perdiendo fuelle. Concretamente, desde junio, mes en el que Almeida tomó el bastón de mando de la ciudad y comenzó a cuestionar el funcionamiento de la zona de bajas emisiones (ZBE). Luego se estabilizó en verano, comenzó a crecer en octubre y ha regresado al equilibrio de nuevo en noviembre. Fuentes de Movilidad asocian el repunte de octubre con "las obras de Plaza de España, que incrementan la intensidad del tráfico hasta un 50%".

“El Ayuntamiento envía mensajes equivocados”, resume Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace. La organización ecologista considera que desde hace meses se genera un “efecto llamada” debido, principalmente, a los mensajes erráticos del Ayuntamiento con respecto a la lucha contra la contaminación. Si en algunas ocasiones Almeida ha celebrado el buen funcionamiento de la zona de bajas emisiones, como durante la Cumbre del Clima; en otras, ha apostado por rebajarla. Así ocurrió cuando, al poco de hacerse con la alcaldía, PP y Cs anunciaron una moratoria total a Madrid Central. Esa semana, el tráfico creció a pesar de que varios jueces paralizaron la decisión del Ayuntamiento.

Alertada por el repunte de octubre, que el Ayuntamiento negó hace unas semanas, la Fiscalía de Medio Ambiente, ha iniciado una investigación. “La contaminación en Madrid es brutal, sencillamente brutal”, argumentaba el fiscal en el arranque de las pesquisas. Por su parte, en el Área de Movilidad y Medio Ambiente interpretan el repunte de octubre como “la muestra de que Madrid Central en vigor no es efectivo”. Desde la puesta en marcha de la ZBE, Ecologistas en Acción realiza un seguimiento mensual usando los datos de las estaciones municipales de medición de la polución. Así, han constatado que Madrid Central ha reducido en un 20% la contaminación en la ciudad. A pesar de ello, en el Ayuntamiento insisten en que no funciona.

Una actitud que lleva meses inquietando a la oposición (tanto Más Madrid como PSOE han criticado la actitud de Almeida y de Villacís con respecto a la ZBE), así como a organizaciones ecologistas como Ecologistas en Acción o Greenpeace. “Cada nueva decisión que han tomado ha sido para rebajar Madrid Central”, remarcala Plataforma en Defensa de Madrid Central.

Un área mutilada

Si hasta hace unos días también consideraban que con sus mensajes Almeida animaba a que los ciudadanos fuesen en coche al centro, el jueves constataron atónitos que el alcalde iba a reducir el perímetro de Madrid Central. Ese día, en la última junta de gobierno del año, el Ayuntamiento no solo prorrogó las moratorias para que algunos colectivos (comerciantes, profesionales, padres de alumnos que estudian en la zona) puedan acceder al área restringida; sino que también mutiló Madrid Central.

A partir del uno de enero, dos calles, en la zona de Moncloa (Mártires de Alcalá y Seminario de Nobles), dejarán de formar parte de Madrid Central. Almeida describió esas decisiones como “mejoras”. El Ayuntamiento justificó esa decisión en un informe de la Dirección General de Sostenibilidad, pero en el documento no se realiza ningún estudio de movilidad ni de emisiones. Solo concluye que reabrir al tráfico “disminuye los recorridos circulatorios”.

“Se dará menos vuelta, pero van a pasar muchísimos más coches”, lamentaban en la Plataforma en Defensa de Madrid Central. “Se están habilitando vías para que los vehículos puedan volver a entrar a Madrid Central”, resumía Esther Sánchez, concejal de Más Madrid. El principal partido de la oposición considera que estas decisiones aumentará aún más el tráfico en el interior la almendra central.

Un informe municipal "sin fundamento"

Para tomar la decisión de disminuir Madrid Central, al reabrir dos calles de la zona de Moncloa, el Ayuntamiento se ha basado en un informe de la Dirección General de Sostenibilidad. Dicho documento reconoce que “existen motivos de ordenación y mejor gestión de la circulación” que aconsejan actuar en las calles de Mártires de Alcalá y Seminario de Nobles. Esas razones pasan por “facilitar el tráfico rodado”, “la comunicación entre Argüelles y Gaztambide y Arapiles [Chamberí]”, o “disminuir los recorridos circulatorios”.

“Es poco serio”, describe Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace que echa de menos mediciones reales de la previsión de variación del tráfico así como de la contaminación. “Suponen que, al abrir una calle, se va a mantener el mismo tráfico que ahora que está restringida. Que esos coches, van a circular más fluido y que todo ello va a disminuir la contaminación”, explica Fernández, “si falla la primera premisa —es decir que el tráfico aumenta, que es lo más probable—, todo el razonamiento se cae”. Fernández considera que el informe municipal “carece de fundamentos”.

Para Fernández, abrir esa calle cambia totalmente la organización del tráfico de la zona lo que habría obligado a realizar estudios de movilidad “con cifras y con un modelo”. “En sus conclusiones consideran que no habrá afecciones a los vecinos porque es una zona comercial. Me gustaría saber qué opinan los residentes de estas dos calles así como los vecinos de Chamberí que van a ver incrementado el tráfico en su barrio”.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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