La cúpula de los Mossos critica la falta de apoyo institucional
El cuerpo solo se ve respaldado por Buch ante los peores altercados de su historia
Los Mossos d’Esquadra hacen frente desde el lunes pasado, en un dispositivo conjunto con Policía Nacional y Guardia Civil, a la peor crisis de seguridad de su historia. “Nunca hemos visto algo así”, aseguran, en referencia a los disturbios que se repiten día a día desde que se hiciera pública la sentencia de Tribunal Supremo contra los líderes del procés. La cúpula del cuerpo critica la falta de apoyo institucional, más allá del consejero del Interior, Miquel Buch, y lamentan las críticas desde el Govern y del propio presidente del Parlament, Roger Torrent.
Los altercados, que empezaron en el aeropuerto con el llamamiento a colapsarlo, y siguieron los días posteriores, se caracterizan por un duro enfrentamiento a las líneas policiales. “No tienen ningún miedo”, indican. Han constatado lanzamientos de cócteles molotov, bolas de acero, lanzamiento de pirotecnia al helicóptero, botellas con ácido, además de piedras y botellazos. “Se acercan mucho”, insisten, buscando el “cuerpo a cuerpo” y no se alejan cuando los antidisturbios lanzan foam (pelotas de viscoelástica). Los Mossos han disparado más de 500 bolas, indican.
Otros episodios de disturbios, como el desalojo del centro social okupa de Can Vies en 2014, se alargaron también en el tiempo, pero con un menor nivel de virulencia, indican esas mismas fuentes. Los Mossos temen que los altercados seguirán hasta que quienes los protagonizan no se cansen: unos 500 jóvenes, muchos de tradición anarquista y antisistema, preparados y organizados, apoyados por una masa de unas 1.500 personas menos politizada, la mayoría estudiantes, que se suman a los disturbios.
“Bajaron los hechos en número, pero aumentaron en violencia”, ha afirmado este viernes el consejero del Interior, Miquel Buch, en rueda de prensa sobre la evolución de las protestas en las calles. El consejero ha cerrado filas con la policía catalana y ha defendido el dispositivo que llevaron a cabo este jueves para controlar el enfrentamiento entre dos manifestaciones de signo opuesto. Un joven fue apaleado por un grupo de neonazis, y a su vez otro grupo de extrema izquierda agredió a otro joven de extrema derecha. Hay dos detenidos por el primero de los ataques. Buch ha negado que la policía catalana esté desbordada, a pesar de que en un comunicado previo el Departamento de Interior ha admitido que los Mossos no pudieron “encapsular” a los dos grupos, como hacen habitualmente, porque había diversas “convocatorias alrededor de Cataluña” que requerían de protección policial.
Evitar la dimisión
Los Mossos se han sentido respaldados por Buch, que ha condenado la violencia en la calle y ha defendido su actuación policial. Pero la cúpula digiere mal la lluvia de críticas que les están llegando desde el Govern, a las que este viernes se ha sumado Torrent, pidiendo “responsabilidades”. Según fuentes policiales citadas por Efe, los mandos de los Mossos son partidarios de que Buch, cuya destitución han pedido varios sectores del independentismo, se mantenga al frente de la consejería, no solo porque sienten que es su único respaldo en el Govern, sino porque consideran que su cese podría dar pie a la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional por parte del Gobierno.
Buch ha asegurado este viernes en la comparecencia ante los medios que se siente con el “suficiente apoyo” para seguir al frente del Departamento de Interior en estos días “complejos”. Los Mossos consideran que están “bunquerizados” en el centro de mando, sin ningún tipo de interferencia política en sus decisiones operativas, y coordinados con la Policía y la Guardia Civil.
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