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La Cámara de Comercio de Barcelona elimina el castellano de sus comunicaciones públicas

El comité ejecutivo de la institución, gobernado desde hace un mes por empresarios independentistas, aprueba usar exclusivamente el catalán

Josep Catà
El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell.
El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell.Enric Fontcuberta (EFE)
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El nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, se negó ayer a contestar en castellano a las preguntas de los periodistas, y anunció la decisión del comité ejecutivo de prescindir de otras lenguas que no sean el catalán en las comunicaciones públicas. El nuevo gobierno —de abierto perfil independentista— de este órgano empresarial argumenta que, según su reglamento interno, la lengua vehicular de la Cámara es el catalán. Sin embargo, el documento solo indica que el catalán se tiene que usar de manera “generalizada”.

La decisión de no utilizar el castellano en las comunicaciones públicas de la Cámara de Comercio —una corporación que recibe subvenciones de distintos organismos públicos o mixtos, catalanes y del resto de España, y también europeos— ya la avanzó el propio Canadell en su primera rueda de prensa, hace tres semanas. En ese acto, el nuevo presidente —surgido de la candidatura Eines de País, impulsada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC)— sí contestó en castellano a algunas preguntas, pero dijo que estudiaría la posibilidad de dejar de hacerlo, y lo consideró “una pérdida de tiempo”. Ayer, Canadell anunció la decisión del comité ejecutivo: “Hemos decidido que las ruedas de prensa las daré solo en catalán, porque contestar dos veces a la misma pregunta en dos lenguas distintas puede cambiar el significado de las respuestas”. “El reglamento interno dice que el catalán es el idioma vehicular”, añadió.

Fuentes de la institución explican que el comité ejecutivo aprobó en una votación cumplir con el reglamento. El documento, sin embargo, distingue entre documentos internos y comunicación con las Administraciones; rotulación y notificaciones; y publicidad institucional. En el primer caso, indica que la Cámara utilizará el catalán exclusivamente; en el segundo dice que el órgano “usará normalmente el catalán en su rotulación y en las comunicaciones y notificaciones dirigidas a personas físicas o jurídicas residentes en el ámbito lingüístico catalán”, pero añade: “Sin perjuicio del derecho de los ciudadanos a recibirlas en castellano, si lo piden”. Y en el tercer ámbito, el de la publicidad institucional, indica que “en el ámbito territorial de Cataluña la Cámara utilizará de manera generalizada el catalán”.

Un informe que obvia el impacto del ‘procés

La Cámara de Comercio de Barcelona presentó ayer un informe, encargado por su presidente, Joan Canadell, que concluye que Cataluña lidera la inversión productiva extranjera en el Estado. Se basa solo en los datos de activos inmovilizados —fábricas y centros productivos— de las empresas con participación extranjera, y en la ocupación que generan, y no cuenta los flujos financieros, que computan allí donde se ubican las sedes sociales. No cuenta, pues, el impacto de las más de 4.000 empresas que trasladaron su sede social fuera de Cataluña por la inestabilidad política durante el procés.

Subtítulos o doblaje

El castellano es la lengua materna de la mayoría de los catalanes en Cataluña (un 52,7% frente al 31,5% que tiene el catalán como lengua materna, según datos de la Generalitat), y ambas lenguas son cooficiales. La práctica más habitual en los contactos informativos en Cataluña consiste en contestar en catalán y, al final de la intervención, contestar a las preguntas en castellano o repetir en este idioma algunas de las respuestas dadas anteriormente, para facilitar el trabajo de los medios audiovisuales. Canadell lo considera innecesario y en su primera rueda de prensa emplazó a las cadenas de televisión y radio a emplear subtítulos o doblaje.

El pasado 11 de junio, la portavoz del Govern, Meritxell Budó, también rechazó responder a preguntas en castellano distintas a las formuladas en catalán, alegando que la norma solo le permitía repetir las respuestas que ya había dado en catalán. Días después, pidió disculpas por su tono.

Canadell, que presentó ayer el primer estudio encargado por el nuevo equipo, defendió además que el procés no ha tenido un impacto negativo en la economía catalana. “Yo creo que ha habido una parte positiva, porque con el procés Barcelona estaba más en el mapa, y las multinacionales han podido pensar en esta ciudad. En negativo, es probable que alguna empresa se haya echado para atrás en las inversiones, pero seguimos teniendo fortaleza”, afirmó. Además, defendió la campaña de la ANC que promociona empresas afines al procés, y que ha sido denunciada por la patronal Foment del Treball. “Decir que es un boicot es un error”, opinó.

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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