Hallados los restos de dos jóvenes ejecutados en la Guerra Civil en Barcelona
Los cuerpos de dos individuos "robustos" han aparecido durante unas obras; están cubiertos con cal viva y uno de ellos tiene un disparo en el cráneo
Los arqueólogos han localizado los restos óseos de dos “jóvenes robustos” que presuntamente fueron ejecutados en la primera mitad del siglo XX en Barcelona. Por la indumentaria —hebillas, botones, plantillas de zapato, correas—, los investigadores han explicado a EL PAÍS que sospechan que los restos “son compatibles” con la etapa de la Guerra Civil y que lo ocurrido a esos jóvenes puede tener que ver con un episodio de “violencia en la retaguardia”. Los estudios preliminares señalan que pudieron ser algunos de los "primeros represaliados" en la contienda, según han explicado a este diario fuentes de la investigación.
Los dos individuos, de unos 30 años, han sido hallados en lo que parece ser una fosa, amontonados uno encima del otro y cubiertos con cal viva para evitar el olor de los cadáveres. También se han encontrado “restos de tela de saco”, según fuentes conocedoras de la investigación. Uno de los hombres tiene prótesis dentales de oro y un orificio de bala en la región occipital del cráneo. Aunque todavía hay mucho por analizar para datar el episodio con exactitud, las mismas fuentes señalan que el cercano colegio del Sagrat Cor de Sarrià fue, durante la guerra, una sede del PSUC. Serán los antropólogos forenses los que puedan determinar las circunstancias concretas de la muerte de esos dos individuos.
Los restos aparecieron a finales de mayo durante una obra ejecutada por la promotora Sabadell Real State en la calle de Ràfols, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona. Los huesos humanos afloraron mientras se estaba excavando un pozo de fundamentación para levantar dos edificios de viviendas. En estos casos, es el promotor quien asume los costes y se hizo una primera excavación de urgencia. De entrada, los arqueólogos consideraron que se trataba de restos del siglo XIX, pero más tarde —tras el descubrimiento del orificio en el cráneo y de la cal viva— llegaron a la conclusión provisional de que pertenece a la primera mitad del siglo XX.
Las mismas fuentes explican que, aunque se han encontrado los restos de dos individuos, no se descarta que “puedan salir más”. Los arqueólogos manejan con fuerza la hipótesis de que se trata de una ejecución y que, a falta de más análisis, los restos pertenecían a dos “jóvenes robustos”. El Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Barcelona se hizo cargo de las pesquisas y está realizando el “estudio antropológico” de los restos. Sin embargo, al tratarse previsiblemente de una fosa han entrado en juego también los expertos de la Dirección General de Memoria —que tomarán muestras genéticas— y los de Patrimonio Cultural.
Si se logra fijar la identidad de los restos, tendrán que ser restituidos —junto con todo el material encontrado— a su familia. En caso contrario, serán llevados al cementerio de Barcelona.
El Ayuntamiento de Barcelona ha emitido un comunicado en el que explica que, en un primer momento, pareció que la fosa "podría estar relacionada con la iglesia del Sagrat Cor de Sarrià", situada a escasos 50 metros. Los arqueólogos pensaron que se trataría de una zona de inhumaciones para muertos por enfermedades infecciosas debido a la presencia de cal viva, habitual para enterrar a muertos causados por infecciones como el cólera.
Los trabajos, sin embargo, revelaron posteriormente según el Consistorio que se trataría de la inhumación de dos individuos "en una sola fosa de planta rectangular", dispuestos "uno encima del otro". El cráneo que está bien conservado es el que tiene la entrada de una bala.
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