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Los lugares olvidados de la Guerra Civil Donde habita el olvido de las administraciones, un grupo de ciudadanos desinteresados pone su esfuerzo, su tiempo y trabajo para recuperar la otra memoria histórica de la guerra civil. El Blockhaus 13, en Colmenar del Arroyo, formaba parte de una línea defensiva de 22 búnkeres que nunca llegó a terminarse. Esta fortificación, inspirada en las que se levantaron en Europa en la Primera Guerra Mundial, es la única que aún se mantiene en pie. Samuel Sánchez Ernesto Viñas, vecino de Quijorna, lleva 18 años recuperando objetos de la batalla de Brunete. Fundador de Brunete en la memoria, ofrece rutas guiadas, visitas al museo que ha montado en el sótano de su casa y una oficina de memoria histórica para que los familiares puedan rastrear las pistas de sus combatientes. Samuel Sánchez En 2013 la Comunidad de Madrid excava parcialmente el Blockhous 13. Un año más tarde se convierte en el primer vestigio de la guerra civil que entra en la lista de yacimientos arqueológicos visitables. Samuel Sánchez A pesar de que la impresionante colección de piezas militares en el museo de Brunete en la Memoria, a Ernesto Viñas lo que más le impresiona son los objetos más humanos: lapices acoplados en casquillos, cartas, dibujos o tubos de pasta de dientes con las huellas del día a día de la batalla. Samuel Sánchez El Blockhaus 13 conserva intactas sus cuatro troneras conectadas por un anillo. La Segunda Compañía del Batallón de Zapadores necesitó tan sólo dos meses para levantar la estructura fortificada. Samuel Sánchez Sobre las estanterías del museo de Ernesto Viñas, piezas que revelan cómo era el día a día de los soldados en el frente: como esta bota en la que se han conservado restos de un periódico de la época. Los visitantes pueden tocar y ver de cerca cada uno de los objetos. Samuel Sánchez David Loriente, vecino de Morata de Tajuña, lleva años trabajando desinteresadamente con la Asociación Tajar para recuperar los lugares de la batalla del Jarama. Recientemente el ayuntamiento ha comenzado las excavaciones arqueológicas en las trincheras al pie del monumento de Martín Chirino. Santi Burgos Un sencillo monumento recuerda a los soldados del batallón British caídos en la llamada Colina del Suicidio, cerca de Morata de Tajuña. Alrededor de la placa ahora vandalizada, unas piedras blancas, un ramo de flores ya marchitas y trozos reventados de metralla. Santi Burgos De niño, Goyo Salcedo, buscaba con su padre restos de metralla de la batalla del Jarama para venderlos como chatarra. Años después, comenzó a guardarlos para recuperar la memoria de aquellos días. Hoy tiene su propio museo en Morata de Tajuña, junto a un mesón. Santi Burgos En el Museo de la Batalla del Jarama, Goyo Salcedo ha ido reuniendo piezas de los dos bandos. Su aspiración es que se cree un centro de interpretación en Morata de Tajuña donde quede permanentemente su colección. Santi Burgos “En el campo de batalla se quedaron toneladas y toneladas de metralla”, comenta David Loriente. Durante años, los alrededores de Morata quedaron bañados de casquillos de la batalla del Jarama. En los años de postguerra, los vecinos los recogían para venderlos como chatarra. Santi Burgos El frente del Jarama está surcado por las largas trincheras que cavaba el ejército de la República. Muchas han desaparecido bajo los campos de labranza o en cotos particulares de caza. Otras, como esta de la zona de retaguardia de Morata de Tajuña, están siendo recuperadas. Santi Burgos La colección de caretas anti-gas del Museo de la Batalla del Jarama. Cada domingo, su dueño, Goyo Salcedo, visita el rastro de Madrid en busca de nuevas piezas. Santi Burgos César Guardeño, del Círculo por la Defensa y la Difusión del Patrimonio, lleva años trabajando para que no se pierdan importantes piezas arquitectónicas de la guerra civil en la ciudad de Valencia. Algunas, como este refugio antiaéreo de la calle Espadas, resistieron a los bombardeos pero se enfrentan hoy a la desidia y el olvido. MÒNICA TORRES En 1998, salió a la luz una de las construcciones más enigmáticas de la guerra: el Copón de Miaja, fortificación militar en la playa del Saler. El Círculo por la Defensa y la Difusión del Patrimonio ha iniciado hace un año una batalla administrativa para lograr que se recupere. MÒNICA TORRES Los refugios antiéreos de los barrios de Valencia se construían gracias a las aportaciones de los vecinos. En las calles adyacentes se colocaban señales que indicaban su ubicación. Hoy todavía se conservan algunas, como ésta en un bar de la Plaza de Tetuán. Mònica Torres