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La facturación de los hoteles de Barcelona cae un 7,2% en 2018

El Gremio de Hoteles de Barcelona alerta de la pérdida del turismo de calidad y de negocios y responsabiliza al Ayuntamiento

Josep Catà
El presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos.
El presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos. Europa Press

Los hoteleros de Barcelona afrontan este verano con un grito de alerta ante la pérdida de fuelle de su negocio en los últimos meses. Entre enero y junio de 2018 la ocupación media fue del 78,8%, tres puntos menos respecto al mismo periodo del año pasado, el precio medio se redujo un 4,3% hasta los 132,75 euros, y la facturación cayó un 7,2%, según los datos presentados este jueves por el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona, Jordi Clos. Aunque todavía existe una cierta resaca de la tensión política del último trimestre del año pasado en el sector turístico, como ha reconocido el presidente, los hoteleros identifican la causa de esta caída con una falta de políticas activas del Ayuntamiento contra la oferta ilegal en Barcelona -apartamentos turísticos, lateros, top manta...- que, según Clos, perjudican la imagen de la ciudad y ahuyentan al turismo de calidad y de negocios.

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Los datos presentados por el Gremio provienen de los 400 hoteles y de los 50 edificios de apartamentos turísticos que representa la entidad. Clos ha destacado que la caída de la facturación ha afectado especialmente al segmento de los hoteles de lujo, que han facturado un 10% menos en el primer semestre de 2018 en comparación con el mismo periodo del año anterior. En el conjunto del 2017 bajó un 16%. El Gremio de Hoteles de Barcelona prevé una ocupación media del 80% en julio y agosto, lo que supone una reducción de cinco puntos respecto a verano de 2017.

"Lo preocupante es que es un síntoma de que está bajando el turismo que nos interesa, el turismo de calidad", ha avisado el presidente. Clos ha diferenciado entre turismo de negocios y turismo de ocio. El representante de los hoteleros ha recordado que estos dos segmentos estaban equilibrados en los años anteriores: la mitad de los visitantes venían por razón de trabajo, y la otra mitad por ocio. En 2016 el porcentaje del turismo de negocios bajó hasta el 36%, y en 2017 volvió a bajar hasta el 30,6%. "El sector de los negocios es el que trae más dinero y estabilidad, y tras muchos años de trabajo conseguimos ser primeros en el ranking ICA de ciudades de congresos", ha dicho Clos, quien ha alertado de que esta posición está en peligro.

Barcelona cierra 2.355 pisos turísticos ilegales en dos años

El Ayuntamiento de Barcelona ha hecho balance este jueves del plan de choque contra los pisos turísticos ilegales que puso en marcha en julio de 2016. Desde entonces, el consistorio ha ordenado el cierre de 4.148 pisos turísticos sin licencia, de los que ha conseguido que 2.355 pisos cierren y no vuelvan a operar ilegalmente. De ellos, 2.129 pisos han cerrado voluntariamente y 226 han sido precindados. Los 1.793 restantes, ha explicado la teniente de alcalde Janet Sanz, han recibido la orden de cese pero no han cerrado voluntariamente, y se encuentran en un proceso de recursos y alegaciones que puede durar entre cuatro meses y un año y que eventualmente termina con el precinto de la residencia.

En dos años se han impuesto 5.503 sanciones -la mínima es de 60.000 euros, que se rebaja un 50% si se paga en el primer mes. Entre los infractores, el 30% son personas físicas o particulares, y el 70% restante son personas jurídicas. El Ayuntamiento ha abierto 170 procedimientos disciplinarios a 11 multi infractores que gestionan 86 viviendas.

Sanz ha destacado que, después de reforzar la inspección y de poner en marcha el plan de choque, se ha terminado con la sensación de que "había barra libre" de los años anteriores. "Ahora ya no sale gratis tener un piso turístico ilegal", ha resaltado, y ha asegurado que, "con respecto a las ofertas ilegales, estamos cada vez más cerca de ponerlas a cero", especialmente después de conseguir que Airbnb colaborara y retirase las ofertas ilegales.

El próximo objetivo, según Sanz, es "acabar con el sistema de licencias vitalicias que permiten a unos cuantos tener el negocio del siglo con solo pagar una vez". A su vez, Sanz ha respondido al Gremio de Hoteles y ha pedido que comparta los esfuerzos de la Administración. "Cuando defendemos los barrios y los vecinos también estamos defendiendo el turismo, porque el día que Barcelona deje de ser Barcelona la gente no nos visitará", ha concluido.

Entre los factores que explican la caída, Clos ha reconocido que el traslado de la sede social de casi 4.000 empresas durante la crisis política por la declaración de la independencia de Cataluña es una de las causas, ya que las compañías ya no celebran sus consejos de administración en la ciudad, durante los cuales se ocupaban miles de habitaciones. Aún así, el presidente de los hoteleros ha identificado más factores, y ha puesto hincapié en la necesidad de que "el Ayuntamiento tenga un convencimiento de que el turismo es importante para la ciudad". Entre otras cosas, Clos ha lamentado que el presupuesto de Turisme de Barcelona, entidad que, mediante el Barcelona Convention Bureau, trabaja para atraer congresos a la ciudad, haya caído de los seis millones de euros a los 4,5 millones. "Un ejemplo muy fácil: hace poco Turisme de Barcelona negó el presupuesto para atraer un congreso al presidente de las asociaciones LGTBI", ha revelado.

En el plano del turismo de ocio, Clos ha asegurado que la caída del turismo de calidad se explica por la "falta de orden" en la oferta ilegal en la ciudad. "La bolsa de apartamentos ilegales, que no pagan impuestos ni tasa turística, destruye precios, atrae turismo de mala calidad y crea malestar entre los vecinos. Si fue posible una moratoria en la construcción de nuevos hoteles, ¿por qué no se puede ir más rápido contra los pisos turísticos ilegales?", ha preguntado en referencia a la política municipal.

Esta no ha sido la única referencia al Gobierno de la alcaldesa Ada Colau. Clos ha responsabilizado al consistorio de la pérdida de imagen. "¿Cómo podemos atraer turismo de calidad con el descampado de los top manta en la Barceloneta, los botellones que se forman porque las terrazas tienen que cerrar, y el circo de la playa?", ha espetado en referencia a la venta ilegal de refrescos y otros productos en las playas barcelonesas. Clos ha afirmado que el objetivo debería ser asimilarse a zonas de turismo de lujo como Montecarlo y Niza.

Clos se ha referido también al nuevo decreto de turismo que la Generalitat prevé aprobar esta legislatura, en el que ha alertado que prevé regular los hogares compartidos, algo que ha considerado que será aún más difícil de regular. También ha recordado que Barcelona se ha beneficiado en los últimos años de un "turismo prestado" de otros países en declive, y que ahora ciudades como Lisboa o París se están recuperando.

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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