León Felipe vuelve a Madrid
El Ayuntamiento organiza una serie de actos de homenaje por el 50 aniversario de la muerte del poeta
Decía Rafael Alberti, que León Felipe “siempre venía desde muy lejos, porque aquel grande justiciero poeta, al igual que el grito que él amó, parecía venir desde un mundo lejano”. Lo escribió para un homenaje ocho años después de su muerte, en 1968. Y ahora que se cumplen 50 años, el Ayuntamiento de Madrid ha decidido rendirle otro. Lo hará con una serie de actividades que empiezan este mes con el Premio de Poesía León Felipe, en el que podrán participar con sus escritos jóvenes de 13 a 17 años hasta el próximo 31 de mayo.
Para el que esté familiarizado con este escritor inclasificable, de versos desagarrados y comprometidos como aquel Pie para el niño de Vallecas —“de aquí no se va nadie. Nadie. / Ni el místico ni el suicida”—, podría resultar un tanto extraño que una ciudad que nunca fue del todo la suya homenajee a un poeta que, como dejaba entrever Alberti, fue un auténtico trotamundos, un trashumante, como le llamó Enrique Díez-Canedo en un artículo de 1930: Santander, Barcelona, San Carlos de Luba, Panamá, Nueva York, México... Pero lo cierto es que Madrid, y solo Madrid, es la ciudad que vio su gran caída y, después, su renacer como poeta.
Fue un día de 1919, cuando el gran Juan Ramón Jiménez y su esposa Zenobia recibieron en su casa al todavía aspirante de escritor, aunque ya no era joven. Tenía 35 años bien curtidos a base de fracasos profesionales, juergas, tertulias y malas decisiones que le habían llevado, incluso, a pasar tres años en la cárcel por culpa de un enorme agujero negro de deudas. Por eso, aunque cuentan diversos autores que Jiménez le trató de forma amable y amistosa, sin duda fue un golpe durísimo que no le dijera absolutamente nada, ni una sola palabra, sobre los poemas que le había dejado para que leyera unas semanas antes.
Pero Felipe Camino Galicia, que decidió firmar sus obras como León Felipe, tenía una profunda convicción literaria que le hizo volver a empezar después de romper todo el trabajo que le acabada de devolver el maestro. Así, solo unos meses después, una lectura de poemas en el Ateneo de Madrid y la publicación de Versos y oraciones del caminante lo cambiaron todo.
A partir de ese momento, su viaje continuó, y sus regresos a Madrid —durante la República y en la Guerra Civil como activista antifascista— fueron ya como poeta reconocido, aunque siempre tuvo sus detractores. Durante el franquismo y hasta su muerte, fue una de las más destacadas figuras de la intelectualidad española exiliada en México.
Ahora vuelve su figura a Madrid con un homenaje que ya empezó a tomar forma el año pasado, durante la última edición de la Feria Internacional de Guadalajara. Allí, el lema de Madrid como ciudad invitada fue Ganarás la luz, como el libro de León Felipe que incluye versos como estos: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente / y la luz con el dolor de tus ojos. / Tus ojos son la fuente del llanto y de la luz”.
Otro poema, Piedra de sal —“Piedra fui para ti, piedra soy / y piedra quiero ser, pero piedra / blanda de sal / que al llegar a ti se disuelva / y en tu cuerpo se quede”— sirve de fondo para el cartel con el que el Consistorio va a difundir el Premio de Poesía León Felipe, un concurso similar al que se celebró el año pasado con motivo del centenario del nacimiento de Gloria Fuertes y en el que participaron un millar de niños, explica una portavoz del área municipal de Cultura.
Y, como en aquel homenaje, el de León Felipe también incluirá la difusión de sus poemas a través de extractos exhibidos en los soportes digitales que el Ayuntamiento tiene distribuidos por toda la ciudad; esto será el próximo otoño. Antes, dentro del ciclo Nuestras estatuas hablan, se prevé una lectura de sus textos, previsiblemente, junto a la estatua del poeta en el parque del Norte, en el barrio de La Paz.
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