Los independentistas se empeñan en investir este martes a Puigdemont

La anunciada investidura de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat para mañana ha quedado prácticamente imposibilitada por el Tribunal Constitucional pero el independentismo insiste en que ni tiene ni busca un plan b. Para asegurarse 68 votos, la mayoría absoluta, dos de los diputados que están en Bruselas renunciaron anoche a su escaño y otra, Meritxell Serret (ERC), lo hará previsiblemente en las próximas horas. Un movimiento que se produce después de que el Constitucional acordara que no se puede delegar el voto. ERC apoya a Puigdemont pero en sus filas se extienden las dudas sobre su investidura.

Puigdemont seguirá la senda mostrada por el Constitucional el pasado sábado y pedirá hoy al juez Pablo Llarena que le autorice a asistir al pleno de investidura de mañana para poder ser elegido president. Así lo confirmaron tanto el exconsjero y diputado de Junts per Catalunya Josep Rull como la diputada de la misma formación Gemma Geis.

Pero para pedir la autorización judicial, Puigdemont deberá acudir en persona ante el juez. No puede hacerlo por escrito porque el juez ya le denegó personarse en la causa. Geis no aclaró ayer cuál será el procedimiento y aseguró que el abogado del expresident, Jaume Alonso-Cuevillas, está trabajando en la autorización.

Pero algo se mueve en Bruselas. Los diputados huidos a la capital belga Lluís Puig y Clara Ponsatí (Junts per Catalunya) renunciaron ayer a su escaño y la republicana Meritxell Serret lo hará en las próximas horas. Con esto el separatismo se acerca a los 68 votos en el pleno de investidura, en el caso de que la CUP considere dar su apoyo a Puigdemont. El Constitucional advirtió el sábado que estos diputados huidos no podían delegar el voto, tal y como habían pedido a la Mesa del Parlament.

Junts per Catalunya ha decidido meter la máxima presión al independentismo para que nadie se descuelgue de su plan, comenzando por el presidente del Parlament, Roger Torrent, de ERC. “Estamos seguros de que Torrent actuará de acuerdo con la legitimidad de su cargo, con el peso de la historia, con la dignidad del país y que hará todo lo que haga falta para proteger los derechos de los diputados”, aseguró ayer Eduard Pujol, portavoz de la llamada lista del president.

Torrent tiene ante él una decisión complicada. Ha de decidir antes del pleno de mañana si frena una investidura telemática, acatando las órdenes del Constitucional, o si opta por la vía de la desobediencia que tantos problemas ha acarreado a su antecesora, Carme Forcadell. Una opción que está sobre la mesa es dejar en suspenso el pleno, alegando que el Constitucional ha dado diez días para que Puigdemont pueda presentar alegaciones. Esto daría tiempo al independentismo para encontrar una salida que, cada día más, pasa por la renuncia del expresident a repetir en el cargo. Pero frenar el pleno de mañana choca abiertamente con otra ley, la del Gobierno catalán, que fija que el Parlamento tiene que realizar el primer debate de investidura “dentro de los diez días siguientes a la constitución de la Cámara”. El plazo acaba el miércoles. Torrent tendría que decidir si desobedece esta ley y abre otro plazo de consultas con los partidos o si sigue hacia adelante desoyendo al Constitucional como le sugiere Junts per Catalunya.

Esquerra oficialmente mantiene su apoyo a Puigdemont. Lo dijo ayer su portavoz, Sergi Sabrià: “Ahora que el embate es más feroz que nunca, queda más claro que Puigdemont debe ser nuestro candidato, el candidato de todos los que se sientan demócratas”. Sin embargo, las voces internas que piden la retirada del expresidente no paran de crecer. La más firme volvió a ser, ayer, la del diputado en el Congreso Joan Tardà: “Es imprescindible tener Govern, si hay que sacrificar a Puigdemont, tendremos que sacrificarlo. ¿O no ha habido patriotas a lo largo de la historia que se han tenido que sacrificar con el fin de ir avanzando?”.

Sacrificios

Las palabras de Tardà en La Vanguardia enervaron al entorno de Puigdemont. “Los diputados de Junts per Catalunya tenemos claro que ningún sacrificio implicará ni una disminución de la represión del Estado ni la presentación de una propuesta política de diálogo. No podemos hacer más que mantenernos firmes en lo que votaron los ciudadanos”, aseguró ayer Geis.

Se trata de argumentos que, sin embargo, se defienden cada vez con menos vehemencia mientras Esquerra va subiendo el volumen a los dirigentes que se alinean con Tardà. “Tardà nos recuerda una lección que debería estar más que aprendida: la victoria nunca será cosa de la voluntad de un solo hombre sino de la estrategia colectiva”, aseguró en Twitter Francesc Iglesias, el secretario de Análisis Electoral y Estrategia del partido.

“En ERC todos sabemos que Puigdemont no puede ser presidente y también lo saben muchos en el PDeCAT, pero no vamos a ser nosotros los que salgamos públicamente a decirlo, tienen que verlo ellos”, sostiene un dirigente del partido de Oriol Junqueras.