El preso de ETA enfermo, Ibon Iparragirre, llegará a Mondragón el viernes

El preso de ETA Ibon Iparragirre, enfermo de sida, ingresará este viernes día 19 de enero en el centro sanitario Aita Menni de Mondragón (Gipuzkoa), según han confirmado fuentes penitenciarias. El juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional José Luis Castro ha dado su autorización para efectuar el traslado de este preso etarra gravemente enfermo desde la cárcel de Alcalá Meco a este centro, que desde 2012 cuenta con una Unidad de Psiquiatría legal. Esta unidad está concebida para albergar a enfermos mentales con causas penales y está dotado con mayores medidas de seguridad que las de un centro sanitario ordinario.

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El traslado del recluso desde la cárcel de Alcalá-Meco se iba a haber realizado el pasado diciembre , pero no se materializará hasta mañana. El juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, que dictó en diciembre prisión atenuada para Iparragirre por razones de salud, ha firmado ya el traslado. Según ha confirmado su abogado, el preso de ETA será enviado en un primer momento a la prisión alavesa de Zaballa, de donde, posteriormente, será llevado al centro sanitario de Arrasate.

La Asociación de familiares de presos Etxerat criticó las pasadas Navidades que el etarra fuera internado en este centro al considerar que su estado de salud es "límite", y que debería estar en su domicilio y "recibir tratamiento dignamente en su casa". El Defensor del Pueblo solicitó en diciembre a Instituciones Penitenciarias información sobre la situación de este preso, tal y como le reclamó EH Bildu. La AVT pidió que no se mejore su situación penitenciaria ya que es un preso condenado a más de 200 años, que además no ha hecho "autocrítica", ni ha mostrado "arrepentimiento por los delitos cometidos".

Iparragirre, natural de Ondarroa, fue condenado a 299 años de cárcel por la explosión de un coche bomba en esta misma localidad vizcaína en septiembre de 2008. El preso había solicitado en varias ocasiones su excarcelación por su precario estado de salud. De hecho, ya estuvo dos años en prisión atenuada en su domicilio, aunque en 2014 volvió a la cárcel para cumplir la condena por la explosión del coche-bomba en la comisaría de la Ertzaintza de Ondarroa.