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La Comunidad detecta por primera vez la presencia del mosquito tigre en la región

Se han localizado 25 huevos de la especie invasora en uno de los 45 puntos en los que se vigila su aparición

Esther Sánchez

La Consejería de Sanidad localizó el martes pasado 25 huevos de mosquito tigre en uno de los 45 puntos de muestreo distribuidos por la región para detectar a esta especie invasora que transmite una enfermedad llamada zika, que a su vez provoca cefaleas, dolores musculares e, incluso, en algunos casos microcefalia en recién nacidos. Tres de los huevos hallados eclosionaron en un laboratorio controlado. Es la primera vez que se tiene constancia de la presencia del insecto en Madrid, aunque no en otras siete comunidades.

Imagen de un mosquito tigre.
Imagen de un mosquito tigre.Europa Press

Es cuestión de tiempo que el mosquito tigre, una especie invasora procedente de países tropicales, se implante en la Comunidad de Madrid, dada su expansión progresiva por España. La Consejería de Sanidad inició el año pasado un programa de vigilancia entomológica en torno a los grandes ejes de comunicación que conectan la Comunidad de Madrid y el Levante. La red se ha diseñado junto con la cátedra de Entomología de la Facultad de Biológicas de la Universidad Complutense.

Hasta esta semana no se había obtenido ningún resultado positivo. El hallazgo de los huevos en uno de los 45 puntos de muestreo confirma que el insecto, de entre cinco y siete milímetros, ha llegado. El que se haya localizado un solo caso —se han analizado un total de 634 muestras, 347 este año— “no significa que el mosquito se vaya a implantar en la región”, mantiene Juan Martínez, director general de Salud Pública.

Tampoco se descarta que la especie haya podido entrar en la Comunidad anteriormente, pero que no haya proliferado al no encontrar las condiciones climáticas óptimas para su desarrollo. Los puntos de muestreo (38 en 2016 y 45 en 2017) se han elegido teniendo en cuenta las áreas de influencia de las autovías nacionales II, III y IV. Los cepos se situaron en gasolineras, áreas de descanso, estaciones de autobuses y plataformas logísticas para el transporte de mercancías, entre otros.

La especie se detectó por primera vez en España en San Cugat del Vallés (Cataluña) en 2004. De ahí se ha extendido por toda la costa mediterránea. Los últimos datos apuntan a que ya se encuentra, además de en Cataluña, en la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Baleares, País Vasco y Aragón. Con esta distribución y su forma de transportarse, lo más probable es que el mosquito adulto que dejó los huevos en Madrid se haya trasladado en el interior de cualquier vehículo. Una vez fuera, encontró el cepo y depositó allí a su futura descendencia. Los tres huevos que han eclosionado del mosquito tigre lo han hecho en un laboratorio de la Facultad de Biológicas, donde se han reproducido las condiciones adecuadas para ello.

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</CL>En el medio natural habrían permanecido en hibernación, hasta que la temperatura hubiera sido la adecuada. Sus condiciones óptimas de supervivencia se encuentran en un rango de temperatura entre 25 y 30 grados, y sus periodos de mayor actividad son entre mayo y noviembre.

Esta especie invasora vive y cría especialmente en zonas urbanas y periurbanas propicias para su reproducción. Se desplaza poco a lo largo de su vida, entre 50 y 200 metros y siempre en torno a su lugar de nacimiento. Esta circunstancia constituye una ventaja a la hora de controlarlo, asegura Martínez. Como no se mueven mucho, los ciudadanos pueden tomar medidas para evitar que críen.

Maceteros secos

Es imprescindible evitar la acumulación de agua, por ejemplo en los maceteros, ceniceros, botellas, entre otros. Porque el mosquito, fácilmente reconocible por los anillos blancos y negros de su abdomen y patas, no deposita los huevos en grandes volúmenes y extensiones de agua, como estanques, lagunas o piscinas.

Fernando Fuster, jefe del área de Vigilancia de Riesgos Ambientales en Salud, explica que la localización de los huevos les ha sorprendido. Es verdad que era lo que buscaban, pero el trabajo reviste una gran complejidad por la extensión de terreno a controlar, con pocos puntos de muestreo.

Los cepos se asemejan a pequeños maceteros de color negro y se rellenan con un poco de agua. Se introduce en ellos una tablilla de madera negra. El mosquito deposita los huevos en la superficie del agua en contacto con la tabilla. El equipo recoge las muestras cada 10 o 15 días. Tras el descubrimiento, toca planificar el año próximo. Quizá se monten trampas para ejemplares adultos, pero son más complejas y esto solo se llevaría a cabo si se tuviera constancia de que estos existen.

Picaduras que producen reacciones alérgicas

En los países tropicales, este mosquito es responsable de la transmisión de algunas enfermedades como el zika. En España "no ha habido nunca casos autóctonos de enfermedades transmitidas por la especie", aclara Juan Martínez, director general de Salud Pública. El problema con el que se encuentra la población que convive con el insecto son las picaduras. "Tienen un fuerte componente inflamatorio y de prurito, además de originar en ocasiones reacciones alérgicas graves", explican desde la Consejería de Sanidad.

Para evitar su cría y proliferación es imprescindible la colaboración ciudadana. Se calcula que entre el 60% y el 80% de los focos de reproducción del mosquito tigre se ubican en áreas privadas de ambientes urbanos, que solo pueden ser controladas por los propietarios. Las medidas principales consisten en "suprimir o mantener limpios y secos los recipientes que puedan acumular agua en su interior". Su hábitat predilecto está en la cercanía de los hogares, sobre todo en chalés y casas con jardines. Ante la sospecha de haber detectado algún ejemplar, el Gobierno regional pide que se ponga en su conocimiento o que se notifique a través de la app Mosquito Alert.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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