La Comunidad tapa un yacimiento romano descubierto en Villamanta

El Gobierno regional ha renunciado a excavar en Villamanta, una localidad de 2.500 habitantes cercana a Navalcarnero, un yacimiento arqueológico romano desconocido hasta ahora y datado en los siglos I y II después de Cristo. El descubrimiento del enclave, a mediados de 2014, obligó a paralizar unas obras de abastecimiento del Canal de Isabel II. El alcalde, Pedro Dorado (PSOE), reclama que se investigue su posible relación con la ciudad romana de Mantua Carpetanorum. Pero el Ejecutivo autónomo ha tapado el hallazgo y no se compromete a retomar las excavaciones “a corto plazo”.

La Dirección General de Patrimonio Histórico, que depende de la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura, emitió en noviembre de 2011 un informe favorable a un proyecto de abastecimiento de agua en Villamanta y Navalcarnero. Durante las prospecciones se descubrieron dos enclaves arqueológicos, uno de ellos “inédito”, según Patrimonio: el yacimiento de El Tejar, de época romana.

Los trabajos realizados desenterraron, entre otros objetos, cinco estelas romanas, que fueron trasladadas al Museo Arqueológico Regional. También quedaron a la vista muros de grandes proporciones. “Los restos estudiados pertenecen a una instalación habitacional probablemente subsidiaria de un complejo amplio y de mayor entidad arquitectónica situado en las inmediaciones”, explicaron los autores de las excavaciones. “De los abundantes materiales cerámicos de construcción, se desprende que existieron en el área construcciones techadas de considerable envergadura”, reconoció Patrimonio en un informe del pasado octubre, que abordaba la extracción de una de las estelas y la protección del resto de estructuras exhumadas en El Tejar.

“Estamos hablando de un yacimiento aparentemente de gran importancia, que podría pertenecer a la mítica Mantua Carpetanorum, y sin embargo la Comunidad, desdiciéndose a sí misma, ha cubierto los restos”, lamenta el regidor socialista. “Se han tapado para preservarlos”, esgrime el Ejecutivo de Ignacio González (PP). El argumento choca con la realidad: el enclave fue cubierto hace unos meses, después de que unas lluvias a finales del año pasado degradasen el estado de conservación de las estructuras. “No las protegieron y las echaron a perder”, lamenta el regidor.

Posteriormente, para salvar la situación y proseguir con la canalización del Canal, Patrimonio aprobó la modificación del trazado debido a “la imposibilidad de asumir los costes de la actuación arqueológica” por la empresa pública. Una explicación que Dorado “no comprende”, ya que en el presupuesto de abastecimiento de agua aparece recogido un importe de 101.609 euros “en concepto de control arqueológico”.

Patrimonio dictaminó además que el desvío de la canalización estaba a una distancia de 50 metros del yacimiento, según los datos aportados por el Canal. Pero en realidad, según nuevos cálculos, estaba a menos de 13 metros, lo que obliga a excavar el enclave: la ley de Patrimonio Histórico aprobada en 2013 establece una zona de seguridad de 15 metros cuando se encuentra un yacimiento arqueológico.