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Boi Ruiz califica de “puntual” el colapso de las urgencias

Unas 200 personas exigen ante el Parlament la dimisión del consejero

Jessica Mouzo
Protesta ante el Parlament por los recortes en sanidad.
Protesta ante el Parlament por los recortes en sanidad.Albert Garcia

Los gritos y las protestas de las 200 personas que se apostaron ayer por la tarde a las puertas del Parlament para denunciar los recortes en sanidad silenciaron las palabras que esa misma mañana dedicó el consejero de Salud, Boi Ruiz al colapso de los servicios de urgencias y el cierre de camas en verano. Ruiz redujo a “una situación singular” la saturación de las urgencias y aseguró, durante el pleno del Parlament, que “no se puede hablar de camas cerradas, sino de camas en standby”.

En la línea de lo que alegó el miércoles Josep Maria Pedrosa, el director del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), cuando admitió que se cerrarán hasta 3.100 camas en agosto, Boi Ruiz se refirió también al aumento de la cirugía mayor ambulatoria (CMA), al incremento de la hospitalización domiciliaria y a la puesta en marcha del plan de enfermos crónicos para justificar la medida. “El sistema sanitario se encuentra en permanente innovación tecnológica y profesional y las estructuras a utilizar ahora son diferentes. Necesitamos más horas para hacer más actividad quirúrgica, pero necesitamos menos camas”, esgrimió. Según Ruiz, los hospitales catalanes solo utilizan “entre el 70% y el 80%” de las camas abiertas. “Lo importante no es cuántas camas están disponibles, sino cuántas tenemos instaladas que pueden ser activadas”. La diputada de Ciutadans, Carme Pérez, le replicó que abrir camas cerradas no es un proceso rápido porque también requiere disponer de personal para cubrirlas, así como hacer revisiones técnicas y de seguridad.

Las decenas de personas que, según han denunciado los médicos del servicio del Vall d’Hebron, han aguardado hasta cinco días en los boxes a la espera de una cama en planta también se reducen a “cifras puntuales y ocasionales, no a estatus de situación” a ojos del titular de Salud. A las tres de la tarde de ayer, según la Junta de Personal de Bellvitge, 25 personas esperaban también en urgencias a ser ingresados en planta. El consejero también sacó hierro al número de personas en lista de espera. Para Ruiz, lo importante es “el tiempo que tardan en ser intervenidos”.

Al grito de “¡Recortar en sanidad es asesinar!”, trabajadores y pacientes de Vall d'Hebron y Bellvitge y varias organizaciones vecinales exigieron ante el edificio del Parlament la dimisión del consejero de Salud, al que acusaron de “desmantelar la sanidad pública”. La protesta estaba convocada a media tarde para coincidir con las interpelaciones al consejero de ICV y ERC pero, según denunció la diputada ecosocialista Marta Ribas, un “curioso cambio” de agenda trasladó a primera hora de la mañana las dos interpelaciones de salud.

Aunque Ruiz volvió a tildar de “demagogia” las protestas que han brotado las últimas semanas, al final el consejero aceptó reunirse con una representación de los manifestantes, que también entregaron una carta dirigida a la presidenta del Parlament. “No queremos que el dinero público financie entidades privadas”, rezaba la misiva, que también denunciaba “la insuficiencia de recursos” en sanidad.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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