Andalucía presiona a Cañete para que rechace el sistema de ayudas agrícolas

El Gobierno andaluz ha dado un paso al frente para forzar al Ministerio de Agricultura a rechazar un modelo de reparto de ayudas europeas que no tiene en cuenta la realidad del campo andaluz, que supone el 25% del PIB agrario nacional. El consejero de Agricultura, Luis Planas, se reunió ayer con las organizaciones agrarias y las cooperativas para hacer un frente andaluz ante la nueva Política Agraria Común (PAC) que ultima Bruselas, y cuyo reparto nacional debe cerrarse en junio.

Las alarmas saltaron tras las declaraciones del ministro Miguel Arias Cañete la semana pasada en Expoliva de Jaén, donde abogó por una “aplicación nacional para que todos los productores de un determinado cultivo reciban el mismo nivel de apoyo en todas las partes del territorio”. Cañete intentó después, sin éxito, matizar sus palabras, pero eso no ha impedido que el sector agrario andaluz se rebele ante un modelo, el de la tasa plana, que provocaría un importante trasvase de ayudas desde Andalucía a otras comunidades.

“No se puede dar igualdad de trato entre territorios con sistemas productivos diferentes. Nos oponemos a la tasa plana y a cualquier modelo que suponga pérdida de ayudas”, señaló Planas, quien ha sido criticado por algunas organizaciones por su falta de firmeza. Según la proyección realizada por la consejería, con una tasa plana nacional Andalucía perdería un tercio de las ayudas directas (unos 400 millones anuales) y un 20% si se aplica la tasa plana regional. Un modelo, en cambio, que sí beneficiaría a otras comunidades.

“Supondría igualar un olivar de Jaén con el de Gerona, cuando la estructura productiva no es la misma”, agregó Planas. La Junta maneja hasta seis modelos alternativos para garantizar las ayudas actuales. Uno de ellos es el de la comarcalización, para tener en cuenta la especificidad de cada cultivo y territorio.