Artur Mas, patronales y sindicatos firman una tregua

Tres meses de tregua. Tras dos años de enfrentamiento frontal y continuado (con incontables manifestaciones en la calle contra los recortes y los efectos de la reforma laboral), el Gobierno catalán, los sindicatos y las patronales volvieron a sentarse ayer para retomar el acuerdo estratégico que persigue reactivar la economía. Y salieron celebrándolo, algo inusual en un país donde las cumbres suelen acabar en un sainete de reproches. Como la semana pasada con la cumbre por el derecho a decidir. La reunión de ayer da aire al presidente de la Generalitat, Artur Mas, en un momento muy complicado: Madrid cede poco con el límite de déficit, su socio (ERC) se distancia y el Ejecutivo catalán se plantea prorrogar los presupuestos hasta 2014.

En un contexto terriblemente más negativo que en las ediciones de 2005 y 2008, con el tripartito en el poder, las tres partes sellaron un documento muy genérico que se comprometen a concretar en tres meses en tres ámbitos: la reactivación económica (basada en la industria y las pymes), el paro y la cohesión social. Todo ello con la premisa de exigir más margen en el límite de déficit y la idea de que “la austeridad no es efectiva si no se complementa con políticas de estímulo al crecimiento”. Pero con cero presupuesto.

En el acuerdo de ayer todos ganan. El Gobierno logró cerrar filas en su exigencia de relajación del objetivo de déficit en el 2,1%. Los sindicatos arrancaron compromisos como la “futura reparación” de los efectos de los recortes del Estado de bienestar o la necesidad de luchar contra el fraude fiscal. Las patronales aportaron la necesidad de impulsar la industria y las pymes, de luchar contra la economía sumergida y de facilitar el crédito.

La oposición critica la ausencia de acuerdos concretos y la falta de presupuesto

Capitaneada por el presidente Artur Mas, en la reunión participaron los consejeros de Empresa y Empleo, Felip Puig, y Economía, Andreu Mas-Colell; por parte de CC OO y UGT, sus secretarios generales, Joan Carles Gallego y Josep Maria Àlvarez, respectivamente; y en representación de las patronales, el presidente de Fomento, Joaquim Gay de Montellà, el de PIMEC, Josep González, y el de Fepime, Eusebi Cima.

El Gobierno, a través del consejero Felip Puig, celebró “la voluntad de acuerdo desde la discrepancia, el clima para poder conseguir la reactivación y tener la hoja de ruta antes en verano”. “No buscamos la foto fácil ni el aval a la gestión del Gobierno, sino a las líneas estratégicas para que el país salga adelante”, recalcó.

Los líderes sindicales también celebraron retomar el acuerdo, pero dejaron claras sus prioridades: frenar los recortes y poner el paro, el aumento de la pobreza y la amenaza de la cohesión social en el centro. “No se pueden mantener las políticas de austeridad, que no hacen sino que la economía caiga y aumente el paro. Hay que reorientar las políticas”, dijo el secretario general de CC OO, Joan Carles Gallego. El líder de UGT, Josep Maria Álvarez, advirtió de la necesidad de “no crear ni más ni menos expectativas para evitar generar frustración”. “Es positivo que nos volvamos a reunir, hace tres años que no lo hacíamos, pero no salimos con un paquete de acuerdos”, apuntó.

Los sindicatos se alinearon con el Ejecutivo en su petición de relajar el tope de déficit, “pero en ningún caso en seguir los criterios que exige Europa”, dijo Álvarez. “Generan más depresión, lo que hay que hacer es aumentar el gasto público”, añadió Gallego.

Mas insiste en pedir unidad política y social para afrontar "los grandes temas"

Por parte de las patronales, Josep González celebró “que se hable de reactivación” y pidió el incremento del límite de endeudamiento “para no continuar con la política de recortes”. Gay de Montellà defendió un “trato distinto para las autonomías igual que Europa lo tiene para los distintos países”. Cima, a su vez, celebró el consenso pese a las “posturas contrapuestas” de salida.

Por la tarde, y durante el acto de entrega de las cruces de Sant Jordi en la Generalitat, Mas llamó a la unidad de la sociedad civil para afrontar los “grandes temas de país”, mediante la suma de esfuerzos aparcando las diferencias para trazar un camino colectivo en contra de problemas como el paro y para situar a Cataluña en el mundo. El Gobierno catalán vivió como un éxito la reunión de ayer porque entiende que se ha reestablecido cierta confianza entre el Ejecutivo y los agentes sociales.

La oposición sí criticó los resultados de la reunión. El portavoz del PSC, Jaume Collboni, calificó el encuentro de “cumbre de las que hace el señor Mas, de humo y fotos” y reprochó la falta de presupuesto. ICV-EUiA anunció que pedirá la comparecencia en comisión del Parlament de los consejeros de Empresa y de Economía y de los agentes sociales y patronales que acudieron al encuentro, para detallar cómo concretarán las actuaciones acordadas “si no hay presupuesto”.