La revolución creativa de los robots toma el Museo Marítimo de Bilbao

La revolución robótica ya está aquí, y nada tiene que ver con la cultura popular consagrada en películas como Robocop o Inteligencia Artificial. Los ingenios robóticos que se diseñan hoy en día están pensados para hacernos la vida más fácil y también más divertida. Aún queda un largo camino por recorrer para que se puedan automatizar procesos enteros, para que los robots puedan interactuar de forma lógica con el ser humano, adaptándose a la persona y no al revés, como todavía ocurre. El sector se encuentra en pleno proceso de cambio y destila un importante potencial.

El mismo día en que el Gobierno vasco ha firmado un convenio con la UE para apoyar a las empresas creativas ha arrancado, en el Museo Marítimo de Bilbao, la cuarta edición de Creativity Meeting Point. Este encuentro, que se prolongará durante tres días, gira en torno a la creatividad y la innovación y cuenta con ponentes y participantes europeos de primera línea.

Jon Aguirre, director de Tecnalia, cree que la robótica es el nuevo paradigma, después de internet, y tiene un gran potencial para generar empleos

La robótica ha sido la protagonista indiscutible de esta primera jornada. La primera conferencia ha corrido a cargo de Jon Aguirre, director del área de investigación estratégica de Tecnalia y a su vez, es miembro ejecutivo de la Plataforma europea para la Investigación en Robótica Europ, una de las 36 plataformas temáticas europeas para orientar e incentivar la investigación en distintos campos.

Para Aguirre, la robótica tiene un papel clave en los grandes retos del siglo XXI, esto es, el envejecimiento de la sociedad, el calentamiento global, la seguridad y la educación. “En la coyuntura actual, este sector tiene un gran potencial para crear empleos por su aplicación a campos tan distintos como la salud, la energía y el medioambiente, la logística, las infraestructuras, el transporte y la automoción o el entretenimiento y la educación”.

El director de Tecnalia cree que la robótica es “el nuevo paradigma, después de internet”, y que las ventas de robots domésticos darán un salto cualitativo entre 2013 y 2014. La paradoja es que España es el cuarto país europeo y el séptimo en el mundo en el ranking de usuarios de tecnología robótica, pero es mínimo el porcentaje que se fabrica dentro de nuestras fronteras. “Es el momento de que aquí se empiece a desarrollar un mercado incipiente de robótica de servicios. Ya en Euskadi varios centros de investigación están haciendo muchos avances al respecto”.

Jokin Martín, joven emprendedor: "El boom de este sector es inminente y hay que estar ahí"

Al filo del mediodía tres jóvenes emprendedores se han reivindicado como fabricantes de robots. Ninguno pertenece a una empresa grande pero todos alcanzan ya el mercado internacional. Diego García es director de producto de AISoy Robotics y cree firmemente en la lucha contra ideas del tipo "que inventen otros". Junto con varios compañeros, "geeks", como el se autodenomina, fundaron esta pequeña empresa en 2008 y fueron creciendo hasta que en 2010 presentaron su primer prototipo en el Campus Party: AISoy 1, un pequeño robot social programable basado en la computación afectiva y personalizable por su propio usuario.

Se trata de un prototipo pensado para el ocio lúdico didáctico pero viene con un kit de desarrollo para seguir programándolo a base de BotApps, como quién añade nuevas aplicaciones a su smartphone. La última aplicación de la interfaz AISoy encuentra su sitio en el proyecto House de casas inteligentes. El pequeño robot actúa a modo de puente entre el lenguaje natural de las personas y el binario de las máquinas.

"Ya nos estamos volviendo un poco ciborgs, todos tenemos móvil y la mayoría lo consideramos casi una parte más de nuestro cuerpo"

Jokin Martín, donostiarra afincado en Asturias, decidió liarse la manta a la cabeza y dejar su trabajo en una consultoría para lanzarse a la aventura robótica. De la mano de la empresa Adele Robots, Martín asegura que los ingenios que fabrican y comercializan están muy alejados del sector industrial y se centran más en las personas. Nuka es un buen ejemplo de ello. Creada en Japón, sus beneficios en el tratamiento de demencias como el Alzheimer y en la terapia de niños hospitalizados están comprobados. También fue utilizada con los damnificados por el terremoto de Fukushima, hace un año. Martín quiso animar a los jóvenes a ser emprendedores en el campo de la robótica porque "el boom de este sector es inminente y hay que estar ahí".

El bilbaíno Daniel del Río ha presentado a Moway, una creación autónoma y programable con aspiraciones educativas que desarrolló a medias con su socio en Bizintek Innova. Para este joven emprendedor, los robots  enseñan nociones mecánicas, hacen que los niños comprendan situaciones cotidianas, que trabajen en equipo y que se motiven e interesen por la tecnología. "El actual sistema educativo programa a los alumnos contra el error, y la mejor forma de aprender es errando".

Muy instructivas han sido las dos charlas a cargo de dos de los responsables de la Scuola di Robotica italiana, sita en Génova y referente europeo en este campo. Fiorella Operto fue una de sus fundadoras y en su intervención se ha centrado en las aplicaciones socio-sanitarias de los robots sin olvidar los principios de ética. Para Operto, la robótica es una combinación de múltiples disciplinas científicas al servicio del ser humano. En una presentación ha repasado las distintas aplicaciones en cirugía, prótesis, asistencia a personas dependientes y entretenimiento.

Su compañero, Emanuele Micheli, es el coordinador de actividades educativas y está especializado en los beneficios que los robots pueden aportar a los niños autistas o con algún tipo de discapacidad intelectual. “Podría parecer que la tecnología tiene a aislar, pero es todo lo contrario. Nosotros trabajamos para que los robots sean una herramienta más del aprendizaje, un puente entre el mundo virtual y el mundo real”. El aspecto más importante de la Escuela de Robótica es el trabajo en equipo, el “aprendizaje cooperativo”.

A modo de cierre de esta primera jornada del Creativity Meeting Point, su director, Pedro Ruiz Aldasoro, ha tanteado uno de los temores que la superstición popular suele atribuir a los robots. ¿Se volverán contra nosotros? ¿Nos dirigimos hacia una fase transhumana? Ruiz Aldasoro ha querido ironizar sobre las nuevas tecnologías, tan presentes en nuestras vidas: "Ya nos estamos volviendo un poco ciborgs, todos tenemos móvil y la mayoría lo consideramos casi una parte más de nuestro cuerpo".