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Mas pone en marcha su segundo gran ajuste con una dura subida de tasas

El Gobierno impone un impuesto turístico y el copago farmacéutico La deuda y las obligaciones de años anteriores lastran los presupuestos

El consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, y la presidenta del Parlament, muestran el lápiz de la memoria de los presupuestos de 2012.
El consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, y la presidenta del Parlament, muestran el lápiz de la memoria de los presupuestos de 2012.MARCEL.LÍ SÀENZ

Tras haber realizado el mayor recorte presupuestario de la Administración catalana en 2011, con un tijeretazo del 10%, el Gobierno de Artur Mas ha decidido emplear un arsenal de tasas e impuestos para drenar el déficit el año que viene. Entre otras medidas, el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, anunció ayer que a partir del año que viene los catalanes deberán abonar un euro por receta farmacéutica, una suerte de copago que permitirá recaudar hasta 102 millones de euros. En contra de su programa electoral, los presupuestos prevén una multitud de tasas, además de la venta de patrimonio público para ingresar 1.608 millones de euros. La meta es cumplir a toda costa el objetivo de déficit del 1,3% del producto interior bruto (PIB) catalán.

El proyecto de cuentas públicas catalanas que presentó ayer Mas-Colell tiene dos grandes lastres. El primero, el “insostenible” volumen de deuda, que el año que viene alcanzará los 41.676 millones de euros, lo que equivale al 19,8% del PIB. Solo a atender los intereses de la deuda contraída deberán destinarse 1.999,9 millones de euros, lo que la convierte en la tercera gran partida de gasto de la Generalitat, por detrás de las de sanidad y educación. “No hace falta que nos lo digan desde Alemania, la curva de deuda no es sostenible”, insistió Mas-Colell. El segundo obstáculo lo conforman varios pagos de obra pública que se financiaron de forma diferida —es decir, a plazo— y cuyo importe para 2012 es de más de 1.000 millones.

El crecimiento de ambas partidas —cerca de 500 millones cada una respecto a 2011— implica que el gasto global de los presupuestos, que asciende a 23.941 millones, bajará solo el 0,7%. Sin embargo, Mas-Colell explicó que para alcanzar esa “contención” compensará estas subidas con varios recortes, que van desde la bajada del sueldo de los empleados públicos hasta la reducción del presupuesto para la televisión pública. Por ello, en realidad el dinero que se destinará para que las consejerías desarrollen sus políticas caerá el 3,8%. La tijera pasará por todos los departamentos, salvo el de Territorio y Sostenibilidad. En el caso de los de Salud y Enseñanza, los recortes se situarán alrededor del 5%. Mas-Colell insistió en que los grandes recortes ya se han realizado en 2011 y los de este año “no afectarán a los servicios sociales”.

De cualquier modo, los presupuestos ponen el acento en la búsqueda de nuevos ingresos con la creación y subida de impuestos y tasas, con lo que se acercan a los planteamientos del PSC y ERC, que requerían más equidad en los ajustes. Cataluña, además, resucitará la tasa turística, que implantó Baleares en 2002 y enterró en 2003, a pesar del rechazo de un sector de los hoteleros; asimismo acepta recuperar el impuesto de patrimonio y sube el céntimo sanitario, que grava la gasolina.

El PP amenaza con rechazar las cuentas tras el ‘no’ de CiU a Rajoy

Ahora falta ver quién apoyará los presupuestos de CiU. El matrimonio de conveniencia que los nacionalistas y el Partido Popular han mantenido el último año sufrió ayer un nuevo bache con la negativa de CiU a apoyar la investidura de Mariano Rajoy. El PP no escondió su malestar con la actitud de Josep Antoni Duran Lleida y le acusó de estar “perjudicando a Cataluña”, insinuando que el nuevo Gobierno podría tener a partir de ahora una actitud hostil hacia esta comunidad. Antes de un mes se sabrá si el enfado del PP catalán es real o simple gesticulación.

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Los presupuestos que ayer presentó la Generalitat para 2012 tendrán la primera votación en la Cámara catalana el próximo 18 de enero, y hasta ahora todos daban por hecha la abstención del PP, lo que permitía sacar las cuentas adelante.

El portavoz del PP de Cataluña, Enric Millo, fue el encargado de ponerle cara al enfado de su partido, aunque en ningún momento dio por rota la posibilidad de entendimiento con CiU. Dijo ver con “perplejidad, sorpresa e incomprensión” el voto negativo de CiU a la investidura de Rajoy y concluyó que “los ganadores de las elecciones en Cataluña hoy se alinean con los perdedores de las elecciones en España”, en alusión a la coincidencia de CiU y el PSOE en oponerse a la investidura del líder del PP.

Pero el tono de Millo cambió al preguntársele si el PP piensa tumbar las cuentas de Artur Mas como represalia. “La política catalana tiene vida propia”, dijo, y se arrogó la actitud “responsable” que dice echar en falta en Convergència i Unió. Millo dijo que su partido hoy por hoy “no descarta” una enmienda a la totalidad a los presupuestos y que “de entrada” el PP catalán no comparte la medida de cobrar un euro por receta médica, porque ello “supone un agravio comparativo entre los catalanes y el resto de los españoles”.

El dirigente popular aseguró que su partido solo comenzará a negociar con CiU los presupuestos para 2012 cuando considere que se cumplen los compromisos que el Gobierno autónomo alcanzó con su partido a cambio de la abstención de los populares a las cuentas de 2011.

Más dispuestos al pacto o como mínimo a hablar se mostraron socialistas y republicanos. En un intento de poner de relieve los cambios que se han producido en el PSC tras su congreso, la nueva responsable económica del partido, Rocío Martínez-Sampere aseguró que las cuentas son “muy mejorables” y “no son útiles” para salir de la crisis porque no contienen “ninguna” propuesta para reactivar la economía, informa Ivanna Vallespín. Con todo, reiteró que el PSC tenderá la mano al Gobierno. El presidente del grupo de ERC en el Parlament, Joan Puigcercós, expresó la “coincidencia” de su partido en determinados aspectos de los presupuestos y mostró su predisposición a apoyarlos si se introduce progresividad en los impuestos y las tasas que se incrementan. Iniciativa sí descartó cualquier apoyo.

La Generalitat impone una tasa turística de entre uno y tres euros por pernoctación

CRISTINA DELGADO

La Generalitat dio carpetazo ayer a un debate que llevaba años enfrentando al sector turístico y la Administración: anunció la creación de una tasa turística. Cataluña cobrará tres euros a los usuarios de hoteles de cinco estrellas y los cruceros atracados, dos euros a los de cuatro estrellas y un euro en el resto de los establecimientos (casas rurales, apartamentos y cámpings incluidos); a todos los usuarios (independientemente de su nacionalidad) excepto a los menores de 12 años y los usuarios de programas sociales, como los pensionistas del Imserso. Esperan recaudar 100 milones al año.

El nuevo impuesto irá a una caja común, un fondo para la promoción turística, y un 25% de lo recaudado se transferirá a los municipios en función de lo que sus establecimientos generen, para que sea utilizado en promoción local. La tasa no se ha consensuado con empresarios ni hoteleros. "Estamos en contra de la decisión, todas las zonas turísticas y todo el sector", aseguró visiblemente enojado Jordi Clos, presidente del Gremio de Hoteleros de Barcelona. "El Gobierno no es consciente de todo el daño que acaba de hacer al turismo. CiU siempre nos ayudó contra la tasa y ahora nos la imponen. La gente del Gobierno debe de ser muy rica si piensa que obligar a pagar dos o tres euros por noche no afectará al sector, porque los visitantes ahora miran mucho los precios", advirtió. En el Ayuntamiento de Salou (Tarragonès), donde gobiernan CiU y el PP, prosperó una moción conjunta de la junta de portavoces en la que piden a la Generalitat que negocie con los municipios la implantación de la tasa. "Una decisión unilateral provocaría conflicto y tensión, y podría perjudicar a la economía del turismo y a la unidad de acción necesaria para mantener la competitividad del sector", decía, informa Mercè Pérez.

- Empresa y Empleo. Es de prever que la tasa turística, al margen de para promoción, sirva para compensar el bajón de presupuesto de los programas de turismo: el Departamento de Empresa y Empleo reduce su aportación de 66,6 a 30,5 millones. Esta macroconsejería ve reducido su presupuesto un 7,4%, es decir, pasa de 586,3 a 542,6 millones. Además de en turismo, recorta también en programas de comercio, cuya partida desciende de 121 a 13,9 millones. El apartado de energía y minas se reduce de 60,03 millones a 21,5 millones. A cambio, se impulsa de 32,9 a 80,9 millones el presupuesto de los programas de desarrollo empresarial, con la creación de un apartado de "internacionalización, promoción y fomento del comercio" dotado con 43 millones.

- Territorio y Sostenibilidad. Es el único departamento que ve crecer sustancialmente su presupuesto, un 14,8%, de modo que pasa de 1.363,8 a 1.564,5 millones. Sin embargo, el consejero Lluís Recoder tendrá poco margen de maniobra, ya que más de la mitad del dinero está comprometido en pagos diferidos y peajes en la sombra, es decir, obras que se realizaron años atrás y se pagan a plazos. Del dinero que le queda, aportará 300 millones al transporte público (metro, autobuses, etcétera, cuyos billetes suben un 7,9% de media). Los programas de ordenación del territorio y urbanismo sufren un enorme varapalo y pasan de 114 a 18 millones de euros.

- Economía y Conocimiento. Su presupuesto se reducirá un 9,2%: era de 1.213 millones y será de 1.101. La investigación y desarrollo se queda casi con los fondos que tenía, pero la educación universitaria pasa de recibir 927 millones a 918 millones de euros.

 

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