Linchamiento
El ‘caso Errejón’ ha confirmado un peligro que nos asusta desde hace tiempo: confundir el pecado y el delito, es decir, lo social o moralmente reprobable con lo penalmente condenable.
El ‘caso Errejón’ ha confirmado un peligro que nos asusta desde hace tiempo: confundir el pecado y el delito, es decir, lo social o moralmente reprobable con lo penalmente condenable.
Hay que ver el documental de Al Jazeera sobre los desmanes de soldados israelíes en la Franja e intentar identificarse con ellos, y fracasar con un nudo en la garganta. Nos merecemos al menos ese nudo
No se me ocurre una perspectiva más catastrofista, una utopía más deprimente que la que fantasea con un mundo de felicidad sin mácula
Lo que en tierra se nos antoja la más atroz violación del Estado de derecho (la ejecución extrajudicial, el juicio sumarísimo, la condena colectiva) constituye la normalidad entre las nubes
La guerra en Gaza ha generado protestas en todo el mundo y una polémica sobre dónde termina la crítica al Estado de Israel y comienzan planteamientos que pueden ser considerados antisemitas
Las izquierdas, que no pueden ofrecer rebelión, llegan demasiado tarde para aspirar a otra cosa que a frenar a la ultraderecha
Esta nueva y loable sensibilidad frente al toro se debe —paradójicamente— a nuestro dominio completo y destructivo de la naturaleza: somos los vencedores de una lucha milenaria y ahora queremos dedicarnos a otras matanzas
Esta última pirueta literaria del presidente le obliga a comprometerse aún más con políticas democratizadoras y socialmente progresistas
Las guerras de Ucrania y Gaza devuelven Europa a un nacionalismo que parecía superado por la globalización
Podemos cambiar muchas veces y sentir que cada cambio está justificado. Pero una inteligencia sin pensamiento acaba devorada por la vejez y el narcisismo
Entre los restos del naufragio y el proyecto sin fraguar que es Sumar, puede decirse que gracias a la formación morada España no sería hoy la excepción ante los extremistas de derechas de Europa
La izquierda no debe olvidar algo tras la victoria de Milei: la ultraderecha solo triunfa cuando se antoja la opción más razonable para una mayoría social muy cabreada, pero también para algunos intelectuales ferozmente displicentes con los votantes progresistas
Sería muy triste que, a partir del beso ignominioso de Rubiales, en nombre de un feminismo ‘neocon’ acabemos generando un mundo invivible, sin contactos físicos o solo programados
No será fácil. Una izquierda cada vez más moderada puede ganar las elecciones, en el tiempo de descuento y por un solo voto, a una derecha cada vez más radical
Todo el arco ideológico en mayor o menor medida comparte una neurosis que incluye el deseo de ser apaleado y el deseo de distinción pero mientras la derecha no sabe ganar, la izquierda no sabe perder
El caso de Ana Obregón se inscribe en un debate más ancho sobre ciencia, deseo y derecho. El principio es claro: ni debemos ni es nuestro derecho hacer todo lo que la ciencia y la tecnología nos permiten
Para renovar el Gobierno progresista, a algunos les parecerá una trampa que el PSOE necesite a Sumar; a mí esa trampa me tranquiliza. No se trata de unirse ni de amarse; se trata de llegar pragmáticamente a acuerdos, obligados por las circunstancias
Quizas la ‘ley mordaza’ no va a ser derogada porque el Gobierno de coalición ha estado demasiado ocupado pegándose tiros en el pie en peleas por medidas que ya habían acordado
Lo más inquietante de la acción de los jóvenes activistas es que, una vez en el museo, no les haya detenido la propia belleza de los cuadros
Cada grupo humano se siente orgulloso de lo que ha hecho y es cuestionado por sus descendientes, que lo harán de nuevo mal y que, por eso, deberían contemplar la petulancia de sus mayores con un poco de piedad y hasta de ternura
Es fundamental que las mujeres reivindiquen su deseo, y el derecho —aún más— a tomar la iniciativa, pero no debe hacerse a expensas de la voluntad, la única facultad que admite un reconocimiento legal
Frente a la ‘realpolitik’ hay que reivindicar la ingenuidad y la hipocresía. “Ingenuo” es creer en los derechos humanos y la democracia; “hipócrita” es cualquier negociación y el respeto a la legalidad internacional. Necesitamos más “ingenuidad” e “hipocresía” y menos audacia y cinismo
Comunismo y capitalismo se disputaron el siglo XX con desigual fortuna pero con resultados parecidos: despilfarro de recursos, desprecio por los límites de la Tierra, consideración de los humanos como puros medios de reproducción
La movilización de hace una década nos descubrió que, por debajo de las fosilizadas instituciones del 78 y a pesar de sus representantes, este país había mejorado
Cuando se levante el confinamiento, habrá que volver a pensar en lo necesario y en lo importante
Las naciones necesitan mitos compartidos y España —salvo la guerra de Independencia y el gol de Iniesta— no los tiene
Hay dos tipos de autoridad: la disciplinar, que se impone desde un cargo, y la moral, fruto del carisma y el conocimiento
Frente a la revolución neoliberal y su contrapunto ultraderechista, la necesidad de un freno radical pasa por encontrar un punto de apoyo civilizatorio, una combinación de rebeldía, reformismo y conservadurismo