
Columna Visual | ‘Qué amor! Qué amor?’
En el quinto episodio de ‘Ay, futuro’, Martín Caparrós reflexiona sobre la libertad en el sexo, la familia y el amor en el mundo moderno

Escritor, periodista. Premios Ortega y Gasset, Moors Cabot, Roger Caillois, Terzani, Herralde, entre otros. Más de 50 años de profesión, más de 40 libros publicados en más de 30 países. Nació en Buenos Aires, que lo nombró "Ciudadano ilustre", en 1957; vive en Madrid. Su último libro es 'Antes que nada'.

En el quinto episodio de ‘Ay, futuro’, Martín Caparrós reflexiona sobre la libertad en el sexo, la familia y el amor en el mundo moderno

El argentino Martín Caparrós cumple cinco décadas como periodista: “Extraño las redacciones: se han disuelto en la luz y el silencio. Eran oasis oscuros, llenos del ruido de las máquinas de escribir y los gritos para hacerse oír”

En el cuarto episodio de ‘Ay, futuro’, Martín Caparrós considera aspectos clave en la hambruna que invade numerosas zonas del mundo

Vivimos en un mundo que se preocupa por las ‘fake news’ —que, si no fuéramos tan cursis, se llamarían noticias falsas

En el tercer episodio de ‘Ay, futuro’, Martín Caparrós se pregunta si es posible que el ser humano vaya camino a la inmortalidad

Al fin y al cabo Bukele será votado por el 80% o 90% de sus conciudadanos en las elecciones: un gran triunfo democrático que avalará la ruptura de las reglas democráticas

La memoria, las máquinas y la inteligencia son algunos de los temas que se tratan en el nuevo episodio de la columna visual ‘Ay futuro’

El parto de una palabra es un momento de luz extraordinaria; su muerte, una larga agonía balbuciente

En este primer capítulo de la serie, el escritor y el dibujante abordan la falta de un futuro ilusionante para la sociedad actual

Es una contradicción flagrante, una de las mayores falacias de esta época de identidades falaces

Milei descubrió indignado que hay algo muy engorroso llamado política y que las fuerzas del cielo, sus aliadas, no parecen suficientes para dejarla atrás

Nos gustan esos finales falsos, nos alientan: nos inflan con la sensación de que podemos empezar de nuevo

Está claro que pretenden sacarle al Estado cualquier posibilidad de regulación y protección de los más débiles, y permitir que los empresarios tengan todo el poder

Parece que a nadie le importa que Milei sea un mentiroso redomado. Durante la campaña los medios argentinos fallaron en su mínima tarea de chequearlo y desmentirlo

Quizá no hay palabra más machirula que amo. Y sin embargo su origen es femenino, y ahora se usa para mascotas y otras confusiones

Muchos argentinos –ya lo anunció su nuevo presidente– van a sufrir mucho: todo depende, una vez más, de cuánto quieran y puedan soportar, cuánto quieran y puedan esperar

Nunca, desde 1789, la palabra igualdad fue tan poquito. Si no conseguimos recargarla terminará por no significar casi nada

Parecía que las elecciones argentinas se habían terminado por un tiempo, pero la gran incógnita de estos días es una elección que hará un hombre solo o ayudado por su hermana y sus perros y demás consejeros: cuál de todos esos Mileis gobernará el país

El país ha terminado de demostrar que es, ahora, un país desesperado, porque hay que estar desesperado para votar a un señor que dio tantas muestras de su desequilibrio y su ignorancia

Es una de las palabras más falsas: sobre la mentira de que más allá estaba eso que nunca estuvo, que tampoco estará

En los debates de ahora no se trata de demostrar lo bueno que es uno, sino lo malo que es el otro. Lo practican casi todos: pocos, con el entusiasmo y las expectativas de los señores Massa y Milei

Seguramente el proceso argentino sería mucho más interesante si ganara Milei. Que vivas tiempos interesantes es una vieja maldición gitana: ese proceso podría ser tan duro que muchos tenemos mucho miedo de que llegue

La palabra terrorista sirve para crear terror. Definir a algo o alguien como terrorista no necesita más argumentos; es, en sí, la condena

Nada peor le podría pasar a Argentina que ser gobernada por Javier Milei. Literalmente: nada peor

Massa anunció anoche que “la grieta” se había terminado: era su forma de decir que, para él, el kirchnerismo se había terminado

Pasamos a ser personas incompletas. Es duro. Somos, está claro, perdedores, en un mundo que detesta la derrota

Las elecciones se dirimen entre un señor colérico que habla con su perro, un ministro de Economía que está hundiendo la economía y una exministra que solo demostró su ineficacia y escasísimas luces

Es probable que el señor Milei presida el país; aun si no lo logra, lo ha cambiado: ha corrido los límites de lo que los argentinos toleraban

Nos toca crear un mundo donde no haya Creación: donde no haya discursos intocables, donde no haya hogueras

Podría hablar –escribir– un rato largo sobre los abismos del señor Milei y los peligros de un gobierno suyo, pero lo único que tengo son preguntas sobre sus millones: ¿qué les pasó, qué nos pasó?

La política debería ser organizarse para conseguir cosas, desde una buena sanidad hasta el fin de los grandes beneficios

Las Fuerzas Armadas de Argentina, pobremente equipadas, justamente reducidas por sus pecados y peligros, no sería capaz de combatir

Durante siglos los hombres no pudieron decirse te quiero: era riesgoso, era anatema, los empujaba al borde del barranco...

Es un sustantivo complejo que incluye todo lo que la arena tiene alrededor: los ídolos, las gradas, los fans desaforados…

El líder antiestatal, el señor Milei, ya no puede proponer la privatización de teléfonos o aviones; solo le queda privatizar a cada cual, su trabajo, sus derechos, su cuerpo: que venderse sea una decisión individual y que el Estado no la impida

Ahora la información llega en cualquier momento. Algunos lo llamarían continuismo, pero suena a otra cosa

O las democracias se dan cuenta de que no les alcanza con existir y mostrar su magnífico perfil heleno, o los Bukeles de este mundo se van a quedar con casi todo

Que se use un masculino para dar esa sensación de poder, de potencia de las jóvenes bellas es, en sí, una caricatura

Mi país, que suele jactarse de récords y más récords, ha conseguido uno sin par, que incluso sus competidores reconocen: es el mayor fracaso de este último siglo

Si nos engañan es porque queremos: siempre quisimos creer en nubes; durante siglos, allí habitaron extraños personajes