
Los trajes nuevos de Simon Leys
El escritor belga fue el primero en denunciar los horrores de la revolución cultural china en los setenta. Su vida corrió peligro. Lo único que le salvó fue empezar a escribir con pseudónimo

El escritor belga fue el primero en denunciar los horrores de la revolución cultural china en los setenta. Su vida corrió peligro. Lo único que le salvó fue empezar a escribir con pseudónimo

Portbou fue el lugar en el que se suicidó el filósofo alemán, que huía de los nazis. Antes había sido uno de los caminos de salida al exilio de los republicanos españoles. Entre ellos estaba el padre de la autora

En su novela ‘Los periódicos’, escrita en 1903 y recién reeditada en castellano, el escritor denunció la ambición descarada de los tiempos, el triunfo de la nada invisible, la organizada sociedad, siempre ávida de chismes

Su heredado colonialismo, sus triunfos y su popularidad hicieron emerger a un personaje clasista, antiguo o incómodo, que pasó de moda injustamente para lectores con almas cortas de aliento y de alegría

El cineasta y poeta italiano, del que ahora se traduce al español su primer relato, fue tan adorado como condenado. No gustó que disfrutara de homosexualidad, ni le ayudó su desprecio por la izquierda y sus críticas al “genocidio consumista”

Lo leí siendo muy joven, tal vez demasiado, y nunca más regresé a él. Me lo tragué, de cabo a rabo, y lo disfruté como un licor desconocido, ni refrescante ni dulce. Mentiría si no dijese que cambió mi vida

‘Descanso de caminantes’, del escritor argentino, es una historia minuciosa y sin trampas; algo alegremente organizado para entender una vida entera

Recuerdo con ansiedad la adicción que despertó el escritor suizo en todos nosotros, aún impresionables y jóvenes: nos dejó sin aliento y sin herramientas para juzgar su escritura rica y apasionada, pero siempre al amparo del desdén más profundo

El estilo, rico y preciso, del autor británico se despliega como la alfombra sedosa en la que a todos nos gustaría retozar, aunque luego aparezca en la siguiente esquina con el machete bien afilado

Leonardo Sciascia no se conformó con ser un autor leído y venerado. Siguió escuchando historias y recogiendo detalles hasta convertir olvidadas anécdotas o malhadados cotilleos en una crónica literaria y política inapelable

Se reedita ‘El grupo’, el superventas de los sesenta sobre ocho exalumnas de una universidad pija, que puede leerse como una malévola guía de sociedad

Homosexual victoriano con flirteos filonazis, el escritor angloindio Hector Hugh Munro viajó por el mundo y desarrolló un ojo clínico para destapar a la hipócrita alta sociedad británica

Digan lo que digan, no creo que el escritor francés pueda confundirse con el pelotón de los llamados ‘antimodernos’. Él creó una obra inmune y solitaria, eterna, ajena a los premios y a la televisión

José Bergamín era el desasosiego y la burla hechas fuego, un indiscutible problema para la gazmoña banda franquista, que le forzó a exilarse varias veces en su larga vida