El regalo de Navidad
Cestas con colmillo de marfil expropiado a Rumasa, ciervos de plata maciza con mucha cornamenta, el teléfono que no paga enganche y las muñecas de tacto humano llenan la capital de fulgores, celofanes y deudas íntimas.
Cestas con colmillo de marfil expropiado a Rumasa, ciervos de plata maciza con mucha cornamenta, el teléfono que no paga enganche y las muñecas de tacto humano llenan la capital de fulgores, celofanes y deudas íntimas.
Una flota pesquera de 32 grúas municipales faena de siete de la mañana a once de la noche con orden de busca y captura de la fauna marina más rebelde. Diariamente apresa 200 piezas, que congela en un almacén o ahúma en un depósito
El miedo y el frío acechan a estos esforzados supervivientesIGNACIO CARRIÓN "Dijo la Muerte al viejo: '¿Qué haces aquí?". Y respondió el viejo: 'Esperarte a ti'". (Del refranero español.) Aunque trágica, esta sentencia se palpa en los escasos rincones de la ciudad donde los ancianos se calientan y descansan al resguardo de los coches
Medio cinturón de Madrid es de una castidad mortificante y dura, mientras que la otra mitad permite la orgía de un tráfico veloz que asciende hacia su propio clímax. Los hospitales están al norte, y los accidentes, al sur, con más de 130.000 vehículos al día.
Un rosario de plegarias, limosnas, advocaciones insólitas y picaresca
Cuando Mr. Johnson regresó aquella madrugada a su hotel con un abanico típico en la mano comprendió que era un hombre insignificante, un turista de numero y folleto, que al fin habia sucumbido como tantos otros.
Cada 22 minutos muere un vecino de Madrid. Si la bomba destructora nos indulta, jamás obtendremos sepultura perpetua en el gran cementerio. Todo está completo entre marmolinas sintéticas, flores de plástico y los gases del autobús número 110.
Desde la granja al mercado, un destino inexorable tras 56 días sucesivos de engorde
Doscientas mil almas, algunas en pena, descienden por un tobogán de 200.000 metros cuadrados hacia el lujoso y depravado centro de Madrid
Y para terminar, 24 horas en la comisaría, donde el tirón y cuenta nueva, el picotazo,la expoliación y otros sobresaltos callejeros están a la orden del día en estos momentos
Titiritero ambulante, ha recorrido el mundo con su 'teatro que camina', la minima expresión desmontable de una escena
Es un tren legendario, pícaro y pobretón, además de muy lento. El banco azul plastificado de su segunda clase hace las veces de baño turco a la española. La viajata dura 15 horas para cubrir algo más de 1.000 kilómetros. Un solo empleado, el interventor, cuida de la suerte de 900 viajeros que aguantan una tremenda paliza.