
¡Progresistas, a las trincheras!
La indignación no es una política alternativa: hay que incluir a los perdedores de la globalización

La indignación no es una política alternativa: hay que incluir a los perdedores de la globalización
La falta de coincidencia de intereses entre países acreedores y deudores ha lastrado el proyecto común


Es necesaria una revisión razonable de la globalización con un nuevo contrato social
¿Por qué acepta España sin cuestionar un nuevo recorte de gasto para este año de 5.500 millones de euros?
Hay cosas buenas en nuestra economía, pero perdimos autoestima y nos cuesta verlas
España es el país europeo con más cárteles y donde hay mayores diferencias salariales

Los gobernantes deberían compensar a aquellos ciudadanos a los que sus medidas causan dolor



Restauremos la solidaridad vigente en nuestras democracias durante décadas y veremos como los populismos desaparecen por si solos

Esta va a ser la legislatura del cambio, probablemente corta pero intensamente reformista

La intromisión de Bruselas es un error. Supondrá un incremento del antieuropeísmo, aunque en España no haya una Marine Le Pen

El nobel Angus Deaton se ha mostrado escéptico ante las teorías de la austeridad expansiva

Nuestra experiencia con la moneda única nos indica los problemas del área económica

La crisis no ha sido una mera fase del ciclo económico, sino el agotamiento del modelo

El problema territorial parte de un déficit de instituciones que representen el interés general

El mejor escenario sería uno en el que las inversiones crecieran aún más rápido que los beneficios


La economía parece no ser suficiente para ganar elecciones, lo relevante es la política

España vive una situación que se puede calificar de emergencia social

Las preferencias del conjunto de la sociedad deben pesar más que las de los muy ricos

Hay populismos buenos y malos. Ambos intentan responder a problemas reales de la gente

En la negociación entre Grecia y Alemania ambas partes amenazan con la destrucción mutua
Si la austeridad no tiene respaldo electoral cabe la posibilidad de un cambio de política económica

Si una política hace aumentar la desigualdad, no es buena. No hay vuelta de hoja
La reducción de salarios no puede ser la estrategia generalizada de largo plazo para ganar competitividad


La austeridad se ha usado como un principio bueno en sí mismo, al margen de la economía
Vienen tiempos de soluciones heterodoxas y radicales. Esperemos que la Comisión se adapte a ellas
Alinearnos con las posiciones alemanas puede ser políticamente conveniente, pero es malo para la economía
Necesitamos un contrato social como el acordado tras la Segunda Guerra Mundial. Podemos hacerlo de nuevo
Si las formaciones políticas en el Parlamento Europeo, conservadores y socialdemócratas, no hacen nada para acabar con las causas del malestar popular sería un error dramático