Menopausia: información para decidir
El diálogo público muy reciente en torno a esta etapa de la vida de las mujeres, saca del ostracismo los sofocos, el cansancio, la sequedad vaginal y otros síntomas que trae la pérdida de estrógenos durante este proceso
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Pausa. Hagamos una pausa, abaniquémonos y hablemos de climaterio y menopausia. La excusa es que el 18 de octubre es el día elegido internacionalmente para hablar de esta etapa de la vida pos reproductiva, pero sobre todo, es sostener y subirse a la ola incipiente del diálogo público que se ha generado hace muy, muy poco tiempo, sacando del ostracismo los sofocos, el cansancio, la sequedad vaginal que trae la pérdida de estrógenos para todas —o la gran mayoría—, y que cada una vive de forma personalísima.
En reuniones con amigas he escuchado que fueron a hacerse el control anual ginecológico y que sufrieron cuando se les colocaba el espéculo para hacerse el Papanicolaou o que no tenían relaciones sexuales porque les resultaba una experiencia física dolorosa. Y emocional, claro.
La respuesta médica general que recibieron fue: “Es normal”. Fin de la conversación.
¿Aceptamos la normalidad? Pues no. Por eso buscamos opciones, ponemos el tema en escena, para tomar decisiones informadas, información que ha tardado en llegar, y tiene su historia.
A principios de la década de 1970, en Estados Unidos se seleccionaron 8341 personas para investigar si el estrógeno previene los ataques cardiacos.
¡Todos hombres!
Lo contó en marzo de este año, Jill Biden, primera dama estadounidense, cuando anunció una nueva iniciativa por la salud de las mujeres auspiciada por su marido, el presidente Joe Biden.
Y en 1968, la ginecóloga y obstetra Dame Josephine Barnes, habló sobre los cambios hormonales durante la transición a la menopausia en Women’s Hour, un popular programa de radio en Reino Unido. Algunos dijeron que era “sumamente embarazoso” oír hablar de sofocos a las 2.00 de la tarde. Sin embargo, en 1970 las feministas comenzaron a cuestionar el modelo médico ortodoxo de la menopausia y lo consideraron una transformación positiva.
Este relato es parte del Libro Blanco de Sociedad Internacional de Menopausia (IMS) que se publicó en agosto. La menopausia es un día en la vida, el de la última menstruación. El proceso anterior y posterior, se llama climaterio. Dicho esto, aún estamos transitando el proceso del buen decir, y usamos pre y postmenopausia.
Es este periodo post reproductivo, se pierden estrógenos, y estas hormonas femeninas han dado, y están dando, mucho de qué hablar. ¿Cuál es la solución ante los síntomas por la falta de estrógenos? ¿La Terapia de Reemplazo Hormonal? ¿Los suplementos que se promocionan en redes sociales? ¿Vivir el climaterio cómo nos toca?
Pues no hay una única respuesta, porque todas somos distintas, según nuestras vidas y circunstancias.
“La visión de la Sociedad Internacional de Menopausia (IMS) es que todas las mujeres del mundo tengan un acceso fácil y equitativo a conocimientos y atención médica basados en evidencia, empoderándolas para tomar decisiones de salud en la mediana edad con plena información”, dice el Libro Blanco de la organización.
Por ahí vamos, siguiendo el camino de las feministas de los años setenta: el poder se comparte entre quienes son profesionales de la salud con especialización en climaterio y nosotras. Y para eso debe circular la información y estar atentas a qué se hace con esa información.
La médica Sandra Magirena es una pionera en Argentina en abordar la menopausia y el climaterio, en su libro Regreso a mí (Planeta), en redes sociales y en espacios científicos. Ella se basa en cuatro pilares: una mejor alimentación; actividad física adecuada a esa mujer; una sexualidad que implica “erotizarse de una manera saludable y manteniendo la salud urogenital”, y la espiritualidad “que es el regreso a mí, la conexión con el ser interior que tiene todas las respuestas, sacando las ataduras de un modelo que no corresponde y molesta”, dice la profesional.
“No hay un ‘santo grial’ para acompañar este proceso”, afirma Magirena.
Cuenta que en su consulta recibe muchos pedidos de mujeres que le dicen “sácame de este lugar”, porque la pasan mal con los síntomas del climaterio. Ella les informa y toman decisiones juntas, porque no se trata de romantizar el climaterio, por supuesto. “Tienen que conectarse son ellas mismas, estar informadas y tomar decisiones. Me preocupa que puedan comprar soluciones mágicas que no existen”, sostiene.
Otra pionera es María Sol East Goenaga, licenciada en Antropología y Magíster en Género y Políticas, autora de una tesis única: “Mujeres, climaterio, menopausia y su abordaje desde las políticas públicas en salud. Situación actual en la región de América Latina y el Caribe”.
“La salud sexual y post reproductiva de las mujeres no es una prioridad en la agenda pública, solo siete de los 19 países que estudié cuentan con algún abordaje del tema, en muchos casos desactualizados, en la mayoría invisibilizados. Las mujeres seguimos siendo prioridad mientras tenemos capacidad de gestar, luego desaparecemos del mapa en las políticas en salud, pero hay luz al final del camino: en el 2023 Paraguay lanzó sus primeras orientaciones para abordar el tema, y yo debería decir que ya son ocho de 19. Costa Rica también ha iniciado un proceso de discusión interna que esperamos concluya positivamente”, comparte.
Nos importa estar informadas, gozar de la sexualidad y sentirnos bien. Y la falta de estrógenos también trae aparejadas modificaciones en la piel.
Ahí se detuvo, nada menos y nada más, que la actriz Naomi Watts, que habla de menopausia sin tapujos. ¡Bienvenida! Ella lanzó Stripes, una línea que promociona como “una solución holística” para la menopausia. Hay cremas, óleos, geles vaginales.
Sobre geles vaginales, esos que nos ayudan al goce, hay muchos y variados, pero la lista es brevísima si buscamos que sean específicos para climaterio, por lo menos en el mercado argentino.
Uno de ellos es Viasek de EuroLab, que tiene una serie de productos específicos y que ha formado comunidad gracias a las charlas informativas por Instagram con profesionales. Una de las habituales es Magirena. “Es un laboratorio que me habilitó un espacio de comunicación e intercambio de información con las mujeres con respeto, perspectiva de género y respaldo académico sin presiones de mercado. Resalto la calidad de los productos y la adecuación a las distintas etapas de la vida de la mujer. Hemos logrado crear una comunidad de mujeres que nos siguen y consultan libres de prejuicios y eso es muy valioso”, valora la médica.
También Vichy sostiene la campaña #SinPausaEnLaMenopausia que “busca abrir la conversación sobre la menopausia”, dice el slogan de la compañía, que informa que investigó “durante 20 años el impacto hormonal” de esta etapa de la vida de las mujeres en la piel, y promociona un sérum y cremas.
Y si seguimos buscando, en Internet hay test sobre menopausia, tratamientos, productos naturales, suplementos. La lista sigue.
Hace pocos años todo esto no existía.
Llegamos entonces a este 18 de octubre de 2024, Día Mundial de la Menopausia, fecha establecida desde 2009 por la Sociedad Internacional de Menopausia y la Organización Mundial de la Salud, con mucha información circulando, la que hay que analizar críticamente y adecuarla a cada una.
Pausa para pensar qué nos hace bien, para decidir acompañadas adecuadamente, para vivir el climaterio como una etapa gozosa.
Una película que recomendamos: ‘La sustancia’, por Julieta Sanguino
Como si la vida terminara al tener 50, Elizabeth Sparkle es despedida exactamente el día de su cumpleaños. Tenía un programa de ejercicios muy al estilo de Jane Fonda, pero este quiebre en su vida hace que su realidad comience a colapsar. Se mira al espejo y ya no luce como antes. Toca su cuerpo y no se siente terso y firme como en su juventud. Está deshecha. Se pierde en ella, en la mirada pública, en la desesperación de los años que pasan y la depresión que se agrava al enfrentarse al escrutinio de los demás. Entonces alguien le ofrece la sustancia que promete liberar una mejor versión de ella. Solo existe algo que no debe olvidar, “una semana para una, una semana para la otra. Un balance perfecto”.
Pero, ¿y si el balance no se cumple? ¿Y si la obsesión por la juventud la hace presa de una versión que la daña? Esta pelea entre las dos versiones de la protagonista refleja una lucha contra los cánones de la belleza, una batalla contra la asquerosa indiferencia masculina —por todo lo que hacemos por complacer y toda la preocupación acumulada—, y una lucha contra ella misma… ¿Por qué no se puede controlar?, ¿por qué no puede preferir ser ella antes de consumirse con la imagen sexualizada que todos aman?
La sátira de la directora Coralie Fargeat muestra, literalmente, el horror corporal del que somos presas todas. Incluso una Demi Moore que se mira al espejo y no se gusta. Qué exasperante es sentirnos reflejadas en ella, en un mundo que castiga el paso del tiempo en el cuerpo femenino mientras permite que los hombres nos juzguen aunque sean ellos quienes se comen dos kilos de camarones con los dedos dejando relucir los restos de comida entre sus dientes sin que nada les importe, en la escena más repugnante de la cinta. Las imágenes de órganos y sangre son lo de menos. Un seno que le sale de la boca, glorioso. Ella, transformada en monstruo, la metáfora perfecta para describir la dismorfia de nuestros cuerpos al envejecer.
Nuestras recomendadas de la semana:
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