Cosmética para la menopausia y más allá
La piel sufre con el cambio hormonal de los cincuenta: pérdida de firmeza, sequedad, arrugas y un tono desigual. Claves para el cuidado del cutis en esta etapa de la vida
Considerado un tema tabú hasta hace relativamente poco, la menopausia tuvo que esperar al año 2000 para contar con su propio día mundial, cuando la Sociedad Internacional de la Menopausia (SIM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) acordaron que se celebraría cada 18 de octubre. Se estima que actualmente en nuestro país más de 2,6 millones de mujeres padecen síntomas relacionados con ella, a pesar de que “estos problemas que afectan directamente a la calidad de vida son tratados únicamente en cuatro de cada diez de ellas, mientras que el resto afronta estas dolencias sin recibir ningún tipo de ayuda médica o tratamiento que les permita combatirlas”, desvela la doctora Rebecca García, CEO de Clínicas Doctor Life.
Esta etapa natural de la mujer se desarrolla entre los 45 y 55 años, y en España la edad media en la que se entra en ella es a los 51 años. Se trata de un proceso biológico natural en el que los ovarios dejan de producir las hormonas femeninas (estrógeno y progesterona) y también de liberar óvulos, lo que desequilibra el bienestar y la salud, provocando síntomas como sofocos, irritabilidad, aumento de peso, sequedad vaginal, disminución de la función sexual y libido, y dificultad para dormir. Y, aunque se considera que para afirmar que se ha alcanzado la menopausia es necesario que la menstruación haya desaparecido durante al menos 365 días, los síntomas pueden comenzar meses o incluso años antes.
El envejecimiento de la piel es considerable durante este periodo: “Por una parte, las mujeres empezamos a perder colágeno a partir de los 20 años, pero en este momento concreto dicha pérdida se hace mayor (aumenta hasta el 20%-30%), al igual que también disminuyen los glicosaminoglicanos y el agua. La merma de estrógenos acelera la aparición tanto de arrugas como de sequedad, enrojecimiento, acné e incluso vello en mejillas, barbilla, cuello y pecho; así como también ocasiona que la dermis se vuelva más fina y propensa a sufrir hematomas y desgarros”, explica Esperanza Sáenz, responsable de imagen de Nezeni Cosmetics.
La hidratación cutánea, tanto facial como corporal, es esencial. “En el rostro, aparte de cremas que contengan ácido hialurónico, lípidos y ceramidas, son necesarias referencias antiedad, más untuosas, que ayuden a combatir la pérdida de firmeza, rellenen las arrugas, unifiquen el tono y aporten luminosidad”, dice Rocío Escalante, farmacéutica titular de Arbosana Farmacia, que también aconseja no olvidar la protección solar, “fundamental siempre, pero más en esta etapa en la que la pigmentación de la piel, por el paso del tiempo y los cambios hormonales, es más habitual”. Otro consejo es incorporar en la rutina facial activos transformadores y despigmentantes como retinol, alfahidroxiácidos o ácido glicólico. Es importante prestar especial atención a zonas más sensibles como el contorno de los ojos, el cuello, el escote, las manos y los labios.
La terapia de reemplazo hormonal (TRH), siempre bajo prescripción médica, alivia los síntomas de la menopausia, incluidas las pérdidas de colágeno, grosor, elasticidad y humedad de la piel. Pero no está indicada para todo el mundo porque resulta arriesgada para mujeres con antecedentes de cáncer de mama, enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares o enfermedad hepática activa. Otra alternativa es la terapia hormonal libre de gestágenos (TSEC). “A diferencia de las clásicas terapias de hormonas, actúa de una manera selectiva sobre el endometrio, lo que permite reducir aquellos problemas asociados a esta nueva etapa y prevenir la aparición de otras enfermedades como la osteoporosis”, afirma la doctora García. También existe la terapia hormonal bioidéntica (BHRT), “con hormonas de origen vegetal natural, que están diseñadas para ser biológicamente idénticas a las que produce el propio organismo”, concluye la experta.
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