Las plataformas se aprietan el cinturón: ¿estamos ante el final de la sobreproducción televisiva?
Los servicios de vídeo bajo demanda buscan formas de controlar el gasto y rentabilizar más sus inversiones en una nueva fase de la guerra del ‘streaming’
Cuando el pasado abril Netflix anunció que, por primera vez desde que apostó por la producción de contenido original, había perdido suscriptores —200.000 en todo el mundo— y que su perspectiva era perder todavía más en el siguiente trimestre —preveían una caída de dos millones, pero la semana pasada confirmaron que solo perdieron 970.000—, algo cambió en la televisión por internet. Lo que hasta entonces era un mercado en expansión y con muy rápido crecimiento, impulsado por la pandemia, estaba descubriendo que su techo quizá no estaba tan alto como se pensaba y que había que moderar las entusiastas perspectivas. En los últimos meses, tanto Netflix como sus rivales han puesto en marcha reorganizaciones internas y nuevas estrategias para intentar controlar el gasto y rentabilizar sus inversiones. La guerra del streaming entra en una nueva etapa.
En 2015, el presidente del canal estadounidense FX, John Landgraf, uno de los grandes popes de la televisión actual, puso nombre a la era televisiva inmediatamente posterior a la tercera edad dorada de las series: Peak TV, algo así como la era del pico televisivo. “Simplemente hay demasiada televisión”, dijo ya entonces. Ese año se estrenaron en Estados Unidos 422 series de ficción, según un estudio de la propia FX. En 2021 fueron 559. Son 200 más que en 2013, el año en el que Netflix estrenó House of Cards, su primera gran apuesta en ficción original. El aumento en el número de producciones, impulsado sobre todo por el crecimiento de las plataformas, fue de la mano de una escalada de gasto, con el visto bueno a proyectos de todo tipo, contratos multimillonarios de los guionistas estrella y actores con sueldos desorbitados. Todo esto parece haber llegado a su fin.
En junio, Netflix anunció el despido de 300 empleados en Estados Unidos de una plantilla que en todo el mundo supera las 11.000 personas. En los meses anteriores había anunciado más recortes de personal, con otros 150 despidos en diferentes departamentos, desde contenido hasta marketing y comunicación o la sección infantil, incluidos algunos ejecutivos. Ya han anunciado que habrá más despidos en los próximos meses. Al mismo tiempo, descartó varios proyectos de animación que tenía en marcha, incluido uno producido por la cineasta Ava DuVernay. El cambio de filosofía también afectará a los largometrajes: la idea es producir menos películas pero más grandes para intentar emular grandes éxitos como Alerta roja, El proyecto Adam o No mires arriba.
Otro grupo en proceso de cambios que afectan a sus plataformas es Warner Bros. Discovery. La fusión de las compañías ya ha supuesto decisiones que también buscan resituarse de cara al nuevo panorama televisivo. Por un lado, en los últimos meses se han ralentizado las compras para HBO y los canales TNT y TBS, hogar de series como Miracle Workers, Animal Kingdom, Snowpiercer y Padre made in USA, dejarán de producir ficción.
Además, la compañía decidió abandonar la producción original en Europa para HBO Max. Algunas de las series cuyos rodajes estaban a punto de arrancar han sido canceladas y otras podrían venderse a empresas ajenas. Solo quedaron fuera de esa medida tan drástica España (cuya producción tiene recorrido también en Latinoamérica) y Francia. Según Variety, este cambio en la estrategia de programación podría ahorrar casi 3.000 millones de euros al grupo. Además, una parte del contenido original de HBO Max ha sido retirado de la plataforma y el futuro del equipo encargado de las producciones originales está en el aire. Según fuentes de la compañía, estos movimientos obedecen a la revisión de la estrategia tras la fusión y antes del lanzamiento de la plataforma que combinará las dos marcas, Warner y Discovery. En España, títulos como Foodie Love (dirigido por Isabel Coixet), la comedia Sin novedad (estrenada en diciembre de 2021) y Por H o por B, cuya segunda temporada está en marcha, ya no están disponibles en el catálogo de HBO Max ni volverán a estarlo, confirman desde la plataforma. La segunda temporada de Por H o por B, así como otras producciones europeas que estaban en distintas fases de producción, sigue en marcha pero aún no está decidido dónde se estrenarán.
Otro indicador de que algo está cambiando en la televisión es la cancelación de algunos proyectos con elevados costes. Es el caso de Demimonde, un ambicioso drama de ciencia ficción creado por J.J. Abrams (Perdidos) que hace cuatro años recibió el visto bueno de HBO para convertirse en serie y con el que la cadena anunció este junio que no seguirá adelante por problemas de presupuesto: mientras que Warner Bros. Television y HBO pedían rebajar su coste, Bad Robot, la productora de Abrams, no estaba dispuesta a una reducción en un presupuesto que se calcula de más de 200 millones de dólares, según publicó Deadline. Peacock, plataforma de NBCUniversal, tampoco seguirá adelante con la producción de la serie que iba a adaptar la película de los ochenta Campos de sueños, a la que ya habían dado el visto bueno hace un año y de la que se estaba encargando otro de los guionistas estrella del momento, Michael Schur (The Good Place, Brooklyn Nine-Nine).
Y mientras, las plataformas ya se han puesto manos a la obra para intentar obtener beneficios explorando nuevas vías con un doble objetivo: aumentar su base de seguidores y obtener mayor rendimiento de los que ya tienen. Netflix vuelca sus esfuerzos en dos líneas: la ya anunciada versión más barata con publicidad, prevista para principios de 2023, y poner coto al hecho de compartir contraseñas con amigos. Para lo primero, ya ha anunciado su alianza con Microsoft. En cuanto a lo segundo, en breve probará en algunos países de Latinoamérica una tarifa en la que habrá que pagar 2,99 dólares extra para añadir un usuario ajeno al hogar principal. Según los analistas televisivos estadounidenses, otras opciones que han barajado en la compañía son la venta de algunas de sus series más antiguas a canales de televisión lineal o apostar más por el estreno de sus películas en cines. Por su parte, se espera que Disney+ estrene en otoño su versión más barata con anuncios en Estados Unidos, que tendrá un máximo de cuatro minutos de publicidad por hora. Parece que mientras que el mercado audiovisual sigue su proceso de autorregulación, el objetivo ahora es, simplemente, sobrevivir.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.