3.300 euros por una foto con Obama
El expresidente da la mano y posa con 50 asistentes VIP a una conferencia en Oslo
Entre todos, habían pagado 165.000 euros por el aparente privilegio de tener una foto con el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama. El proceso duró 30 minutos en una sala privada. Allí hacían cola 50 asistentes al Oslo Business Forum este miércoles para dar la mano a Obama, girarse para mirar a un fotógrafo profesional y dejar sacarse una foto. El expresidente de propina charló vagamente con todos en grupo.
Barack Obama salió a continuación a un auditorio donde le esperaban otros 3.000 asistentes para oírle hablar. Los admiradores que estaban pendientes de la apertura de puertas habían ido corriendo por entre las sillas para lograr sentarse en las primeras filas. Aunque la cercanía no les permitía hacer una buena foto o grabar, porque los móviles estaban prohibidos. Incluso los fotoperiodistas tenían solo 5 minutos para sacar alguna foto: "Después de los primeros cinco minutos, todas las cámaras deben guardarse, con las tapas de los objetivos puestas y mirando el suelo", decían las instrucciones iniciales. La organización mandó poco antes del inicio de la charla un segundo mensaje donde permitía hacer fotos durante toda la sesión y los clips de vídeo podían reproducir 5 minutos de toda la sesión.
El Oslo Business Forum es una de las tres etapas de la gira escandinava que hace Obama esta semana. Este jueves está en Helsinki y el viernes en Kolding, en el sur de Dinamarca. En Helsinki, por 2.990 + IVA los asistentes VIP pueden "sacarse una foto, encontrarse y saludar al orador principal", es decir, Obama.
Según la prensa local danesa, la oficina del expresidente habría amenazado a la universidad que alberga el evento con cancelarlo si revelaban el contenido del contrato. El personaje de Obama sigue destilando simpatía y carisma, pero su caché, el número de sus acompañantes o sus exigencias son secretos.
Con nostalgia y autoayuda
La charla de Obama en Oslo consistió en una serie de preguntas nostálgicas y cercanas a la autoayuda del tipo "qué ha aprendido como presidente" o "qué consejo le daría a un joven Obama" hechas por una presentadora que, cuando Obama terminaba de hablar, decía "gracias" con ternura y empezaba ella misma la ronda de aplausos. La audiencia seguía encantada con la ovación. La celebración del expresidente parecía una manera de olvidar el presente y demostrar admiración mutua: "Cuando algo no funcionaba en la Casa Blanca, decía por qué no poníamos a noruegos a cargo de todo", bromeó Obama.
El expresidente hizo solo dos diminutas referencias a su sucesor, Donald Trump. Hablando del cambio climático, Obama dijo: "Desgraciadamente tenemos una administración que piensa diferente en estos temas". Alguien del público rió, y Obama aprovechó para añadir: "Alguien ríe, sí, es una manera de describirlo". El chascarrillo tiene algo más de sentido después de las risas con Trump en la sede de Naciones Unidas.
En otro pasaje, Obama recordó cómo en su administración no tuvo que dimitir nadie por problemas internos: "Todo el mundo trataba de hacer cosas de un modo ético y moral, por eso no tuve escándalos durante mi mandato, algo que es bastante raro", dijo, sobre todo si se compara con el gobierno actual, que ha vivido más de una docena de salidas en menos de 2 años.
Tres problemas de la humanidad
La limitación tradicional de opinar sobre el sucesor en la Casa Blanca en el extranjero y la próxima publicación de unas memorias donde deberán aparecer detalles más jugosos, las giras de Obama se limitan a apuntar a los amplios problemas de la humanidad -que son tres: el cambio climático, la desigualdad y la oleada de populismo- y a lecciones de vida que habría aprendido en la Casa Blanca: "Mi experiencia como alguien que ha estado en el planeta durante 57 años y que ha tenido un buen punto de vista de la amplitud de la humanidad dede el pináculo de la Casa Blanca es que la única cosa que es verdad es que los humanos son básicamente iguales vayas donde vayas". De no admitirlo, según Obama, "surgen el 80% de nuestros problemas".
Las anécdotas sobre liderazgo y el paso del tiempo son otra de sus debilidades: "He empezado a ver que hay veces en que mis hijas de 20 y 17 años son más inteligentes que yo. Es tan ofensivo. Aún sé mucho más en muchas cosas, pero en otras ya me corrigen", explicó.
En una conferencia enmarcada en la Semana de la Innovación de Oslo, Internet mereció también un comentario ligero del presidente, que no valoró por supuesto los problemas de las grandes empresas con las fake news, los sesgos de los algoritmos o la privacidad. Estas reflexiones de Obama son más celestiales, sin ningún detalle: "La promsa de internet fue que podríamos conectar el mundo de una manera positiva", dijo, y citó el éxito de MySpace y MeetUp en su campaña de 2008. "Pero el mismo poder que lleva a distribuir un mensaje esperanzador puede transmitir un mensaje negativo", advirtió.
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