Los taxis voladores sin conductor aterrizan en Nueva Zelanda
Los coches aéreos de Kitty Hawk pueden recorrer hasta 100 kilómetros en un solo viaje y alcanzar una velocidad de 150 kilómetros por hora
Un taxi volador eléctrico y autónomo capaz de despegar y aterrizar de forma vertical. Así es el vehículo que la empresa de coches aéreos Kitty Hawk ha estado probando en secreto desde octubre de 2017 en la región de Caterbury, en la Isla Sur de Nueva Zelanda. La compañía, propiedad del cofundador de Google, Larry Page, aspira a revolucionar el transporte aéreo privado en la próxima década.
Este vehículo con forma de avión, presentado este martes y bautizado como Cora, no necesita pista de aterrizaje. Con sus 12 hélices, es capaz de despegar desde entornos reducidos, como por ejemplo, una azotea. La compañía asegura que el taxi volador "tiene el potencial de transformar espacios como techos de edificios y estacionamientos en lugares cercanos para despegar". Además, puede recorrer hasta 100 kilómetros en un solo viaje y alcanzar una velocidad de 150 kilómetros por hora.
Sin embargo, su punto fuerte con respecto a las avionetas que actualmente se usan para conectar diferentes lugares de Nueva Zelanda es que es autónomo. Por lo tanto, el pasajero no tendrá que tener conocimientos sobre aviación para utilizarlo.
El Cora apenas se parece al anterior prototipo de la compañía. El Flyer, presentado en abril de 2017, solo estaba diseñado para sobrevolar superficies con agua y alcanzaba una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora. Este modelo también era eléctrico, pero solo podía llevar a una persona. Además, no era autónomo, aunque la compañía aseguraba que pilotarlo era tan fácil que se podía aprender en unas horas.
Una red de taxis voladores en tres años
El gran inconveniente que se ha encontrado Kitty Hawk para probar su modelo en Estados Unidos es la ausencia de infraestructura en entornos reales y la falta de regulación que ampare su actividad. Por ello, la emprea está experimentando con sus aviones en Nueva Zelanda. Allí, ha cerrado un acuerdo con el Gobierno neozelandés a través de una certificación oficial. El objetivo es lograr una red de taxis voladores en el país en los próximos tres años.
“La Autoridad de Aviación Central de Nueva Zelanda cuenta con el respeto de la comunidad reguladora a nivel mundial. Sus ciudadanos abrazan el futuro y el país tiene una economía dinámica que puede servir como un trampolín para Cora. Nueva Zelanda ha construido uno de los ecosistemas energéticos de mayor sostenibilidad en el mundo, con el 80% del país funcionando con energía renovable, y ahora quieren aprovechar las ventajas de la revolución de los coches eléctricos”, ha explicado la compañía en un comunicado.
Al igual que Kitty Hawk, otras compañías están apostando por el sector de los vehículos eléctricos y autónomos voladores. Por ejemplo, Airbus o Uber. Dara Khosrowshahi, el director ejecutivo de Uber, dijo en febrero que esperaba que en un periodo de cinco a diez años la empresa de transporte privada comenzara a volar con pasajeros en un servicio llamado Uber Air.
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