Cuatro típicas ciberestafas navideñas
Repasamos cuatro peligros en Internet, con la Navidad como telón de fondo, que pueden desencadenar el robo de datos o dinero. O ambas cosas
Las Navidades son buen gancho. Estos días Internet hierve con las compras de última hora, muchos viven a la caza de la mejor oferta y recibimos una pila de mensajes de conocidos y no tan conocidos hinchados de parabienes.
Mientras todo este ajetreo se sucede, hormonado por el entusiasmo propio de las fechas, los ciberdelincuentes se frotan las manos. Son circunstancias propicias para que la gente pique en sus trucos. Te contamos cuatro peligros ante los que hay que estar alerta en estas fechas.
Tiendas falsas
A través de las redes sociales, correos electrónicos o después de un rato de navegación enrevesada podemos llegar a un enlace que nos conduzca a una tienda falsa. “Te puedes encontrar con banners o pop-ups que al final te llevan a tiendas que intentan imitar a una tienda de marca, pero que no son legítimas”, comenta Ana Santos, responsable de la Oficina de Seguridad del Internauta del INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad).
“Los usuarios tendemos a hacer caso a las cosas que conocemos. Porque si el mensaje es de El Corte Inglés o Zara, el usuario va a pinchar. El problema es que le lleva a una página que aparentemente puede parecer la oficial, pero no lo es”, explica Santos.
Comprar en estas tiendas que no son las que aparentan ser nos puede salir caro. Ta vez nos llegue un producto falso o sencillamente no llegue nada. Incluso puede que te roben los datos de la tarjeta.
Para reconocer estas páginas hay que comprobar que la URL sea la oficial. Una búsqueda en Google debería servir para asegurarse de que los dominios coinciden. Aunque también hay otras pistas. Los textos en estos portales suelen estar mal escritos y la calidad de las imágenes no es buena.
Tiendas no seguras
Tal vez estas no sean falsas, pero tampoco son de fiar. ¿Qué ocurre si te topas con un producto que quieres, a buen precio, pero en una tienda desconocida? En los portales donde habitualmente compramos tenemos la garantía de que si no nos envían nuestro pedido en buen estado podemos cambiarlo o devolverlo.
Para asegurarnos de que en esta página desconocida las cosas funcionan correctamente hay que fijarse en que tengan certificado de seguridad (esta información se puede consultar pinchando en el extremo izquierdo de la barra de direcciones), aviso legal y las políticas de privacidad claras. También hay que comprobar que exista una forma directa de atención al cliente, para contactar con la empresa.
“Otra cosa muy útil es hacer una búsqueda en Internet y ver la opinión de los usuarios que hayan comprado en esa tienda”, señala Santos. “Si hay tres seguidos que te dicen que el artículo llegó mal, que el artículo no llegó o que no era lo que esperaban, yo desaconsejaría comprar en esa tienda”, apunta la portavoz del INCIBE, que junto con la Agencia Española de Protección de Datos ha elaborado una Guía de compra segura en Internet.
Las gangas como gancho
Desde la firma de seguridad ESET, su director de laboratorio en España Josep Albors alerta contra los jugosos cupones de descuento, los regalos que te han tocado misteriosamente o los viajes gratis disponibles. Antes estas trampas nos llegaban por correo, pero ahora en España cada vez llegan más por WhatsApp.
“Te redirigen a un sitio web y te piden información. Normalmente recopilan tus datos, especialmente el teléfono, para intentar suscribirte a un servicio de tarificación premium”, apunta Albors, quien añade que otro de los objetivos suele ser conseguir que instales una aplicación maliciosa. Ante esto, un consejo: “Desconfiar de ese tipo de promociones, vengan de quien vengan y acudir siempre a la página oficial de la empresa”.
Apps de postales navideñas
“Las aplicaciones que te puedes descargar para mandar el típico christmas de los renos y colocar tu cara en los renos”, detalla Bosco Espinosa, analista de Kaspersky Lab, con tono de interrogación. Sí, con esas aplicaciones que nos descargamos despreocupadamente en estas fechas también hay que tener cuidado.
“No solo por el malware que puedan contener, porque en ese caso podemos mirar la reputación de la aplicación, sino por lo que llamamos el adware o el software publicitario que se instala”, comenta Espinosa. “En muchos casos es culpa del usuario, que no se lee la letra pequeña de la aplicación o que no ve una casilla que pone ‘permites ceder tus datos a terceros’”.
El adware es ese tipo de software que favorece que nuestra pantalla quede oculta por una nube de banners de publicidad. Y el peligro es que nuestros datos se revendan a terceros. ¿La recomendación? Investigar quién es el desarrollador y hacer el ejercicio de pensar que una aplicación de postales navideñas no necesita tener acceso a nuestra ubicación o micrófono.
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