Los niños se suman a la lectura en la nube
La 'start-up' Odilo ofrece un millón de contenidos digitales de bibliotecas o empresas en 42 idiomas
Del techo de la biblioteca del colegio público Ciudad de Mérida cuelga un cartel en el que está escrito “Leer es soñar con los ojos abiertos”. Unos centímetros más abajo, un grupo de niños sueña de este modo a través de tabletas y libros electrónicos. Son alumnos de 6º de primaria de uno de los más de 3.000 centros educativos que trabajan con Odilo, una start-up española que ha llevado la revolución digital al mundo de los libros y las bibliotecas.
La compañía nació en 2011 con la idea de llevar la tecnología en la nube al sector del libro. Rodrigo Rodríguez pensó que al igual que los ejemplares que se venden en tiendas se pueden conseguir en formato electrónico, las bibliotecas podrían implementar el mismo servicio. Creó así un catálogo virtual, que ya maneja 1,3 millones de contenidos digitales en 42 idiomas. Su trabajo consiste en comprar derechos de libros ya digitalizados, catalogarlos y subirlos a una plataforma. De esta manera, el usuario se descarga una app y puede tener acceso a un gran número de ejemplares sin tener que desplazarse.
Más tarde, el proyecto se implementó en empresas, instituciones públicas y colegios. Actualmente Odilo es líder del sector en castellano y tiene presencia en 35 países. En España, ya se ha instalado en bibliotecas públicas de todas las comunidades autónomas, menos del País Vasco. La start-up ofrece en formato digital todas las lecturas obligatorias que demanda cada curso el Ministerio de Cultura de España. El proyecto, que cuenta con fondos de la Unión Europea, busca fomentar la lectura en grupo de los alumnos y un ahorro para las familias en la compra de ejemplares. “En el mundo digital tienes al alcance muchos más contenidos, tanto bestsellers como editoriales independientes o títulos internacionales a un coste de entrada mucho más barato”, señala Rodríguez en un viaje a Mérida al que fue invitado EL PAÍS por la Comisión Europea.
El precio de los libros digitales es entre un 30% y un 60% más barato que el formato físico, según un informe de la distribuidora de libros digitales Libranda. El fundador de Odilo asegura que la inversión para equipar una red de colegios con libros digitales supone cerca de un 10% de lo que costaría hacerlo con menos ejemplares en papel.
Extremadura ha sido la última Comunidad Autónoma que ha apostado por implementar el proyecto en los colegios públicos bajo el nombre de Librarium. Mientras que la biblioteca del colegio Ciudad de Mérida cuenta con cerca de 2.500 ejemplares físicos, con esta iniciativa se da acceso a los alumnos a cerca de 8.000 ejemplares más.
España es el tercer país beneficiario del plan Juncker
Odilo, que actualmente cuenta con 74 empleados, ha llevado su propuesta al sector educativo gracias a la dotación de un millón de euros obtenida a través del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas por el plan Juncker. Esta inversión, compuesta esencialmente por préstamos, en España asciende a 4.953 millones de euros. Además de financiar a las empresas, el objetivo de ese dinero es atraer inversión adicional en el país: la Comisión Europea espera que genere inversiones por valor de 28.687 millones. España es el tercer país en cuanto a niveles de inversión bajo este plan, por detrás de Italia y Francia. El portavoz de la Comisión, Dimitri Barua, señala que el objetivo es garantizar el crecimiento económico y el desarrollo de los estados.
La primera toma de contacto de los 26 niños de 6º de primaria ha sido muy positiva. A pesar de que la iniciativa permite hacer una lectura compartida, los alumnos han escogido qué libros leer. Laura Calera ha optado por La pandilla Clik, Carlota Freijo, por El campamento del zorro vengador, y Sofía Galán, por La Grecia. Estas tres niñas se decantan por el libro electrónico frente al de papel. Sin embargo, en 2016 tan solo el 26% de los españoles prefirió leer libros en formato digital, según el informe La sociedad de la información en España de la Fundación Telefónica.
Para Sofía Galán, Librarium es como una red social de libros: puede poner comentarios o responder a preguntas de comprensión de sus profesores mientras lee el ejemplar. La comprensión lectora de los estudiantes españoles se sitúa en los 496 puntos de una escala de 1.000, tres por encima de la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según el último informe PISA. Mejorarla es uno de los retos a los que se enfrenta el sistema educativo. La plataforma ofrece estadísticas sobre cuánto tiempo tarda un niño en leer un libro. De esta forma, los docentes pueden elaborar un plan de lectura personalizado para cada alumno dependiendo de sus habilidades.
Los estudiantes de hoy son nativos digitales, pues son la primera generación que ha nacido rodeada de tecnología, como los smartphones, las tabletas y los libros electrónicos. La directora del colegio Ciudad de Mérida, María Luisa Dávila, sostiene que estas iniciativas pueden hacer que los niños lean más porque la tecnología les resulta novedosa y la dominan.
El proyecto busca fomentar la lectura en grupo de los alumnos y un ahorro para las familias en la compra de ejemplares
“Conforme los alumnos van creciendo, van perdiendo el interés por la lectura”, señala Dávila. Por ello, además de mejorar la comprensión lectora, se busca que los más pequeños adquieran un gusto por los libros. “Es importante que leer no se convierta en algo solamente ligado al ámbito académico”, sostiene el coordinador de biblioteca Miguel Ángel Granado. De momento, los niños van a tener una hora a la semana acceso a las tabletas y se está barajando la posibilidad de que se las lleven a casa cuando el proyecto esté más avanzado. Las alumnas Laura, Sofía y Carlota no pueden esperar. Por ello, aseguran que van a utilizar sus propios dispositivos para sumergirse desde sus hogares en las aventuras y misterios que esconden los libros electrónicos.
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