Respeto, por favor
Los esports no son un mundo de hombres. 20 años después de empezar en esto, no tengo que explicar qué hago en este sector
Había pensado en hacer un artículo sobre las mujeres y el mundo de los videojuegos, en concreto de los esports, un tanto diferente. Requería de más tiempo para configurarlo a mi gusto y no descarto hacerlo en el futuro pero justo antes de irme de vacaciones, leí una serie de hilos absurdos en redes sociales y me puse a escribir sin filtro alguno. Lo he dejado reposar y le he dado un par de pinceladas, pero creo que no es necesario suavizarlo porque ya está bien.
He llegado hasta el punto de dudar de si es que tiene que ver con el hecho de ser mujeres o si es que hay algún motivo oculto que no consigo descifrar. Sinceramente, yo siempre evito el conflicto en redes sociales, no me gusta andar a la gresca y suelo no entrar en hilos en los que ya sabes que la cosa va a terminar con miles y miles de interacciones que en general no nos van a llevar a ninguna parte y no creo, además, que sea la manera de conseguir resultados.
Lo que me gustaría es que la presencia de mujeres en los esports no fuera noticia
Igual por ello me podéis tachar de ser políticamente correcta pero actuar así no significa que no tengas opinión, que no luches por tus creencias y que no defiendas tus intereses. Usas otros recursos. Vamos a decir que a mí me han maltratado como a cualquier otra jugadora y muchos jugadores en chats antes y en redes sociales posteriormente, pero jamás he dejado de hacer lo que quiero, me gusta y considero que es necesario para el ecosistema de los esports en este caso. Siendo más joven podían afectarme más los comentarios, pero tengo una personalidad fuerte y creo que mis padres me han sabido educar muy bien para estar preparada para el mundo en el que vivimos. Yo siempre me he visto como una guerrera, fuera y dentro del servidor y eso es lo que ha guiado los pasos de mi vida, en la mayoría de veces en solitario.
Me levanto por las mañanas algunas veces pensando a ver a quién tendré que demostrarle que puedo hacer absolutamente todo lo que me proponga sin tener en cuenta mi edad, sexo, religión, estatus, etc. Concretamente como mujer, creo que tenemos esa presión -a veces incluso autoimpuesta- de ser perfectas, tener la vida ordenada, el trabajo que por ser mujer en teoría hacemos mejor y nos corresponde así como los gustos y si salimos de alguno de esos patrones resulta que nos tenemos que explicar una y otra vez.
Miro atrás y me doy cuenta de que me he tenido que explicar desde el colegio cuando prefería jugar con los chicos haciendo algún tipo de deporte a jugar con las niñas a las gomas de saltar o como sea que se llamaran. Me tocó explicarme cuando decidí ser Disc Jockey y pedí a mis padres que me compraran platos para pinchar y, por supuesto, me tocó demostrar que lo podía hacer tan bien como muchos chicos midiéndome en concursos públicos o haciendo exhibiciones en competiciones mundiales de scratch. Saqué mis argumentos una y otra vez para explicar que prefería jugar a videojuegos y entrenar con mi equipo a salir de fiesta los fines de semana, buscándome en muchos casos las malas caras de mis amigos. Me enfrenté a mis profesores intentando pedir un cambio de horario para los exámenes ya que coincidían con la copa del mundo (ESWC) que se jugaba una sola vez al año y para mí era una prioridad.
¿Hace falta que siga? Llevo toda la vida escuchando comentarios y teniendo que explicarme para ganarme el respeto y seguir haciendo lo que quería. Toda una vida saliendo de los estándares. Me gustaría pensar que el mundo ya se ha acostumbrado, porque, como yo, seguramente hay muchas más.
En cuestión de esports soy de las personas que más años lleva en este sector y que más experiencia ha podido acumular trabajando en distintas posiciones, teniendo distintos prismas y buscando la manera de ayudar al crecimiento de lo que ahora todo el mundo parece conocer tan bien, hasta el punto de que cualquiera puede asesorarte.
En las muchas entrevistas que me han hecho a lo largo de mi carrera, me he encontrado con las típicas preguntas de cómo es estar en un mundo de hombres, que pasaron de parecerme útiles para darnos a conocer y crecer en un sector en el que éramos inicialmente minoría (hace 15-20 años) a parecerme innecesarias y a evitarlas siempre que sea posible. Me parece que 20 años después, habiendo sido pionera en muchos casos, no tengo que seguir explicando qué hago en este sector y por qué sigo aquí a pesar del acoso que recibimos en ocasiones. Y mucho menos me parece que lo tengamos que llamar mundo de hombres, no me da la gana. Este mundo es tan mío como tuyo y no hay nada más que hablar.
Lo único que me inquieta y que me mantiene con el runrún en la oreja es seguir viendo -y cada vez más- cómo se desvirtúa y utiliza todo este tema online. A veces me da la sensación de que hay ganas de que siga habiendo esa lucha encarnizada y un debate de opiniones constante cuando a mí lo que realmente me gustaría es que ya no fuera noticia.
¿Está mal no hacer campañas para las mujeres a estas alturas? No lo creo, por lo menos no en la línea de algunas cosas que he visto, no quiero aprovechar el tema para conseguir ni seguidores, ni atención, quiero que se afronte de otra manera, que el mundo se calle de una vez y que la educación, la empatía y el respeto sean las bases de esta nuestra sociedad, independientemente del sector.
Mi filosofía es no meterme en el trabajo de nadie directamente. Puedo tener mis opiniones, pero no incido en lo que hagan los demás, independientemente de si son hombres o mujeres, en todo caso criticaré su gestión, forma de trabajar, etc, puesto que detesto las injusticias y desgraciadamente veo demasiadas. Me centro en mi trabajo, me centro en mis valores y en sentir que hago lo correcto, sin perjudicar a nadie, disfrutando de mi día a día, teniendo en cuenta mi experiencia y respetando las opiniones ajenas procurando que mi valía hable por sí sola a través de lo que hago. La vida se encargará del resto. La vida y el cómo las mujeres afrontemos el problema, cómo demostremos que estamos aquí y no nos vamos a ir a ningún lado por mucho que nos manden a fregar. Eso tiene que quedar como una anécdota porque te manden donde te manden, tú tienes el poder de demostrar dónde quieres estar.
En la actualidad trabajo en una empresa - ESL - haciendo algo que me encanta en un sector que, como ya os he comentado, me apasiona desde hace muchos años. Llevo poco tiempo todavía aquí para valorar pero tengo un equipo humano y profesional que excede mis expectativas. Me he sentido querida, apoyada y respetada desde el primer día y ¡oh, sorpresa!, las chicas somos minoría. No me parece ni que sea importante destacar el número de personas de uno u otro sexo puesto que tienen un trabajo acorde a su capacidad y sus resultados, no es un tema de igualdad y lo comento porque subiendo las fotos de final de temporada en las que sale casi todo el equipo es una de las cosas en las que se ha fijado la gente, cosa que yo no había hecho porque valoro el nivel humano y profesional de cada uno de ellos, no su sexo de la misma manera que se valoró a la hora de ficharme.
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