Space X lanza desde Cabo Cañaveral un cohete reciclado con el sueño de abaratar el turismo espacial
En un ensayo pionero para abaratar los lanzamientos al espacio exterior, un artefacto reutilizado regresó a una plataforma marina tras dejar en órbita un satélite de telecomunicaciones
Space X, la compañía que se ha propuesto hacer realidad el turismo espacial, ha dado otro paso en su sueño de abaratar los viajes más allá de la Tierra. Este jueves a las 6.27 pm hora local ha lanzado desde el legendario Kennedy Space Center de Cabo Cañaveral (Florida), por primera vez en la historia, un cohete ya utilizado una vez y que minutos después ha regresado para aterrizar sobre una plataforma en el océano Atlántico, en condiciones para un tercer uso.
Para la empresa privada de transporte espacial, con sede en California, conseguir reutilizar cohetes como se reutilizan los aviones es una conquista crucial en su extraordinario y definitivo objetivo: hacer técnica y económicamente viable transportar humanos a Marte para colonizar el planeta rojo.
"Se ha completado la misión a la perfección", ha dicho tras el éxito de este ensayo el fundador y principal ejecutivo de Space X, Elon Musk, el excéntrico visionario que también fundó la compañía de coches eléctricos Tesla, líder en la innovación de vehículos autoconducidos y con ideas alucinantes como crear un sistema de transporte en cápsulas de aire propulsado o tunelar todo Los Ángeles para evitar el tráfico. Por si no tuviera retos suficientes, ha entrado en el consejo asesor tecnológico de Donald Trump. Hace unos días el presidente firmó una ley que destina 19.500 millones de dólares a la exploración de Marte.
El artefacto lanzado este jueves por Space X es el cohete Falcon 9, diseñado desde su concepción para ser usado de nuevo. En abril de 2016 ya había sido enviado a la Estación Espacial Internacional en una misión de aprovisionamiento contratada por la NASA, principal cliente de la empresa. Lo que se usó de nuevo esta vez no es todo el cohete sino su primera sección, la más costosa, en la que están integrados los motores propulsores. El Falcon 9 ascendió a más de 30.000 kilómetros para dejar en órbita su sección delantera, que llevaba un satélite de telecomunicaciones de una empresa que dará servicio a Latinoamérica. Después la parte de los motores se redirigió a la Tierra para descender de una pieza en el punto exacto previsto, una base flotante a la que Space X había bautizado con el nombre en inglés Of Course I Still Love You –Pues claro que aún te quiero–. Es la novena vez que Space X logra recuperar intacta la primera sección de un cohete, pero esta ha sido la primera ocasión en que reenvía al espacio con éxito y previamente usada una de esas partes propulsoras.
El lanzamiento de un Falcon 9 costaba hasta ahora 62 millones de dólares. Reciclando cohetes, Space X estima que puede abaratar el envío en un 30%. Y en un futuro aspira a reducir más los precios, drásticamente. "Si podemos descifrar como reusar cohetes tan efectivamente como son empleados los aviones", dijo Musk antes de la prueba de este jueves, "el costo de acceso al espacio se reducirá hasta cien veces. Un vehículo completamente reutilizable no ha sido construido antes. Ese es el descubrimiento fundamental para revolucionar el acceso al espacio". La idea de Musk no es nueva. Es la mismo que estuvo detrás de los desarrollos de transbordadores espaciales de la NASA en los años setenta, pero la agencia espacial no ganaba para reparaciones entre viaje y viaje.
Y Space X no está sola en la carrera. Compañías como Blue Origin, fundada por el padre de la plataforma de comercio online Amazon y segundo hombre más rico del mundo, Jeff Bezos, o United Launch Alliance, una sociedad de los monstruos aeronáuticos Boeing y Lockheed Martin, están también investigando el reciclaje de cohetes. Estos últimos contemplan una variedad de exotismo de película de James Bond: que en vez de hacer regresar toda la primera sección de un artefacto, como ha hecho Space X, el compartimento de los propulsores se desencaje y salga de regreso con un sistema de paracaídas para ser rescatado en el aire por un helicóptero.
La empresa de Musk, eso sí, es la más audaz en sus anuncios. A principio de marzo su jefe adelantó que tiene programado un viaje alrededor de la Luna para dos clientes cuya identidad no se ha desvelado. "No es nadie de Hollywood", bromeó Musk con la prensa.
El lanzamiento del Falcon reciclado fue retransmitido por Facebook Live a través de la cuenta de Space X. Más de 20.000 personas lo siguieron en directo. El flujo de comentarios escritos por la audiencia era continuo. Apreciaciones como "La Tierra es redonda, ¡sí!"; "Es maravilloso. Musk es el rey"; "¡La Humanidad acaba de elevar su ingenio aeronáutico!"; o, "¿De qué se trata esto?". Elon Musk tiene su repuesta: “Podemos permanecer en la Tierra esperando una extinción final”, dijo en una ocasión, “o convertirnos en una especie multiplanetaria”.
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