¿Logrará Google seguir controlando el futuro de Android?
Las potenciales amenazas no se limitan a los clones del sistema operativo, también desde fuera del sistema hay algunas señales
Si nos atenemos a las cifras, Android va viento en popa. Es el sistema operativo más utilizado en el mundo. Su supremacía es tan aplastante que desde 2013 se venden más dispositivos con Android que si sumamos todos los que incluyen Windows, iOS y Mac OS X. Pero algunos nubarrones enturbian este paisaje idílico para Google.
Hace pocos días se conocía que el tribunal de arbitraje de Moscú ratificó la decisión del Servicio Federal Antimonopolio (FAS) sobre Android. Ese organismo había dictaminado que Google abusa de su posición al instalar de serie sus aplicaciones y servicios en Android. Si lo que ha sucedido en Rusia se repitiese en otras partes del mundo, como es el caso de la Unión Europea, sería un duro golpe para la empresa.
Google obtiene la mayor parte de sus beneficios de los datos que recopila y muchos de ellos provienen de los usuarios de Android. Ese flujo de datos disminuiría considerablemente si el sistema no incluyese por defecto aplicaciones como Gmail, Google Mapas, Drive o cualquiera de sus numerosos servicios, como el motor de búsqueda.
La empresa californiana se enfrenta al malestar de algunos usuarios al ver cómo sus teléfonos o tabletas comienzan a tener problemas al no poder recibir actualizaciones del sistema que optimicen su funcionamiento
La empresa californiana además se enfrenta desde hace tiempo al malestar que supone para algunos usuarios ver cómo sus teléfonos o tabletas comienzan a tener problemas al no poder recibir actualizaciones del sistema que optimicen su funcionamiento. Algo que ha propiciado que existan versiones de Android alternativas a la de Google.
La más importante, a día de hoy, es Cyanogen OS. Aunque está certificada por Google, Cyanogen pretende ser en el futuro un sistema operativo completamente autónomo. Su nacimiento hay que buscarlo en el proyecto CianogenMod, una comunidad de desarrolladores independiente que crea versiones de Android extraoficiales para optimizar viejos dispositivos o dotar de nuevas funciones a los que ya existen.
Cyanogen se transformó en empresa en 2013 y lanzó Cyanogen OS, cuyo desarrollo no depende de la comunidad que alimenta a CyanogenMod. En su mantenimiento intervienen fabricantes de teléfonos como BQ, que dispone de una versión de su móvil Aquaris X5 funcionando con Cyanogen OS.
Aunque tras un primer vistazo a Cyanogen OS en este teléfono no parece haber diferencias con las versiones limpias de Android que Google lanza para sus teléfonos Nexus, al profundizar en él encontramos numerosas opciones que no vienen de serie en Android. Como la posibilidad de personalizar con gran precisión su apariencia, numerosas opciones de seguridad e incluso características tan curiosas como la posibilidad de cambiar la resolución de la pantalla del terminal.
Cyanogen ofrece la posibilidad de personalizar con gran precisión su apariencia, numerosas opciones de seguridad e incluso de cambiar la resolución de la pantalla del terminal
Para lograr independizar Cyanogen OS de Google la empresa está contando con el apoyo de Microsoft en el denominado proyecto MOD. El objetivo es añadir en el núcleo del sistema herramientas como Skype o el asistente Cortana. En The Verge tuvieron la oportunidad de probar una versión preliminar de este sistema y parece bastante prometedor.
Pero Cyanogen no es el único experimento con Android que intenta escapar del control de Google. En los últimos meses se está hablando bastante de la versión de Android para ordenadores denominada Remix OS, que permite utilizar Android con un ratón, un teclado y ventanas en las que se ejecutan varias aplicaciones.
Su principal virtud es que puede funcionar en ordenadores antiguos o de escasa potencia. Incluso puede cargarse desde una memoria USB. Su principal pega es que aún está un poco verde. A pesar de ello su futuro parece prometedor e incluso podría convertirse en una alternativa a Chrome OS, el sistema operativo para ordenadores de Google.
También es bastante representativo el caso de MIUI, el sistema operativo de Xiaomi basado en Android que utiliza su propia tienda de aplicaciones en lugar de la de Google. Algo que también hace Amazon en sus dispositivos Fire basados en Android. Según Xianomi más de 100 millones de personas utilizaban MIUI en febrero de 2015, probablemente la inmensa mayoría en Asia.
También es bastante representativo el caso de MIUI, el sistema operativo de Xianomi basado en Android que utiliza su propia tienda de aplicaciones en lugar de la de Google
La cifra seguramente se ha incrementado a estas alturas. Entre otras cosas porque Xianomi ha adaptado el sistema para poder utilizarlo en teléfonos de otros fabricantes. Toda una declaración de intenciones de que la empresa pretende ser algo más que un fabricante de hardware.
Pero las potenciales amenazas para la supremacía futura de Google en Android no se limitan a los clones del sistema operativo. También desde fuera del sistema hay algunas señales, débiles pero reales, que pueden inquietar en Mountain View.
Aunque la versión de Windows para móviles ha perdido seguidores en los últimos meses y nunca ha sido un duro rival para Android, algunas de las innovaciones introducidas en Windows 10 Mobile ponen en evidencia algunas carencias del sistema de Google.
Una de las cosas que más llama la atención del Windows 10 Mobile es que los operadores pasan a un segundo plano en el control de las actualizaciones. Microsoft tendrá la última palabra a la hora de actualizar el sistema, algo muy similar a lo que ya hace Apple con iOS.
Además, Microsoft acaba de anunciar la lista de dispositivos que se pueden actualizar desde Windows 8.1 hasta Windows 10. Llama la atención que entre ellos haya terminales tan modestos como el Lumia 535, un teléfono que cuesta menos de 100 euros.
No parece probable que Google vaya a quedarse de brazos cruzados esperando que la competencia mine su supremacía en el terreno de los dispositivos móviles. Android One ha sido un primer intento
Los problemas para actualizar Android están entre los grandes puntos débiles del sistema. De hecho, algunos terminales nunca son actualizados y el usuario solo puede utilizar la versión original de Android que venía de fábrica. Algo que limita la vida útil del teléfono. También puede suponer un problema para la supremacía de Google en el terreno profesional la función Continuum que equipan los terminales de gama alta con Windows 10 Mobile.
Esta función permite utilizar el teléfono como un ordenador de sobremesa con una versión de Windows similar a la de escritorio, como pudimos ver en el análisis que realizamos del Lumia 950 XL. HP lanzó en el Mobile World Congress el phablet Elite X3 pensado precisamente para exprimir esta función. De hecho, conectando el teléfono a un teclado y un monitor de 12,5 pulgadas este dispositivo de HP se transforma en un ordenador portátil. Una solución que puede satisfacer más a ciertos usuarios profesionales que la apuesta de Google con su tableta Pixel C.
En cualquier caso no parece probable que Google vaya a quedarse de brazos cruzados esperando que la competencia mine su supremacía en el terreno de los dispositivos móviles. Android One ha sido un primer intento por lanzar terminales de precio asequible que reciben actualizaciones cada poco tiempo. Pero Google necesita profundizar mucho más en este aspecto. Como prueba que se haya recibido con desconcierto que un dispositivo como el Nexus 5, lanzado por Google a finales de 2013, quizá no pueda ser actualizado a Android N, la última versión del sistema.
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