Samsung Galaxy S5 no rompe moldes
La marca surcoreana presenta pulsera, nuevos relojes, pero sin grandes novedades
Más de una hora de espera, agolpados ante unas puertas. Obedece a una estrategia, bien conocida, la de crear una expectación similar a la de las rebajas de enero que tanto anhelan las galerías comerciales, pero a veces la expectación se vuelve en contra del organizador. Le ha pasado a veces a Apple, y hoy lunes en el Mobile World Congress le ocurrió a Samsung y a su teléfono estrella, el Galaxy S5, llamado a competir con el iPhone 5S.
Abrió la charla, David Park, responsable de márketing, entusiasmado por estar en Barcelona. Apenas se le veía bajo una nube de cámaras de vídeo y móviles que emitían lo que ellos mismos ya daban en su web. ¿Tiene sentido? Se asume, es parte del circo que crea esta industria cuando se marca el paso.
JK Shin, consejero delegado de Samsung, no es Steve Jobs, ni lo intenta, pero los seguidores le aclamaban mientras se dirigía tanto a los presentes como a los que estaban al otro lado de la pantalla. El lema del evento era ¿Qué es lo siguiente?. Desde que se presentaron los modelos Galaxy han superado los 200 millones de móviles vendidos.
La pena es que el Galaxy S5, robusto y con 5,1 pulgadas, con 4G y una novedosa antena wifi, era exactamente igual que el modelo que se había filtrado pocas horas antes. Lo robusto tiene su sentido: resiste caídas moderada, de la mesa, por ejemplo, salpicaduras y polvo.
El diseño destaca por el color de las carcasas. La batería, por fin, parece acorde a la potencia que lleva, 2.800 mAh. La cámara es, sin duda, la estrella del nuevo modelo: menor demora entre fotos, más definición con 16 megapíxeles y alto rango dinámico para mejorar las tomas de los que tienen problemas con el contraste.
Cuando solo quede un 10% de batería, se quedará en espera, listo para recibir llamadas, pero nada de Internet para alargar hasta 10 horas el uso de voz. Un buen detalle.
Al igual que ya hizo Apple con el iPhone 5S, incluye sensor de huellas dactilares, pero en la propia pantalla. Servirá para control parental de contenido, por ejemplo, pero también para hacer compras en Internet.
Samsung parece haber hecho penitencia con su primer reloj, el Galaxy Gear. Los nuevos modelos son más fáciles de usar, resistentes y permiten pasar la música directamente a la muñeca, siguen el pulso y guardan datos de sesiones deportivas, sin necesidad de tener que salir a correr con el móvil. El modelo Gear 2 Neo es compatible con 17 teléfonos de la firma, en lugar de los dos que permitían hasta ahora.
Han sido los últimos, o casi, después de las especializadas FitBit y Jawbone, Sony, LG y Huawei en sacar su pulsera. A sus relojes, que usan su sistema operativo propio Tizen, en lugar de Android, se suma el Gear Fit.
Abiertos y flexibles, eran los dos adjetivos que más repetía el directivo para indicar que no es necesario contar con aparatos de la firma para poder usarlos. Todo sale en abril en más de 100 países, pero seguro que antes de esa fecha Samsung presentará algo más, bastante más.
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