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No es paraíso todo lo que reluce en Miami

El alcalde empieza la reconquista de una ciudad en la que proliferan los delincuentes, las armas y las drogas

No es paraíso todo lo que reluce en Miami. "Retomemos las calles" es la última consigna. La policía, con su alcalde Tomás Regalado al frente, empezó una auténtica campaña de reconquista de la seguridad ciudadana en la Ciudad Mágica. Es una nueva guerra, al estilo de los viejos tiempos del Miami Vice. Delincuentes, drogas, armas, son los objetivos. Ha habido ya demasiados casos de violencia. Y los policías deberán darse prisa, pues si en el futuro sale adelante la propuesta de ley de inmigración del fiscal general de Florida, Bill McCollum, les faltará tiempo para detener delincuentes y también a los indocumentados. La iniciativa, aún más dura que la de Arizona, con un interés político evidente en su campaña republicana conservadora para gobernador del Estado, puede encontrarse con un nuevo veto federal. Pero la polémica está servida y ya hay encuestas que la apoyan mayoritariamente, pese al elevado número de emigrantes de la Florida.

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El teórico edén del sur estadounidense corre serio peligro de convertirse en la selva. Quizá no sean todas las zonas, porque especialmente se centra el problema en barrios negros como Liberty City o la Pequeña Haití, pero los distritos de la lotería violenta pueden tocar ya en cualquier momento y en los lugares más insospechados. Hasta los muy turísticos. El teórico punto ideal de vacaciones para visitantes y retirados ronda la ruleta rusa y el filo de la navaja hace ya tiempo. Demasiado para cualquier bella imagen que se precie.

Medio centenar de extranjeros muertos en las calles

Precisamente el pasado mes de julio, un ciudadano ruso fue acribillado a balazos en un hotel de Miami Beach. Hubo un desacuerdo flagrante con dos vendedores de droga detenidos días después. Casi a medianoche, la policía sacó a la calle a los cientos de personas que estaban en el establecimiento. Desde clientes a participantes en bodas o en reuniones, incluido el primer ministro de Belize. El amigo del asesinado salió manchado de sangre y la ciudad, embarrada.

A primeros de este mes una pareja de colombianos fue tiroteada en la I-95, la autopista norte-sur más importante, al parecer porque molestaron a alguien cuando se cambiaron de carril. El enfurecido automovilista no acertó, pero la posibilidad de ir armados conductores al volante, un paso más en la escalada armamentística del país, desaconseja cualquier error o discusión sobre ruedas también.

Son los últimos casos de extranjeros, los menos, pero los muertos en las calles, turísticas o no, suman ya casi medio centenar en lo que va de año. Y el doble de heridos. El dia 4 de julio, conmemoración de la Independencia, incluso hubo una advertencia al personal para que evitara disparos al aire, pues la supuesta alegría ha causado tragedias en años anteriores al convertirse en tiros a cuerpos. El 31 de diciembre, una bala perdida hirió gravemente a un niño italiano que celebraraba el fin de año con su familia en un lujoso restaurante. Y ya no son pistolitas, sino armas de grueso calibre, hasta AK 47. Es el problema insoluble que emana de la segunda enmienda constitucional con devotos como la Asociación de Amigos del Rifle.

Así, en plena crisis, cuando la economía de la ciudad está bajo mínimos, Miami lanza a la calle, a base de horas extraordinarias, un ejército de policias motorizados, a pie, a caballo o encubiertos. Ya hay más de una decena de detenidos y un muerto entre los pandilleros. "Hay una reserva, pero lo más importante es que el dinero no va a limitar la seguridad", comentó el administrador, Carlos Migoya. Pero lo peor es que muchas cosas oficiales huelen también a podrido. El mismo día que comenzó la caza humana, una auditoria reveló que la policía del condado de Miami Dade había malgastado millones el año pasado para combatir delitos ecológicos, ni siquiera violentos.

Contrastes

Todo es un contraste o una ironía. Ciudad Mágica, al fin. Millones de dólares deberán pagarse de más, de 3.900 a 6.300, por una ampliación del aeropuerto que ya es casi eterna, con más de una década de retrasos. Y millones son los que ha invertido el Miami Heat de la NBA, para fichar a Lebron James (el récord, con 110,1 por seis años) y Chris Bosh, que con Dwyane Wade intentarán el asalto al título frente a los Lakers y los Celtics. La mano sabia de Pat Riley, viejo ganador de anillos desde el banquillo y ahora presidente, ha sido clave. Inversión y promoción. Es la cara bonita, y costosa, porque las críticas ante lo que se considera una exageración, económica y mediática, también se han sucedido. Pero el deporte espectáculo es así y no sólo la televisión y la publicidad podrán hacer el negocio rentable, sino que el Heat puede llenar el American Airlines Arena. Caso bien distinto al asombroso de los Marlins de béisbol, que han conseguido construir un estadio nuevo con ayudas multimillonarias de la ciudad y el condado, pero sus asientos anaranjados siguen vergonzosamente casi vacíos partido tras partido.

Las playas sí están llenas, pero también con problemas bastantes veces. Esta misma semana se prohibió el baño en la de Crandon Park, en Key Biscayne, por una bacteria probablemente producto de vertido de aguas fecales. De hecho, ninguna novedad, pues es algo ya periódico y un reciente informe también la incluyó entre las más contaminadas de la Florida junto a dos zonas de Miami Beach, a la altura de las calles 21 y 53, y a Sunny Isles, más al norte. Suciedad, pero no tan grave como la preocupante bacteria Vibrio vulnificus, habitual en costas cálidas (la temperatura del mar en estas fechas ronda los 30 grados), y que ataca si existen heridas abiertas. Según el Departamento de Salud de la Florida, entre 2005 y 2009 murieron 31 personas de 138 afectadas.

De momento, eso sí, no hay más ataques de tiburones....ni huracanes.

Y para compensar este Nuevo Miami Vice ha vuelto el Miami Spice. Con este nombre, y el claro intento de salvar mejor la crisis, los restaurantes más lujosos de Miami hacen cada vez más curas de humildad todos los veranos con precios de saldo. Comidas a 22 dólares y cenas a 35, la mitad de lo habitual o incluso más. Unos 120 establecimientos están apuntados en la oferta hasta el mes de septiembre y la novedad es que este año se han sumado 30, la cifra más alta desde el comienzo del saldo hace unos años. Necesidad obliga.

Entre tanto problema, un consuelo para el estómago. También ha habido un Miami Spa para los más exquisitos en los mejores hoteles. Los duelos con masajes, solomillos y colas de langosta baratos, también son menos.

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