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Los nuevos métodos de espionaje amenazan el secretismo en la elección del Papa

Juan Pablo II prohibió los instrumentos de grabación y transmisión de voz, imágenes o escritos.

Los hackers (piratas informáticos) y los micrófonos ultrasensibles son sólo algunos de las nuevas tecnologías que amenazan con infiltrar las paredes del Vaticano cuando los cardenales se reúnan, la próxima semana en la Capilla Sixtina, para designar al nuevo Papa.

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Según informa la agencia EFE, la seguridad del Vaticano se niega a revelar detalles sobre cualquier medida para evitar la implantación de micrófonos ocultos durante el Cónclave. No obstante, Giuseppe Mazzullo, un detective privado que fue policía de Roma en una unidad que trabajó estrechamente con el Vaticano, adelantó que la Santa Sede se reforzará con policías italianos y agentes de seguridad privados. "La seguridad es muy estricta", dijo Mazzullo. "Que alguien pueda robar información es muy difícil, si no imposible", agregó.

La Capilla Sixtina será inspeccionada a fondo para descartar la presencia de artefactos electrónicos de espionaje. Durante su concentración, los cardenales carecerán de acceso a los medios de comunicación no estará permitida la correspondencia escrita o telefónica con el exterior.

Para prevenir posibles intromisiones, presiones o negociaciones, Juan Pablo II prohibió el uso de teléfonos móviles o cualquier otra tecnología para grabar, reproducir o transmitir voces, imágenes o escritos.

Sin embargo, según medios del Vaticano, un periodista y un fotógrafo consiguieron entrar en el Cónclave de 1922 que eligió a Pío XI, y en uno anterior hubo sospechas de que los sirvientes filtraban información al exterior. Las técnicas de espionaje se han vuelto mucho más sofisticadas desde que Juan Pablo II fuese elegido en 1978, no obstante, el Vaticano ha expresado su confianza en que podrá mantener el secretismo que durante siglos ha rodeado a los cónclaves.

Los móviles de hoy podrían considerarse como el agujero que existía en un muro de la Capilla Sixtina en 1559, por el que se filtraban intrigas y compromisos políticos.

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