La sucesión del Papa
El Vaticano prepara el cónclave en el que 117 cardenales elegirán al sucesor de Juan Pablo II
La Iglesia católica prepara ya la sucesión del Papa Juan Pablo II, debido a la crítica situación de su salud en las últimas horas. Por el momento, la dirección del Estado pontificio está en manos de dos personas: el Camarlengo, cargo que actualmente ocupa el español Eduardo Martínez Somalo, y el cardenal alemán Joseph Ratzinger, de 77 años, presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Cuando se produzca el fallecimiento de Juan Pablo II, en el cónclave para elegir al nuevo Pontífice partitiparán 117 cardenales. De ellos, 58 son europeos -20 italianos y seis españoles-, 14 son norteamericanos, 21 latinoamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y dos de Oceanía. La edad límite de los cardenales para participar en la elección son 80 años, una condición establecida por Pablo VI en 1970. Además, Juan Pablo II mantuvo en 1996 esta disposición, poniendo como límite la presencia de 120 cardenales en la elección del Papa.
Entre Roma y Latinoamérica
Según los análisis del entorno vaticano, las dos tendencias que se marcan en el Vaticano para la sucesión son, por un lado la vuelta de un Papa italiano, o bien la elección de un latinoamericano, ya que ésta es el área geográfica que cuenta con la mayoría de los católicos en el mundo. Pero también se argumente la importancia de optar por un europeo por la crisis religiosa que se vive en el Viejo Continente.
En la hipótesis de un Papa italiano, a priori son cinco los principales candidatos: el cardenal Dionigi Tettamanzi, de 70 años; Angelo Scola, 63 años; Tarcisio Bertone, de 70 años; el secretario de Estado Vaticano, Angelo Sodano, 77 años; y el cardenal Giovanni Battista Re, de 71 años. En este sentido, Tettamanzi es el candidato favorito en la opción italiana. Aunque tradicionalmente conservador, ha conseguido hacerse con la estima de la mayoría de los liberales. Entre sus logros, las protestas contra la cumbre del G8 en Génova y su defensa de que la Iglesia también tiene que opinar respecto al tema de la globalización.
Los otros nombres que resuenan en los palacios vaticanos son los del cardenal colombiano Dario Castrillon Hoyós, de 75 años; el hondureño Oscar Andres Rodríguez Maradiaga, de 62 años, arzobispo de Tegucigalpa; el argentino Jorge Mario Bergoglio, de 67 años, arzobispo de Buenos Aires, y el brasileño Claudius Hummes, 70 años, arzobispo de Sao Paulo. Entre los papables latinoamericanos, el nombre más repetido es el el de Rodriguez Maradiaga, de 63 años. Este salesiano, que habla cinco lenguas entre ellas el italiano y que es considerado conservador, es el candidato ideal de América Latina -actualmente centro neurálgico de la Iglesia católica- ya que presidió el Consejo Episcopal Lationamericano entre 1995 y 1999.
Un Papa negro
África, el continente en el que la Iglesia se debe enfrentar con el Islam y las sectas, se presenta como candidato un nigeriano, Francis Arinze, de 72 años, prefecto para la Congregación del Culto y que sería el Papa de raza negra del que se habla desde hace tiempo. Arinze, hijo de un jefe de tribu y muy cercano a Juan Pablo II, ha despempeñado un papel clave en el diálogo entre la Iglesia Católica e induistas, musulmanes y budistas.
Pero también se barajan a otros europeos como el férreo cardenal alemán Joseph Ratzinger, que sería un Papa de transición, aunque circulan otros nombres de cardenales más jóvenes como el cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schoenborn, de 60 años.
Pocas posibilidades para Rouco
En las últimas semanas ambién se ha apuntado a la posibilidad de que el ex presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Madrid, Antonio Maria Rouco Varela, sea el elegido, puesto que Juan Pablo II le dio un importante papel en el segundo Sínodo europeo en 1999. Pero en su contra tiene, según los observadores, es que después de Juan Pablo II pocos cardenales elegirían a un Papa tan tradicionalista como Rouco Varela.
El cardenal 'secreto'
En los pasillos del Vaticano existe el misterio de un purpurado in pectore, es decir, nombrado cardenal en secreto por el Papa Juan Pablo II por motivos se seguridad o personales. Los expertos piensan que este cardenal podría ser chino y que debido a los problemas con la República Popular se creyó mejor no comunicar la noticia. Otros apuntan a que puede ser el querido amigo y secretario personal Stanislao Dziwisz.
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