AI pide medidas contra los videojuegos que desprecian los derechos humanos

Bajo el título ¿Sabes a qué juegan tus hijos?, Amnistía Internacional (AI) ha denunciado, en su tercer informe sobre la materia, la existencia de videojuegos al alcance de menores con contenidos que desprecian los derechos humanos. La organización ha constatado lo fácil que resulta acceder sin control a estos productos, que se pueden comprar, alquilar o descargar a través de Internet.

AI considera que las autoridades competentes en la materia deber desarrollar mecanismos de evaluación y seguimiento así como difundir el Código de Autorregulación Voluntario de las empresas distribuidoras de videojuegos y las posibilidades de denuncia de que dispone el consumidor.

En concreto, AI ha comprobado que el videojuego Mafia, etiquetado para mayores de 16 años, promueve actitudes contrarias a los derechos humanos. Sus imágenes en tres dimensiones muestran por ejemplo, el atropello indiscriminado de transeúntes y asesinatos cometidos con un bate de béisbol.

Otro juego, Warcraft III, Reign of Chaos, muestra en su etiqueta la recomendación de uso para mayores de 16 años, aunque AI considera que, de acuerdo con el contenido de este juego la edad recomendada debería ser para mayores de 18 años. En la presentación del juego se puede elegir entre una de las razas existentes: elfos, no-muertos, orcos y la alianza humana y cada una de estas razas debe luchar por su supremacía y aniquilar a las demás.

las revistas especializadas

AI ha comprobado que las revistas especializadas rara vez siguen un criterio común para agrupar los videojuegos por edades en función de su contenido. Es difícil para el lector conocer la edad recomendada para el videojuego descrito ya que rara vez se menciona.

En la gran mayoría de los análisis de producto publicados el componente sangriento o violento es ensalzado como elemento lúdico y atractivo para valorar positivamente el videojuego.

Amnistía Internacional reafirma su preocupación por la falta de legislación específica de protección al menor, y ante la falta de una normativa efectiva, recomienda una mayor implicación de la sociedad en la protección del menor frente a los contenidos de este producto y su uso responsable de acuerdo con la promoción de los derechos humanos.