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Jóvenes prostituidas como esclavas y menores para vender droga: así operaba la red criminal china Tian Xia She

La organización acusada de trata de mujeres asiáticas también extorsionaba a los dueños de negocios para que les dieran un 20% de sus beneficios a cambio de seguridad, según la investigación policial

Algunas de las víctimas de la mafia china desarticulada en diciembre por la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera.Foto: Policía Nacional | Vídeo: EPV
Juana Viúdez

Todo era negocio y veían cómo sacar el máximo rendimiento de cada persona, ya fueran jóvenes engañadas para viajar a España en busca de un futuro mejor, o menores sin arraigo que comenzaban con el menudeo de droga y a los que prometían hacerse una carrera dentro de “la familia”. Esa familia era la organización criminal Tian Xia She, que según los traductores policiales significa “el mundo”. Esta mafia china fue desarticulada el pasado diciembre en una operación policial por la que han acabado en prisión cuatro de sus líderes y 33 de sus víctimas han sido liberadas. La investigación, que ha costado dos años, ha permitido desmantelar una mafia “jerarquizada y ramificada” que tejía redes internacionales para amasar dinero con la explotación sexual de mujeres, la inmigración irregular o la extorsión a negocios de hostelería, entre otros delitos. El beneficio de sus actividad criminal, “una cantidad ingente de dinero” que los investigadores cifran en “millones”, se movía principalmente en metálico. Volvía a China para ser blanqueado o se prestaba a la comunidad china de España en condiciones de usura.

Las investigaciones de trata de mujeres, ya complicadas de partida porque las víctimas están amedrentadas por sus captores, se vuelven más complejas si además están inmersas en redes procedentes de China, un mundo “muy hermético”, en el que se toman numerosas medidas de seguridad, y al que los investigadores se han aproximado a fuerza de muchas horas de vigilancias, seguimientos y medios técnicos.

“Es muy difícil tener una declaración o una denuncia de estas mujeres. Tienen miedo, no conocen el país, no conocen el idioma, tienen un montón de contratiempos para comunicarse con nosotros, ante el temor de la organización, de lo que puedan hacer con ellas, y por el miedo a ser deportadas, a recibir un trato que luego es muy diferente”, explica un investigador de la operación Samoa, dirigida por la Policía Nacional y la Agencia Tributaria, y que ha contado con la colaboración de Europol, la agencia de la UE para la cooperación policial. Una vez detectadas e identificadas, las víctimas son atendidas por ONG que les ayudan a buscar lugares para vivir y les ofrecen atención psicológica, médica y una salida de cara al futuro lejos de la organización criminal que las explotaba.

Las 33 víctimas de Tian Xia She, captadas en China, Vietnam y Tailandia, tenían varias características comunes: eran jóvenes o aparentan muy poca edad, y necesitaban dinero. Su punto de llegada a España, y el de otros migrantes a los que la red facilitaba la inmigración irregular, era un piso al que denominaban “nido de serpientes”. “Dependiendo si tenían deuda o no, porque había gente que pagaba 20.000 o 30.000 euros a la organización en función del país de destino migratorio, los alojaban allí a la espera de recibir una documentación falsa”, explican fuentes de la Unidad Central contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedad Documental (UCRIF) de la Policía Nacional. Esos pasaportes y visados se falsificaban en un laboratorio en Madrid, ya desmantelado, y cuando los entregaban, sus víctimas seguían camino hasta a EE UU o Centroamérica. Quienes no podían pagar la deuda eran dirigidas a prostíbulos de la organización hasta finiquitarla.

Ese camino llevó a las víctimas de esta red de trata a los prostíbulos que operaba en Madrid, Barcelona y Zaragoza, donde eran explotadas sexualmente en condiciones de esclavitud, con disponibilidad absoluta, sin libertad para moverse y obligadas a mantener relaciones sexuales sin protección, y en algunos casos, someterse a abortos. La deuda inicial que adquirían estas mujeres era de 10.000 euros, pero si también dejaban en manos de la banda su regularización, en algunos casos podía subir hasta los 50.000, aportan otras fuentes participantes en la investigación.

Los negocios de los cabecillas tenían diversas ramificaciones, como la venta de una droga llamada “agua de Dios”, que se utiliza como desinhibidor para mantener relaciones sexuales, en prostíbulos y karaokes frecuentados por la comunidad asiática. La dosis, que viene en bolsas como si fueran toallitas húmedas, alcanza precios de 300 euros. “Utilizaban a menores y luego les hacían ver que pertenecían a la organización, a la familia, y que tienen que ir escalando posiciones. Esto les generaba una impunidad. Ellos solo controlaban que todo fuera bien, y se iban enriqueciendo”, explica el investigador. Los proveedores de esta droga sintética, que venía de Países Bajos, también eran asiáticos.

Madeja de negocios ilegales

La extorsión es otro capítulo de sus actividades. Se relacionaba con supuestos servicios de seguridad que ofrecían a karaokes o prostíbulos, pero que en realidad consistían en amedrentar a los dueños para que les entregaran un 20% de sus negocios y les dejaran vender droga o concertar citas con las mujeres que explotaban sexualmente en sus cabinas. “Imponían mucho miedo y respeto en la comunidad china”, relatan estas fuentes, que explican que terminaban haciéndose con el control de los establecimientos. En caso de recibir una negativa, obligaban a los dueños a cerrarlos, llegando a darles palizas, o a generar problemas para sus actividades. En algún caso les obligaban a vender el negocio a bajo precio para después asumir las riendas, relatan. Aunque la investigación comenzó en 2022, creen que las actividades de extorsión en Cataluña venían afianzándose al menos desde 2018.

La madeja de negocios ilegales interconectados de esta red se comenzó a desenredar tras una denuncia a la Policía Nacional de Zaragoza. Este cuerpo policial asumió las pesquisas, a los que se incorporaron agentes de Vigilancia Aduanera de Aragón. “La organización era tan grande que la teníamos que ramificar y terminó siendo una operación nacional”, explican fuentes del cuerpo policial de la Agencia Tributaria en esta comunidad. Sus agentes se encargaron de analizar la capacidad económica, financiera y patrimonial de todos los miembros. La mayoría de las 30 detenciones se practicaron en Barcelona (13) y Madrid (12), aunque también hubo tres arrestos en Zaragoza y otros dos en Toledo y La Rioja. Los agentes han clausurado dos de los pisos burdel que utilizaban. “Mueven millones”, añaden estas fuentes, que inciden en la complejidad de la organización y su carácter transnacional. “Era una rueda, tenían todo calculado para sacar dinero, tajada y beneficios de cada una de las personas que traían”, termina.

El ministerio del Interior registró en 2023, último año del que se tienen estadísticas, más de 600 víctimas de trata y explotación sexual. La prostitución se localizaba en España tradicionalmente en los clubes, pero ha pasado a ubicarse en espacios más privados, como pisos, chalets o viviendas de alquiler turístico, según explicaban fuentes del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) a EL PAÍS el pasado noviembre. Este cambio permite una mayor movilidad de las víctimas potenciales y dificulta su detección.

La Policía pone a disposición de la ciudadanía el correo electrónico trata@policia.es y la línea telefónica 900 10 50 90 para la denuncia anónima y confidencial relacionada con la trata de seres humanos.


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Sobre la firma

Juana Viúdez
Es redactora de la sección de España, donde realiza labores de redacción y edición. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario Málaga Hoy y en Cadena Ser. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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