Cambio de hora de octubre 2024: comienza el horario de invierno en España
Esta madrugada se ha producido el segundo cambio de hora del año y se da en medio de un debate continuo sobre si debería mantenerse, o no, un solo horario
La madrugada de este sábado para domingo se ha dado inicio al horario de invierno. Para ello, los relojes de toda España se atrasarán una hora. Cuando marquen las 3.00, el reloj volverá a las 2.00 en la península, mientras que en Canarias será de 2.00 a 1.00. Así, este último domingo de octubre tendrá 25 horas y los españoles podrán dormir una hora más. Este cambio de hora sucede desde hace 50 años, aunque actualmente hay un debate sobre si debería mantenerse o no.
La mayoría de países europeos instauraron el cambio de hora en los años setenta por la crisis energética derivada del incremento de los precios del petróleo. España lo hizo de manera urgente en 1974 y, desde ese entonces, se ha mantenido el horario de verano —que inicia en marzo— y el horario de invierno —que inicia en octubre—. El objetivo era (y continúa siendo) hacer coincidir las actividades del día a día con la luz solar y así limitar el uso de energía eléctrica durante la mañana y la tarde.
Sin embargo, el cambio de horario es ahora objeto de debate, pues hay quienes aseguran que el ahorro energético es mínimo y que el cambio afecta a la salud de las personas. Francisco J. Tapiador, catedrático de física, explica que el argumento principal es el ahorro de energía en las oficinas y fábricas durante la demanda de electricidad por las mañanas. Además, indica que: “Con una red eléctrica con cada vez más peso de la energía solar, parece que el cambio tiene sentido, porque se reduce la necesidad de almacenar energía, aunque en el tema del consumo el ahorro que supone el cambio de hora es cada vez menor”.
María Prado, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace, explica que es una medida importante en relación a cuándo ahorramos, más que cuánto ahorramos. Además, fuerza un cambio de comportamiento que “es clave para orientar al país al uso de energía cuando hay renovables, facilitar la integración de energías renovables y así hacer el sistema más eficiente”. A esto lo llama gestión de la demanda, que es mover los hábitos de consumo a horas en las que hay energía renovable en el sistema, y así evitar conectar centrales de gas o nucleares.
Por el contrario, quienes están en desacuerdo con el cambio advierten de que afecta al ritmo circadiano de las personas y, por ende, al sueño, siendo los niños y adultos mayores los más afectados. A los niños, por ejemplo, les costará irse a dormir y también levantarse a la hora habitual, lo que puede generar irritación, rabietas y dificultad para mantener la atención por entre cinco y diez días. Así, asociaciones de especialistas como la Sociedad Española del Sueño, la Sociedad Europea de Investigación del Sueño, la Asociación Española de Pediatría, entre otros, indican que se debería instaurar solo un horario y debería mantenerse el de invierno. Este se adecúa más al ritmo biológico de las personas y mejora la calidad del sueño, a pesar de que el horario de verano es el que más le gusta a los españoles.
Hay quienes ven los cambios de horario como una adaptación natural de las sociedades a las distintas estaciones. José María Martín Olalla, profesor de física en la Universidad de Sevilla, explica: “Es la adaptación de la sociedad con sus horarios y sus hábitos a un hecho natural, que son las estaciones. En invierno amanece muy tarde y en verano muy temprano. De una forma u otra las sociedades buscan cómo adaptar su ritmo y actividad a ese fenómeno natural”. Y agrega que el ahorro energético termina siendo algo secundario y una consecuencia de esta adaptación.
Aunque el debate continúa, lo cierto es que en España se tendrá el cambio de horario hasta, al menos, octubre del 2026, según informa el BOE. En 2018 la Unión Europea presentó una propuesta para suprimir el cambio de hora dos veces al año, pero no se tomó una decisión definitiva. Hasta que se logre esto, sigue vigente el sistema de dos horarios anuales. Actualmente, menos del 40% de países del mundo ajustan la hora. En el continente europeo los únicos países que no hacen el cambio son Rusia, Turquía, Bielorrusia e Islandia.
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