Paula Iglesias, nueva presidenta de la Federación estatal LGTBI+: “Hay una utilización de los menores como moneda de cambio para justificar el odio”
La nueva directiva es la persona más joven en ocupar el cargo y se presenta con un equipo diverso que busca incorporar nuevas visiones. “El feminismo y nuestra lucha siempre han ido de la mano, y siguen”
Paula Iglesias (Valencia, 34 años) acaba de ser elegida presidenta de la Federación estatal de lesbianas, gais, trans, bisexuales, intersexuales y más (Felgtbi+), que aglutina a 55 entidades de toda España que luchan por los derechos del colectivo. Iglesias, “médica, psicóloga, lesbiana, activista y feminista”, es la persona más joven en ocupar la presidencia de la Felgtbi+ desde su fundación, en 1992. “La Federación es reflejo de la sociedad; un altavoz reivindicativo del colectivo”, explica. “La esencia de esta candidatura es recoger el legado de la ejecutiva anterior, que ha sido mucho, pero incorporando una perspectiva más joven, nuevas visiones y discursos”, añade.
Iglesias y su equipo estrenan mandato mientras se desarrolla el juicio contra los asesinos de Samuel Luiz, hombre de 24 años, muerto a golpes el 3 de julio de 2021 al grito de “maricón de mierda”. Y solo unos días después de que el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, fuera increpado con insultos homófobos por un grupo de estudiantes de la Universidad de Navarra, privada y vinculada al Opus Dei. “Vivimos un momento agridulce. Hemos visto cómo se han conseguido hitos legislativos y avances [en referencia a la Ley Lgtbi+, aprobada en 2023, o al reglamento recién desarrollado sobre igualdad laboral para las personas del colectivo]. Sin embargo, estos conviven con un repunte de los discursos de odio y el auge de la extrema derecha”, resume en una entrevista en la sede de la federación realizada el viernes, antes de que se votase su candidatura ―la única en presentarse― en el X congreso de la Felgtbi+, que se convoca cada tres años y que se ha celebrado durante el fin de semana en el Auditorio Marcelino Camacho de Madrid.
“Ahora mismo, hay una sociedad mayoritaria que es respetuosa con la diversidad y que ha apoyado los avances legislativos; y una minoría que defiende el odio, amplificándolo con altavoces mediáticos y tecnológicos que no tenía antes”. Los datos confirman las afirmaciones de Iglesias: el año pasado, los delitos de odio relacionados con el género y la identidad aumentaron un 21%. “El discurso de odio es la antesala del delito”, remarca. De ahí que una de las prioridades de su equipo sea avanzar en un pacto de Estado contra los discursos de odio a todos los niveles: político, laboral, social o educativo. De hecho, una de las ofensivas de la extrema derecha desde su llegada a las instituciones ha sido el intento de cercenar todo tipo de formación en igualdad, diversidad o temas sexoafectivos. “Hay una instrumentalización de los menores, que son utilizados como moneda de cambio para justificar el odio”, denuncia Iglesias, “la educación en diversidad desde edades muy tempranas no hace un llamamiento a formar parte del colectivo, sino a respetar las personas y disminuir el sufrimiento”.
Otra de las líneas de acción del mandato que inaugura Iglesias es la pelea contra las pseudoterapias de conversión de personas lgtbi+, “y que sean consideradas eurocrímenes”, o “la unión de esfuerzos para frenar la oleada ultraconservadora europea que emana de países como Rusia”.
―¿Qué le parece que la derecha tradicional se haya adherido en ocasiones con ese discurso excluyente y radical?
―Creo que siempre han sintonizado. No podemos olvidar, el colectivo no lo hace, que el Partido Popular puso el recurso de inconstitucionalidad al matrimonio igualitario. Puede que el auge de la extrema derecha esté llevando a los conservadores a situarnos como blanco de su odio. Pero es algo que siempre ha estado ahí.
La actual presidenta comenzó con el activismo hace 15 años en Valencia, en el colectivo Lambda, y ha formado parte de la última directiva ―el último mandato como vicepresidenta―, al frente de la que ha estado Uge Sangil durante seis años (dos legislaturas, el máximo permitido). El equipo que acompañará a Iglesias en la nueva ejecutiva está formado por personas que, además de formar parte del colectivo, viven otras realidades: personas migrantes, con discapacidad, residentes en entornos rurales… “Si permitimos que se nos ubiquen solo como miembros del colectivo lgtbi+, será más fácil que nos vean desde la otredad. Sin embargo, si te muestro que tenemos montón de similitudes y problemas compartidos, eso nos acerca y naturaliza a las personas lgtbi+ en la sociedad. Cuando soy migrante y homosexual o lesbiana feminista: ¿A qué grupo me uno? ¿Cómo se juntan esas realidades? La lucha lgtbi+ puede ser la respuesta”.
El objetivo de la nueva directiva es recoger todas estas intersecciones: “Algunos las ven como una amenaza, ya que cuestionan su modelo de sociedad heteropatriarcal y excluyente. Es el momento de visibilizar otras diversidades e identidades, como la asexualidad, la bisexualidad o el género no binario: eso nos hace más fuertes”.
Sin embargo, ese intento de expandir la lucha se ha topado en los últimos años con una reacción por parte de un sector del feminismo que excluye a las mujeres trans de su lucha. “No me gusta hablar de división porque no considero que eso sea feminismo: el feminismo es inclusivo y no deja a ninguna mujer atrás”, zanja Iglesias. Considera que ese movimiento de mujeres trans excluyentes “ha generado mucho ruido, pero ninguna brecha en el movimiento”: “El feminismo y la lucha lgtbi+ siempre han ido de la mano y siguen de la mano”.
Otro tema que se ha tornado espinoso para el colectivo ha sido el de los vientres de alquiler, aunque la mayoría de las parejas demandantes son heterosexuales. “Siempre vamos a defender a las familias lgtbi+ y, por supuesto, la protección de los menores porque son lo más importante”, explica Iglesias. “Con respecto a la práctica [los vientres de alquiler], la federación no se pronuncia. La ejecutiva de la Felgtbi+ representa a 55 entidades que no tienen una postura consensuada al respecto. El equipo se guía por las líneas marcadas por las organizaciones que conforman la federación. Hasta que las entidades no tengan una postura consensuada, no formará parte de nuestras líneas estratégicas”.
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