Una de cal y otra de arena para el ‘influencer’ misógino Andrew Tate
La justicia británica acecha al polémico excampeón de kickboxing y a su hermano Tristan tras acusarles de fraude fiscal, mientras un juez les permite que salgan de Rumania si es a otros países de la UE
La semana pasada acabó con una noticia muy celebrada por el influencer misógino británico estadounidense Andrew Tate y su hermano Tristan, acusados de violación, trata de personas y de crear una organización criminal para explotar sexualmente a mujeres tanto en Rumania como en Estados Unidos y el Reino Unido. Su alegría la escenificaron en un vídeo que colgó el excampeón de kickboxing, de 37 años, en su cuenta de X, antiguamente Twitter, en el que aparecen ambos eufóricos bailando tras conocer que el Tribunal de Bucarest había permitido que salgan de Rumania, siempre que sea a otro país de la Unión Europea y con el consentimiento de un juez de instrucción. “Después de tres años soy libre para viajar y tal vez pase esta noche en el jardín de mi casa bailando con Tristan”, festejó Andrew.
La decisión judicial puede ser impugnada por la Dirección de Investigación de la Delincuencia Organizada y el Terrorismo (DIICOT), pero los dos confían en que ningún recurso prospere. La medida también se aplica a las supuestas dos cómplices de los hermanos Tate, Alexandra-Luana Radu y Georgiana Manuela Naghel, imputadas por constituir un grupo delictivo con el fin de reclutar, alojar y explotar a algunas mujeres, captadas por el método de enamoramiento lover boy, obligándolas a crear materiales con contenido pornográfico, destinados a ser distribuidos en páginas para adultos de pago. Según el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), los Tate habrían ganado 2,6 millones de dólares mediante el negocio del videochat y la pornografía, dinero que se habría transferido a cuentas en el Caribe, Rumania y Reino Unido.
“Esta farsa de caso se está cayendo a pedazos”, aseguró Andrew en su primer mensaje escrito tras el cambio judicial, acompañado de una grabación en el que se exhibe con el busto desnudo y comenta el proceso. “Así que he tenido que dejar de entrenar porque he recibido algunas noticias interesantes. Por primera vez en casi tres años, el juez decidió que puedo salir de Rumania. Todo el mundo sabe que este caso contra mí es una farsa, el juicio es un castigo, al final seré inocente, han tratado de castigarme con el proceso. Pero ahora mi juez ha decidido que después de tres años puedo salir de Rumania, así que ¿cojo el (Ferrari) SF90 para ir a Italia, el (Maserati) MC20 para ir a Cannes, el Ferrari 812 Competition para ir a París?, ¿a dónde debería marcharme? Puedo ir a donde quiera”, comenta Andrew en el vídeo antes de preguntarse si se embarca en una gira para promover la criptomoneda meme Daddy.
La portavoz de los hermanos Tate, Mateea Petrescu, afirmó que el fallo representa una “victoria significativa y un importante paso hacia delante” para desmentir las acusaciones. Por su parte, Eugen Vidineac, uno de los abogados, señaló que aceptan y celebran la decisión del tribunal que considera un reflejo del comportamiento ejemplar de sus clientes, aunque anticipó que ambos “siguen decididos a limpiar su nombre y su reputación”. Además, el letrado recalcó que la posibilidad de moverse dentro de la Unión Europea permitirá a los Tate, que fueron detenidos en diciembre de 2022, ”buscar oportunidades profesionales sin restricciones”.
Pero el júbilo duró pocos días. La policía del Reino Unido acusó el lunes a Andrew y a su hermano de 35 años de fraude fiscal por ingresos procedentes de actividades en Internet. Sarah Clarke, abogada de la policía de Devon y Cornwall, suroeste de Inglaterra, los calificó de “evasores en serie” ante un tribunal en Londres. ”Se jactan de ello, especialmente Andrew Tate”, puntualizó. En concreto, se les imputa por no haber pagado los impuestos de los 21 millones de libras (24,8 millones de euros) de ingresos que habrían obtenido de sus negocios online entre 2014 y 2022, gracias a los productos que vendieron en Internet y sus actividades en la plataforma Onlyfans, en la que los usuarios pueden compartir vídeos y fotografías de carácter sexual. Clarke citó un vídeo de Andrew Tate en el que decía que cuando vivía en Inglaterra, rechazaba pagar impuestos.
Los hermanos Tate gastaron sus ganancias en “coches rápidos y propiedades”, apuntó Clarke. “Así es la evasión fiscal, así es el blanqueo de dinero”, prosiguió la portavoz de la policía británica. También indicó que ambos utilizaron un intermediario para abrir una cuenta a su nombre y le transfirieron enormes sumas de dinero a pesar de que no estaba relacionado con sus negocios.
En los últimos meses, la justicia británica ha estrechado el cerco cada vez más a los hermanos. A mediados de marzo, los dos acabaron detenidos por dos órdenes de arresto europeas emitidas por el Reino Unido, que los acusa de delitos sexuales y de explotación de algunas personas en su territorio. En cambio, quedaron en libertad, bajo control judicial, después de que los magistrados rumanos dictaminaran que antes de ser extraditados deberán ser juzgados en Rumania por el proceso que tienen pendiente ese país.
La fiscalía rumana presentó en junio del pasado año las acusaciones de manera oficial contra los hermanos, que niegan los cargos. Sin embargo, no fue hasta el 26 de abril cuando la instancia rumana determinó que el expediente contra Tate cumplía con los criterios legales y que, por tanto, se podía iniciar el juicio, aunque todavía no ha fijado una fecha para su comienzo. Tras ser detenidos, permanecieron tres meses en detención policial antes de ser cambiados a arresto domiciliario. Más tarde, se les restringió el acceso a Bucarest y al colindante condado Ilfov y, luego, a Rumania.
Un enfrentamiento que mantuvo Andrew con Greta Thunberg en la plataforma X en 2022, probablemente, ayudó a la policía rumana a averiguar donde se escondía. El exdeportista, que se había mudado a Rumania en 2017, pretendía burlarse de la activista mostrando su colección de coches de lujo altamente contaminantes, a lo que Thunberg contestó poniendo en duda su hombría. En una foto, Tate mostró una caja de pizza de un establecimiento rumano, lo que sirvió a la brigada contra el crimen organizado para poder localizarlo.
Andrew Tate, que acumula más de 9,5 millones de seguidores en X, ha insistido en repetidas ocasiones que los fiscales no tienen pruebas y que se trata de una conspiración política para silenciarlo. Anteriormente, había sido expulsado de varias plataformas de redes sociales por expresar supuestamente opiniones misóginas y utilizar expresiones de odio. Participó en el programa Gran Hermano de Reino Unido y se hizo famoso por realizar streamings llenos de comentarios racistas en los que hacía ostentación de su riqueza.
Incluso, Nigel Farage, el político populista del partido Reform UK y principal impulsor del Brexit, llegó a compararse con Andrew al declarar un día antes del cierre de la pasada campaña de las elecciones legislativas en el Reino Unido que él mismo era parte de un “fenómeno similar” al del influencer, tras alegar que había actores en la sociedad que intentaban “evitar que los hombres jóvenes fueran hombres jóvenes”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.