Los psiquiatras de la infancia alertan de la grave falta de recursos: “Sabemos, pero no podemos”
Un congreso nacional, que reúne a 300 profesionales en Valencia, advierte de la necesidad de acortar las listas de espera y de alargar el tiempo que se dedica a los pacientes
Los trastornos mentales se han incrementado de manera notable sobre todo a raíz de la pandemia del coronavirus que estalló en 2020, pero con anterioridad ya se había registrado esa tendencia no solo en España. La salud mental de los niños y los adolescentes se resiente especialmente. Los principales trastornos están diagnosticados y detectados y se cuenta con las terapias y los tratamientos que pueden ayudar a superarlos, pero hay una carencia acuciante que agrava el problema en España: la falta de recursos públicos.
Esta es una de las ideas sobre la que ha girado la jornada inaugural del 66 congreso de la Asociación Española de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia (Aepnya) que lleva por lema Las edades del cambio: una mirada clínica. “El mayor problema actual es la falta de recursos, sabemos pero no podemos”, afirma Inma Marcos, presidenta del congreso, que reúne a 300 profesionales en Valencia desde este jueves y hasta el sábado. “Hay muchos niños, muchas listas de espera, se acortan las visitas. Se ve a los niños cada cuatro meses”, enumera la psiquiatra, quien también hace hincapié en que “las familias con dificultades económicas y sociales” no pueden permitirse consultas privadas, por lo que el sesgo de la clase social se multiplica. Muchos personas con Trastornos de Conductas Alimenticias (TCA) que han crecido notablemente en los últimos años, al igual que los problemas de adicciones a los nuevas tecnologías, no pueden ser atendidos con prontitud en la sanidad pública
“En la Comunidad Valenciana estamos fatal, como en toda España. Quizá Cataluña tiene más recursos porque los tiene semiconcertados con la privada. Estoy muy orgullosa del servicio público, pero es totalmente insuficiente, estamos a mínimos, los profesionales estamos cansados”, añade la profesional del Hospital La Fe de Valencia. “La psiquiatría infantil se expresa a través del dibujo. Para tratar a un niño necesitamos tiempo, no 10 minutos”, apostilla. La presidenta de Aepnya, M. Luisa Lázaro, incide en la desigualdad de recursos entre distintas comunidades autónomas y ambas coinciden en que la interacción de los padres con sus hijos es fundamental para la buena salud mental de los adolescentes.
“Ahora hay muchas dificultades para criar”, apunta Lázaro, psiquiatra catalana, que aboga por una educación emocional desde la escuela. “No se traspasa el conocimiento como antes. La familia latina ha dejado de existir, vamos a un modelo de familia anglosajona, con el núcleo de la pareja y un niño o dos y no hay más. Antes, donde no llegaba la madre o el padre, llegaba el tío o el abuelo. Hay que enseñar a los padres atender a los niños para que tengan más autoestima, toleren mejor la frustración, tengan habilidades de desarrollo emocional y aprendan a autorregularse. Es muy importante. Si no, luego vienen los episodios de ira, rabia, agresividad”, apunta. “Hablamos de los niños y las adicciones con los videojuegos, si los adultos están continuamente con las pantallas, con el móvil...”, agrega en un encuentro con los medios de comunicación en la Fundación Adeit de la Universitat de València, sede del congreso.
Crianza en entredicho
En este sentido, Marcos sostiene que “en la sociedad actual la crianza está en entredicho en general” porque, entre otras razones, no se pone límites a los niños. “He visto en la consulta a un niño de dos años al que la madre le dice: ‘¿ves cómo la doctora dice que no debes usar el móvil?’. Perdone, es usted la que debe decirlo. Vemos a niños que cuando se les cambia el pañal hay que ponerles el móvil para que se queden quietos. Hace 20 años no teníamos móviles. Yo me siento a jugar en el suelo. Los padres no saben jugar. Los adolescentes son un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Estamos despistados, desorientados, incomunicados. El adolescente es un reflejo de nosotros mismos. Los adultos no tomamos decisiones”, apunta.
La Aepnya cita un informe presentado en el Congreso de Actualización de Pediatría en 2023, que refleja que las consultas relacionadas con el suicidio se han multiplicado por 18,8 entre 2009 y 2021, aunque el número de suicidios consumados se ha mantenido estable o ha aumentado moderadamente, según datos del INE en los últimos cuatro años disponibles, 2017-2020.
También recoge que las consultas por autolesiones se han multiplicado por 56,1 desde 2009. Las psiquiatras advierten de que las autolesiones no tienen por qué estar relacionadas con conductas suicidas, como se suele creer. En el último año, las consultas telefónicas por trastornos de la conducta alimentaria (TCA) han aumentado un 154,7%, por duelo un 138,9%, por adicciones un 41%, por síntomas depresivos un 31,5%, por ansiedad un 25,6% y por problemas de conducta un 9,6%.
El acoso escolar es otro de los problemas más extendidos. La psiquiatra del Hospital La Fe de Valencia y vocal del congreso Nuria Yáñez recuerda, no obstante, que el bullying siempre ha estado presente. “¿Qué ocurre hoy con el acoso escolar? Antes ocurría de lunes a viernes, y ahora se extiende a los fines de semana. Un vídeo, un tiktok, un whatsapp, o un Instagram... Es una prolongación del acoso, una diferencia importante”.
Rafael Tabarés, catedrático de Psiquiatría en la Universitat de València y Comisionado de la Presidencia de la Generalitat para el Plan Valenciano de Acción para la Salud Mental, ha abierto el congreso recordando que la salud mental en la infancia y adolescencia marca la salud mental de la edad adulta y, por tanto, el futuro de las personas.
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