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Médicos vascos salen al rescate de la sanidad de Guinea-Bisáu

El Gobierno de Euskadi firma un memorando con el país africano para formar a los facultativos del principal hospital guineano

Mikel Ormazabal
Medicos Osakidetza
Los médicos de Osakidetza Ignacio Fernández, Joana de Miguel e Ismael Díez del Val participan en el proyecto de ayuda humanitaria a Guinea-Bisáu.Fernando Domingo-Aldama

Un equipo fijo formado por dos especialistas en Medicina Interna y una enfermera de hospitalización y urgencias del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) pilotará durante los próximos cuatro años un plan para fortalecer el sistema sanitario de Guinea-Bisáu, uno de los países más pobres del mundo. Este grupo de médicos, a los que se irán sumando otros facultativos vascos de las ramas de anestesia, cirugía, gineco-obstetricia, traumatología y enfermería quirúrgica, se integrará en el equipo sanitario del hospital Simão Mendes, el centro nacional de referencia, ofrecerá asistencia y formación al personal autóctono y ayudará a mejorar los protocolos de gestión del citado hospital. El acuerdo entre Euskadi y Guinea-Bisáu también incluye la evacuación a Euskadi de menores para someterles a “intervenciones quirúrgicas complejas”. “Va a ser un antes y un después para la sanidad del país”, afirma Javier Gila, presidente de AIDA, la ONG que actuará como embajadora en el programa de cooperación.

La incorporación del personal sanitario de Osakidetza al Simão Mendes persigue “mejorar la calidad asistencial” en el país guineano, según figura en el “memorando de entendimiento” suscrito el pasado 8 de marzo por el Gobierno vasco y el Ministerio de Salud Pública de la República de Guinea-Bisáu. El documento con las líneas básicas del convenio de cooperación intergubernamental establece que los facultativos de Osakidetza contribuirán a “mejorar la calidad de las intervenciones quirúrgicas mediante la formación del personal y la organización del bloque quirúrgico”. Estos “se integrarán como un componente más del staff” y se encargarán de “aumentar la seguridad de la anestesia”, “mejorar la atención al parto”, “reducir la mortalidad derivada de las principales enfermedades infectocontagiosas (respiratorias, gastrointestinales y malaria)”, “apoyar y empoderar a la enfermería” y” mejorar la calidad de los análisis de laboratorio y otras pruebas diagnósticas”.

Los internistas Ignacio Fernández Huerta y Joana de Miguel Landiribar y la enfermera María Feu Semprún componen el equipo base del proyecto de cooperación y ya se encuentran trabajando en el hospital de Bisáu, la capital. Ignacio Fernández explica que su misión consiste en involucrarse en las tareas del hospital para “potenciar las capacidades del personal que trabaja allí. No vamos a hacer labores de sustitución, sino de apoyo y acompañamiento a los médicos guineanos”. El Simão Mendes, con una capacidad de 720 camas y cuatro quirófanos, tiene “escasez de profesionales especialistas” e “importantes carencias en equipamiento, materiales y medicamentos” que dificultan la atención a las necesidades de la población más vulnerable, según han constatado los facultativos de Osakidetza durante la misión exploratoria que realizaron en aquel país a comienzos de este año.

Ismael Díez del Val, cirujano en Basurto (Bizkaia) y coordinador de cooperación exterior de Osakidetza, afirma que el trabajo en Guinea-Bisáu supone “una oportunidad y un desafío al mismo tiempo, porque supondrá trabajar en una situación de precariedad y falta de recursos”: “Vamos a potenciar los servicios médicos y quirúrgicos del hospital principal del país. Tendremos seis médicos de forma continua y puntualmente irán rotando otros especialistas según se vayan detectando las necesidades”, añade. El acuerdo bilateral con el Gobierno de Guinea-Bisáu tiene una duración de cuatro años, prorrogables durante otros cuatro si las partes lo acuerdan y en función de la disponibilidad presupuestaria. El Ejecutivo vasco aportará 461.000 euros para sufragar el coste del personal y las operaciones que se realizarán en Euskadi y el ente público eLankidetza (Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo) ha consignado otros 500.000 euros para la gestión del programa, desplazamientos, compra de equipos, medicamentos y material médico, según consta en el convenio que previsiblemente aprobará este martes el Consejo del Gobierno vasco.

Los médicos vascos ofrecerán formación “a pie de cama” a sus homólogos guineanos durante la asistencia a los pacientes. “Se trata de que los médicos de aquel país”, explica el cirujano Díez del Val, “sean capaces de operar una apendicitis, practicar una cesárea, tratar una malaria o una insuficiencia respiratoria”. El convenio explicita que “se evitarán las funciones puras de sustitución”, porque el desempeño de los profesionales enviados consistirá en “formar equipo con el personal del hospital, potenciando su papel, aumentando su calidad y a la larga la confianza de la población en ellos”.

“Nos toca aportar conocimiento”

En esta tarea contarán con la ayuda de AIDA, una organización sin ánimo de lucro que comenzó a trabajar en 2007 en Guinea-Bisáu con proyectos de saneamiento, escuelas y huertas de gestión comunitaria. En el hospital Simão Mendes cuenta con una oficina para dispensar medicamentos a los más pobres. También participa en programas subvencionados por la Xunta de Galicia, el Gobierno de Cantabria o la Diputación de Albacete. Gila, presidente y fundador de AIDA, asegura que el convenio firmado por los gobiernos vascos y guineano “es un hito” y supone “un hecho diferencial” con respecto a otras experiencias similares: “Es un plan que se ha negociado directamente entre Euskadi y Guinea-Bisáu y se ajusta a la ley general de subvenciones y a la normativa vasca. Se trata de llevar a cabo una gestión mano a mano para mejorar el funcionamiento de la sanidad del país. Va a ser una gran experiencia para aquel país. Es importantísimo para ellos”. Guinea-Bisáu es un pequeño país de unos dos millones de habitantes, excolonia de Portugal (se independizó en 1974 tras un largo conflicto), y presenta un amplio historial de inestabilidad, guerras y golpes de Estado.

Euskadi ya participó durante el verano de 2020 en una experiencia similar en Perú para dar respuesta a la emergencia sanitaria creada por la pandemia de la covid-19. Entonces contribuyó con el “envío de respiradores, sistemas de oxígeno de alto flujo y la presencia de especialistas en reanimación o urgencias”, recuerda Díez del Val. En aquella misión también intervino Ignacio Fernández, quien antes, en 2015, se embarcó en otra labor humanitaria en un hospital rural de Camerún. Cuenta que prevé quedarse hasta diciembre de este año, cuando otro equipo relevará al actual. Especialistas en cirugía, enfermería, anestesia, ginecología, radiología o laboratorio irán rotando para garantizar una presencia mínima de unos seis profesionales en el hospital. “El objetivo es que el hospital funcione bien. No vamos a ejercer de guardias de circulación; nos toca aportar conocimiento a los médicos guineanos”, precisa Díez del Val.

Además, se encargarán de mejorar la gestión hospitalaria en aspectos como el registro de datos de pacientes, protocolos diagnóstico-terapéuticos y la organización de las áreas de urgencias, plantas de hospitalización, bloque quirúrgico, zona de críticos… El convenio contempla el traslado al País Vasco de pacientes, preferentemente menores de edad, que por la complejidad de sus patologías no pueden ser operados en su país. El acuerdo prevé intervenir a seis personas durante este 2022.

Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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