Fuencisla Clemares: “Yo silencio el móvil al llegar a casa”
La directora de Google España defiende la desconexión tecnológica y poner límites a los hijos en el uso del teléfono
Hay decenas de vocaciones con las que soñar en la infancia, pero ninguna de ellas pasa por dirigir una cajita en medio de una pantalla de ordenador para buscar millones de contenidos, o al menos no en una persona nacida en 1974. Y eso es justamente lo que hace Fuencisla Clemares, madrileña, directora general de Google España y Portugal desde 2016, después de una carrera que la llevó a Carrefour y otros puestos del buscador antes de llegar a este.
Pregunta. ¿Quién le iba a decir que iba a dirigir un buscador?
Respuesta. ¡Jamás lo imaginé! ¡Ni siquiera existía Internet! De pequeña quería ser cantante, pero no tengo la capacidad. Mi padre ha sido un hombre de negocios hecho a sí mismo, muy dinámico, y es lo que viví en mi casa. Estudié Empresariales siguiendo el camino familiar, aunque si pudiera cambiar algo en mi vida sería eso: elegir una carrera técnica. Se me daban bien las Ciencias y Matemáticas pero ni se me pasó por la cabeza y no tenía el ejemplo en casa.
P. Al igual que usted no podía adivinar lo que vino. ¿Qué puede llegar que ahora no podemos adivinar?
R. Cada diez años llega una revolución que no imaginamos: en los noventa fue Internet; en 2007, el teléfono inteligente; ahora, la revolución del big data y la inteligencia artificial. La siguiente tal vez sea la computación cuántica.
P. ¿La revolución digital nos nos dejará sin empleo?
R. Al contrario. Hemos entrenado un algoritmo, por ejemplo, que sabe detectar el cáncer de mama antes que el ojo del radiólogo, imagine el impacto que tiene esto en el coste de los tratamientos y en la calidad de vida del paciente. La medicina va a cambiar profundamente hacia un modelo más preventivo y por ello la tecnología es fuente de bienestar. Por supuesto va a transformar el mundo del empleo: desaparecerán algunos trabajos y se crearán otros más cualitativos y nos tenemos que preparar para ello. En España hay 30.000 empleos de ciberseguridad sin cubrir y el reto es capacitar la masa laboral. Abrazar esa transformación desde nuestro ecosistema empresarial nos ayudará a una España mucho mejor.
P. ¿No teme que empecemos a odiar la hiperconexión?
R. Desarrollamos herramientas de bienestar digital que ayudan a gestionar la desconexión, pero al final es la educación de los hijos, los límites que pongamos.
P. ¿Usted sabe desconectar?
R. Sí, mi marido se desespera porque silencio el teléfono al llegar a casa y muchas veces se me olvida. Si estoy con mis hijos, estoy con mis hijos. En mi mesa no verás un teléfono y mis hijos tienen límites.
P. Sigue el modelo de los jefazos de Sillicon Valley, que no dejan a sus hijos los dispositivos.
R. Se lo tengo limitado porque cada cosa tiene su justa medida, La tecnología sirve para muchas cosas, pero es bueno que desarrollen otras capacidades, que jueguen, que corran, que hagan deporte y que estén con amigos. Cualquier cosa que hagas de forma compulsiva y que puedas controlar tiene efectos nocivos.
P. Las tecnológicas acumulan nuestros datos.
R. Nosotros solo tenemos los datos que el usuario nos cede y hemos puesto a disposición de ellos herramientas para gestionarlos con seguridad y transparencia. Nuestra responsabilidad es ponerlo fácil y la del usuario gestionarlo.
P. Eso implica eliminar informaciones falsas.
R. Lógicamente, la desinformación es un problema y la combatimos con políticas vivas. Nos aseguramos de que las páginas que difunden noticias falsas no puedan monetizarlo y potenciamos el contenido que viene de fuentes fiables. En la pandemia nos acercamos a las autoridades competentes —en España, el Ministerio de Sanidad— para detectar las fuentes de calidad y esas son las que puedes dar mayor visibilidad.
No hay conversación hoy que no empiece o acabe con el teletrabajo y esta también. “Hay actividades donde eres más productivo en casa, pero está testado que rompes los hilos y que la creatividad viene del trabajo colaborativo, que es lo que más ha sufrido. La motivación, el sentimiento de pertenencia, no es fácil mantenerlo en remoto”. Por ello en Google no solo han recuperado el modelo híbrido de tres días en la oficina y dos en casa, sino terapias gratis y unos puntos azules donde los empleados pueden comentar problemas. “Hacemos charlas sobre depresión para desmitificarla y en España no estamos acostumbrados a hablarlo”. Y dicho esto, cada cual corre a su trabajo. O teletrabajo.
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